Olimpo no sufrió de paperas, pero igual se fue con un dolor de cabeza
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Por Pablo Andrés Alvarez / palvarez@lanueva.com
Alrededor de 3.000 personas creyeron en la reacción. Pero se volvieron a ir con la cabeza gacha del Roberto Carminatti.
La tabla de posiciones no mintió. Uno de los últimos (Rafaela) y uno de los penúltimos (Olimpo) brindaron un espectáculo rápidamente olvidable y cuyo marcador no podía ser otro: 0-0.
Con apenas cuatro puntos sobre 21 posibles, ya no se puede culpar a la suerte del mal presente.
Lo concreto es que este Olimpo no encuentra una línea de juego, más allá de defenderse con cierto aplomo, lo que le posibilitó acumular su tercer partido seguido sin sufrir goles.
Pero del otro lado del campo, donde se definen los partidos, la realidad es indisimulable. No existe el juego asociado, las individualidades no aparecen y el arco contrario, salvo en esporádicas ocasiones, no suele pasar sofocones.
Gonzalo Klusener no logra quedar nunca de frente al arco y tampoco los carriles lo alimentan para poder usufructuar su juego aéreo (ayer Martínez y Villanueva se cansaron de largar centros defectuosos).
El primer tiempo de la víspera, siempre teniendo en cuenta que el rival es otro de los elencos muy flojos de este torneo de 30 e incluso con importantes ausencias por sufrir paperas, ilusionó a algunos.
Aunque con enormes dificultades para el traslado, Olimpo logró pararse en campo ajeno. Fue en un pasaje que Amoroso amagó con convertirse en un delantero desnivelador, Bolaños copó el medio, Cobo se apropió de las pelotas divididas y Klusener complicó con su potencia.
Pero esa insinuación se desvaneció con un par de tapadas de De Giorgi, quien sacó al córner un remate de emboquillada de Martínez y otro esquinado de Encina.
En esa fracción, Rafaela solo se arrimó con una pelota parada preparada, en el último minuto, demostrando que su presente tampoco es el mejor.
En el complemento volvió a aparecer el Olimpo desinflado, sin ideas y carente de recursos para torcer una historia que se encaminaba irremediablemente al empate sin goles.
Incluso, se expuso a un contragolpe que le hubiera significado un duro revés, aunque Champagne tapó abajo un remate de Pusetto.
Perazzo movió el banco para sacudir la modorra. Gaona Lugo ingresó por Cobo, Encina pasó al medio con Bolaños y Amoroso se abrió por la derecha.
Pero la anemia se mantuvo. Pese a que Villanueva y Martínez tuvieron espacios para subir, ninguna escalada terminó en una jugada de riesgo.
Nequecaur (por un intrascedente Mansilla) y Porcari (por Amoroso) también saltaron al campo para reforzar la búsqueda, aunque las ideas y las variantes no afloraron.
Olimpo dejó pasar otro tren. Los 0-0 consecutivos ante Crucero del Norte, Temperley y Rafaela ejemplifican su cruel realidad: el protagonismo está ausente...