Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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El día después, un Macri firme y resuelto

La columna semanal de Eugenio Paillet, corresponsal de La Nueva. en Casa Rosada.

Fotos NA

   "El presidente estaba firme, sereno, pero muy decidido a no retroceder en este cambio". Así lo vio y así lo pintó esta mañana a Mauricio Macri uno de sus principales voceros de prensa, cuando se iniciaba la reunión de gabinete ampliado en el Salón Eva Perón. Fue antes de la conferencia de prensa que ofreció el mandatario en el Salón Blanco y del encuentro con las jerarquías de la Iglesia Católica que mantuvo al mediodía en su despacho.

   Es que existía una marcada expectativa por conocer la reacción del presidente el día después de la tortuosa sanción de los cambios en la ley previsional que impulsó el Gobierno con apoyo de los gobernadores propios y peronistas, y de los violentísimos incidentes provocados por grupos de izquierda aliados con e kirchnerismo duro y La Cámpora en la zona del Congreso, según los primeros informes de inteligencia que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, llevó a la reunión. Parte de esos datos fueron aportados a su vez por el ministerio de Seguridad del Gobierno de la Ciudad Autónoma.

   Aquel y otro voceros aseguraron tras la reunión de gabinete que Macri y sus ministros emplearon todo el tiempo de las casi dos horas de deliberaciones para analizar los detalles de esa suerte de doble jornada de la vispera: lo ocurrido adentro de la Cámara de Diputados y los tremendos destrozos en medio de la refriega entre manifestantes que protestaban contra la reforma y grupos que simplemente fueron armados para romper todo.

   "El presidente y los ministros coincidieron en que esos grupos violentos lo que buscan en desestabilizar al Gobierno, claramente ese es el propósito que llevaron ayer y también el jueves de la semana pasada", dijo uno de los voceros. Recordó que el propio presidente comento durante la reunión que Patricia Bullrich le había acercado fotos y capturas de celulares de los micros que trasladaron a los violentos desde el conurbano. Todos habían sido pintados a sus costados con la leyenda "fuera Macri", y una especie de "logo" circular con un helicóptero en su interior.

   A esa hora, cerca de la media mañana, ya había voces del Gobierno acusando a los violentos de sus ulteriores intentos golpistas, como las del ministro del Interior, Rogelio Frigerio, que recorrió las radios por la mañana, y la de Elisa Carrió, que incluyó entre los destituyentes a las primeras espadas del FpV que estuvieron en el debate de ayer en la cámara baja.

   "Esto fue un intento de golpe, está clarísimo, y lo alentaron muchas voces de la oposición en el Congreso como ustedes vieron, pero no voy a ceder, voy a defender a los argentinos de la violencia y de los violentos", fue un párrafo textual de Macri durante la reunión con sus ministros según aquel vocero que lo acompaña desde la intendencia porteña.

   Nadie lo dirá públicamente porque el mismo presidente prefirió esquivar el tema cuando se lo preguntaron en la conferencia de prensa, pero hacia el interior del gabinete esta mañana se hicieron nombres concretos: Agustín Rossi, el exradical hoy devenido fanático cristinista Leopoldo Moreau, la diputada peronista rionegrina Soria, que calificó a los gobernadores de "prostitutas de Macri", y en general los dirigentes de La Cámpora que encabeza Máximo Kirchner.

   Este cronista consultó al vocero y habitual fuente si durante ese análisis particular de lo ocurrido ayer en el Congreso se había responsabilizado a Cristina Fernández por la autoría intelectual de la postura del FpV en el recinto y la violencia en el exterior . El hombre fue tajante: "Nadie la nombró en ningún momento".

   "El presidente dijo que siempre hay quienes quieren llevar agua para su molino", completó la fuente que fue otra de las frases fuertes y tal vez con destinatarios concretos de Macri en su arenga al gabinete, donde se mostró enojado, muy impresionado por el nivel de violencia de los grupos que actuaron en el Congreso, y a la vez muy agradecido a la policía de la Ciudad por su actuación. Macri diría después en la conferencia de prensa que se los obligó a enfrentar desarmados a una masa perfectamente organizada por la decisión "de una mala jueza", en directa alusión a Patricia López Vergara.

   Es cierto que sobre el final de la reunión hubo menciones a los cacerolazos ocurridos anoche en distintos puntos de la ciudad y frente a la residencia de Olivos. "Están en su derecho a protestar por una ley que no les gusta, pero les pido que se permitan tener un pequeño resquicio de esperanza, de que todo va a salir bien", fue el menaje del presidente a esos sectores.