Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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“Quiero seguridad para mi familia”

Gabriel Peña faltó tres horas y cuando regresó constató que le habían saqueado su vivienda, ubicada en la calle Zelarrayán 3618.

“Me voy de esta casa, soy inquilino, pero no puedo vivir con el corazón en la boca”, expresó ayer Gabriel Peña, quien durante la tarde del lunes se ausentó tres horas de su vivienda en el barrio Los Álamos y desconocidos aprovecharon la situación para saquearla, apoderándose de diversos artículos electrónicos y alhajas.

El hecho se cometió entre las 17 y 20 de la antevíspera, en la calle Zelarrayán 3618, donde Peña, su esposa y su hijo de cuatro años viven desde hace un año.

“Fui a buscar a mi hijo al jardín, pasé a buscar a mi esposa y nos fuimos de recorrida a la vivienda de mis padres y de mis suegros. Cuando llegamos, tipo 8 de la noche, observé que la puerta principal estaba abierta y ahí me empecé a desesperar”, admitió el damnificado al ser consultado por un cronista de La Nueva.

“Salté del auto y salí a buscar a los ladrones”, agregó.

Según trascendió, los delincuentes accedieron por el frente del inmueble y provocaron daños importantes en todas las habitaciones.

“Las piezas estaban 'patas para arriba'. Era un desastre observar como había quedado todo después de lo que hicieron estos tipos”, relató el hombre.

“Nos sacaron todo, incluso recuerdos familiares y también alhajas que tenían una connotación especial porque eran regalos de gente muy querida”, dijo Peña.

Sobre el botín sustraído detalló: “Se llevaron un televisor plasma de 32 pulgadas que había comprado hace dos meses, una computadora, una PlayStation 2, varias pulseras, anillos y algo de ropa”.

Gran desorden

“Me dieron vuelta la casa; por suerte no tenía plata sino me quedaba sin nada”, señaló el vocero, quien admitió que “es una impotencia muy grande, porque después uno se da cuenta que te estaban viendo y controlando”.

“En menos de tres horas -–mencionó Peña-- hicieron mucho daño. No podíamos creer que en tan poco tiempo hayan actuado de tal manera".

La víctima acotó que “los ladrones escaparon por el fondo del terreno y lograron sortear un paredón que en lo alto tiene alambre de púa".

"De hecho, me sacaron un par de sábanas y ahí pusieron todos los elementos robados. Seguramente se movilizaban en un vehículo y eran más de dos personas”, opinó.

“La policía (de la comisaría Segunda) me dijo que no pueden hacer nada, que tampoco era necesario llamar a los peritos de la Científica porque las huellas en la puerta no sirven de nada. La verdad, me agarró una desilusión tan grande que los dejé hablando solos y salí en mi auto a buscar a los ladrones por el barrio, aunque no los encontré”, manifestó el hombre.

Y para concluir dijo que “vivo en una casa en la cual no está rodeada de otras viviendas; existe un descampado, pero me extrañó que nadie escuchó ni vio nada. A veces pienso que todos miran para otro lado”.