Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Las bóvedas y las tumbas

En una especie de psicosis total, las fuerzas policiales, a instancias de la Justicia, vienen desplegando una curiosa e intensa actividad que no deja de ser llamativa y peculiar: excavar buscando dinero escondido y supuestamente mal habido, siguiendo una práctica habitual en ladrones de principios de siglo.

Primero se advirtió esa búsqueda en las muchas estancias del empresario santacruceño Lázaro Báez, por estas horas detenido por presunto lavado de dinero, cuando máquinas excavadoras y policías con palas se encargaron de remover metros y metros cúbicos de tierra buscando dinero, joyas y otros valores, sin que semejante acción generara algún resultado positivo.

La práctica tuvo un capítulo adicional en el convento de General Rodríguez, luego de ser apresado en el lugar el exsecretario de Obras Públicas de la Nación, ingeniero José López, en momentos que, en una actitud hasta bizarra, arrojaba sobre el paredón del complejo religioso bolsos conteniendo cerca de 9 millones de dólares, organizados cada millón en fajos de cien mil dólares, lo cual supone unos 90 kilogramos de billetes, recurriendo a un modo de evaluación muy de boga en estos tiempos.

En el sitio se encontraron, debajo de un altar, tres fosas que, según los investigadores, podrían oficiar de bóvedas donde esconder el dinero, o que se trataría de “futuras tumbas”, según los dichos del arzobispo de Mercedes, monseñor Agustín Radrizzani.

“Me causa impresión la fantasía en torno a lo que encontraron”, señaló el prelado.

A esta altura de los hechos, parece casi irrelevante, al menos en una primera instancia, hallar un dinero que ni siquiera se sabe cuánto puede ser cuando tampoco se cuenta con elementos de prueba suficientes para suponer que el mismo haya sido efectivamente enterrado o escondido en cajones, cajas fuertes, placares o falsos pisos.

sí Aparece como trascendente investigar con seriedad y precisión cómo se generó ese dinero, si hubo licitaciones de obras públicas digitalizadas, pago de sobreprecios, adelantos financieros, trabajos jamás construidos o manejos impropios de dinero público involucrando el accionar ilegal de empresas y empresarios.

La sociedad necesita saber quién, cómo y cuánto. Pretende justicia y castigos. Llegar al fondo en la cuestión.

Encontrar el dinero es importante, pero no en medio de tantas intrigas, de semejante circo.