Un caminopara ser padres
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La Real Academia define a la palabra “adoptar” como la acción de “tomar legalmente en condición de hijo al que no lo es biológicamente”.
Una definición ajustada, que no da cuenta de la complejidad integral que, al menos en nuestro país, viene aparejada con quienes toman esta decisión.
Por eso es interesante la noticia, dada a conocer por este diario en su edición del pasado domingo 3, dando cuenta de la aparición de una entidad local destinada a brindar asesoramiento y contención a las familias conformadas a partir de esa modalidad.
Se trata de la Red de Familias de Acogida, asociación civil que se suma al Movimiento adoptantes de Bahía Blanca, en su objetivo de brindar acompañamiento en todo lo que implica para quienes se involucran en estas historias.
La entidad buscará promover la adopción de niños y adolescentes -hay una falta de disposición para la adopción de niños de más de dos años de edad-, así como un esquema de conducta para equiparar legalmente a las familias adoptantes con las biológicas, fortaleciendo el respeto a la identidad de los adoptados.
En nuestro país existe una compleja red burocrática que hace que el camino de una adopción se vuelva verdaderamente tortuoso. Pueden dar cuenta de eso las familias que ya adoptaron y las 600 que están en espera en la ciudad.
Por eso son importantes estas entidades o grupos de trabajo que ayudan a mejorar las condiciones integrales de estos largos procesos.
Más cuando, como es el caso de la nueva organización, está impulsada por un matrimonio que adoptó a cuatro hermanos de distintas edades y atravesaron las circunstancias que genera esa decisión.
Queda mucho por hacer en el tema. La sociedad sigue manejando cierta estigmatización hacia los niños adoptados, los adoptantes a veces tienen temores y la justicia no está lo suficientemente educada para dar respuestas rápidas y precisas.
En tiempos de familias ensambladas, de nuevos códigos en el trato padres-hijos, la conformación de familias adoptantes debiera ser parte de una posibilidad natural.
Padres que quieren hijos, hijos que quieren padres. Amor para dar, el que sale del corazón, no de la biología: el que sirve y sana.