La carrera K por la gobernación

Eugenio Paillet

Ya lo había dicho Cristina Fernández durante un recreo con Carlos Zannini y otros integrantes de la mesa chica en Olivos, en medio del análisis del mapa electoral de la estratégica provincia de Buenos Aires. “Che, estos muchachos podrían armar un equipo de futbol...”, dijo entre risas con los nombres de los postulantes del FpV o partidos aliados que aspiran a suceder a Scioli a partir de diciembre.

En ese momento la lista llegaba a diez, después se estiró a once, y ahora podrían ser doce: Aníbal Fernández ya tiene decidido bajarse de sus aspiraciones presidenciales, una carrera que en verdad nunca despegó ni en el terreno ni en las encuestas, y postularse para pelear en la interna como precandidato al sillón de Dardo Rocha.

“El tema ronda por ahí, he visto algo en Twitter, incluso alguna encuesta, pero todavía no lo tengo en mi cabeza”, se disculpó ayer el jefe de Gabinete cuando le preguntaron en la puerta de la Casa Rosada.

La verdad, aunque el quilmeño no lo diga, es que el tema lo tiene resuelto desde hace por lo menos un par de semanas. Ahora solo buscará la forma menos desdorosa de salirse de la carrera presidencial. Le pesa que, en su rol de bravucón eterno, no le pasen factura por aquella frase que pronunció hace un mes cuando le preguntaron si se bajaba: “Yo no renuncio nunca a nada, ni al tute...”.

Aníbal sabe que no le dan los números ni siquiera en una módica expresión para mantenerse en el lote de presidenciables del kirchnerismo, y acuna desde hace bastante tiempo la idea del salto que ahora, no más allá de mediados de mayo, se apresta a dar: anunciar que será precandidato a gobernador de la provincia.

Con el desembarco del hombre que sirvió por igual a Carlos Menem, Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner y Cristina Fernández, la verdad que hay que darle la razón a la doctora: en un “picado” con otras fuerzas políticas el kirchnerismo bonaerense bien podría presentarse con equipo completo y hasta con algún suplente. De cuántos seguirán en carrera y cuántos quedarán en intentos o amagues cuando llegue el momento de cerrar listas, por ahora es otra historia.

El jefe de Gabinete pretende sumarse al lote en el que ya aparecen mucho más instalados, y con serias aspiraciones, dirigentes que cuentan con la bendición presidencial para recorrer la provincia como Julián Domínguez, Diego Bossio, Sergio Berni y Patricio Mussi.

Detrás, en un abigarrado lote, pero por ahora con sus aspiraciones intactas, se ubican Fernando Espinoza, Martín Insaurralde, Fernando “Chino” Navarro y Carlos Castagneto. Completan esa multitud de precandidatos el vicegobernador Gabriel Mariotto, el titular del grupo Bapro, Santiago Montoya, y el titular de la AFSCA, Martín Sabatella, que todavía no ha lanzado oficialmente su postulación pero a través de las redes sociales avisó que planea competir.

Como cuadra, ya se han armado posibles parejas, lo que reduciría la grilla de precandidatos. Se dice que Mussi se bajaría para acompañar en la fórmula como vice a Domínguez, o que habrá lectura de encuestas entre Bossio y Berni y el que mejor mida en ese momento será cabeza de la fórmula. ¿Y Aníbal? Lo suyo es muy prematuro, falta que oficialice, pero tiempo atrás sus colaboradores le escucharon decir que le gustaría llevar a una mujer de compañera de fórmula.

A todo se les vendría el cielo abajo si finalmente, y hay quienes en el oficialismo juran que el tema no es para broma, la mismísima Cristina Fernández decide ser ella la candidata a gobernadora.