Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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¡Las aguas bajan turbias!

Escribe Víctor Manuel Tomaselli

Han ocurrido en los últimos tiempos, después de las PASO, algunos hechos en el ámbito político que pareciera han conflictuado distintos espacios, pero, fundamentalmente, en un estado particularísimo, a la jefatura de campaña del candidato a presidente Daniel Scioli, actual gobernador de la provincia de Buenos Aires.

Dicen que durante las fiestas de la fundación de la nueva capital de la provincia de Buenos Aires, 19 de noviembre de 1882 (Dardo Rocha era gobernador de la provincia de Buenos Aires), un grupo de pobladores --venidos de la ciudad de Buenos Aires, habían asistido a los actos y ceremonias-- tuvo inconvenientes para acceder al tren que los devolvería a la capital de la República. Varios de ellos decían que “eran enviados del presidente Roca” y se mostraban ofendidos por la imposibilidad de acceder al tren para el retorno y, por lo tanto, realizaron manifestaciones contrarias, exaltados.

Decidieron vengarse de lo que consideraban un atropello, especialmente de parte de Dardo Rocha, y fueron en búsqueda de una “bruja india” al norte de Tolosa. La llevaron a un lugar determinado, donde produjeron un acto de “brujería”, que trascendió a la historia como “la maldición”, por la cual jamás un gobernador de la provincia llegaría a ser electo presidente de la nación.

Ello no escapa a la generalidad de los analistas políticos, pero mi espíritu investigador me ha llevado a la búsqueda de quién o quiénes, entre otros, están recordando la conocida “maldición bonaerense”. Veamos algunos criterios al respecto.

“Desde que Bartolomé Mitre, en 1862, llega a la presidencia tras imponerse sobre sus adversarios en una guerra civil de baja intensidad, ningún gobernador bonaerense logró ser electo presidente de la nación durante un siglo y medio. El primero que lo intenta, al finalizar su mandato, es Adolfo Alsina, pero fracasa y debe contentarse con ser vicepresidente de Domingo Sarmiento.

“En 1983, con el restablecimiento de la democracia y la llegada de Raúl Alfonsín al poder, accede a la Gobernación un radical, Alejandro Armendáriz, quien no tiene conflictos políticos con la Casa Rosada. Una mirada retrospectiva muestra que el conflicto poder bonaerense-poder nacional se atenuó durante las presidencias radicales. Es en la primera mitad de los años noventa cuando la provincia de Buenos Aires adquiere una significación política diferente. Duhalde gobernador, que tenía aspiraciones presidenciales, ve frustradas sus pretensiones para 1995, y cuando sea candidato cuatro años después, será derrotado por Fernando de la Rúa. Llega a la presidencia sin ser elegido, elegido por el Congreso a comienzos de 2002, y debe acortar su mandato. Volverá a ser candidato a presidente en 2011, siendo derrotado”. (1)

“Scioli es de los gobernantes que están donde están los problemas”. Esta frase, de interpretación dual y anfibia, que busca destacar la vocación de servicio, también puede ser leída como la fatalidad de alguien a quien sus propios problemas lo persiguen de cerca, o incluso que él mismo los desata. De hecho, la cita fue pronunciada por Alberto Pérez mientras Scioli se encontraba de viaje. No bien su jefe pisó territorio italiano, un violento temporal azotó Calabria, produjo inundaciones y evacuados y levantó una conmoción política. Las nubes tormentosas persiguen al motonauta.

“El kirchnerismo estaba más ocupado en apartarse de Scioli como si portara la peste bubónica, y en abandonarlo a la intemperie mientras llovía. Viendo las imágenes del naufragio, más de alguno habrá pensado en la ‘maldición del gobernador’; ningún mandatario bonaerense consiguió luego alcanzar la presidencia. El arrastre que el marketing de toda victoria electoral provoca pareció aguarse de pronto con la catástrofe y con el bochorno de esa frívola ausencia”. (2) 

Finalmente, las PASO realizadas el pasado 9 de agosto parecieran insinuar que tres bonaerenses quedaron planteados como candidatos presidenciales para octubre próximo, con mejor intención de votos: Scioli, Macri y el exintendente de Tigre, Sergio Massa. Si alguno de ellos llegara a la presidencia, por primera vez en más de un siglo y medio un bonaerense ganaría una elección presidencial en la Argentina, lo cual sería algo nuevo, aunque no lo parezca tanto. Salvo que solamente uno, Daniel Scioli, fue y es gobernador de la provincia de Buenos Aires: si este último llegara finalmente a ser elegido nuevo presidente de la nación, se habría roto el “maleficio”, y si no, ¡no!

Notas:

(1) Resumen de lo publicado por Rosendo Fraga el 9 de septiembre de 2013.

(2) Por Jorge Fernández Díaz, “La Nación”, domingo 16 de agosto de 2015.