Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Luces en el cielo

por Ben Dooley

Un laboratorio espacial chino fuera  de servicio entrará en la atmósfera terrestre en las próximas horas, a velocidades superiores a los 26.000 kilómetros por hora, antes de  desintegrarse en una bola de fuego celeste, anunciaron ayer  las autoridades chinas.
El módulo Tiangong-1 debería caer a la Tierra hoy, hora de  Pekín, según la Oficina de Ingeniería Espacial Tripulada de China  (CMSEO), lo que coincide aproximadamente con las proyecciones de  la Agencia Espacial Europea (ESA).
Este laboratorio espacial abandonado pesa unas ocho toneladas  pero no debería causar daños en su caída. China prometió por el  contrario que ofrecerá un espectáculo “espléndido”, similar a una  lluvia de meteoritos.
Sin embargo, su ventana de entrada en la atmósfera sigue sujeta  a variaciones, advirtió el sábado la ESA. También se desconoce aún  donde se esparcirán los restos: podrían caer en cualquier lugar  entre las latitudes de 43 grados Norte y 43 grados Sur, es decir  de Nueva Zelanda al medio oeste estadounidense.
Este laboratorio fue puesto en órbita en septiembre de 2011 y  estaba programado para hacer una entrada controlada en la  atmósfera, pero dejó de funcionar en marzo de 2016 lo que generó  preocupación por su “caída”.
No obstante, la probabilidad de que un humano sea golpeado por  un objeto espacial de más de 200 gramos es de una entre 700  millones, según la CMSEO.
“La gente no tiene que preocuparse”, aseguró la CMSEO.
Estas naves espaciales “no se estrellan en la Tierra  violentamente como en las películas de ciencia ficción, sino que  se convierten en una espléndida (lluvia de meteoritos) y cruzan un  cielo cubierto de estrellas en su camino a la Tierra”, explicó.
El Tiangong-1, o “Palacio celeste 1”, fue utilizado para  realizar experimentos médicos. Este laboratorio era también  considerado como una etapa preliminar en la construcción de una  estación espacial china.
En 60 años de vuelos espaciales, se han producido unas 6.000  entradas no controladas en la atmósfera de grandes objetos  fabricados por el hombre, y un único resto alcanzó a una persona,  sin herirla, según el experto de la ESA Stijn Lemmens.
El calor y la fricción cada vez más intensos provocarán que la  estructura principal del laboratorio arda o estalle. Esta debería  desintegrarse a una altitud de unos 80 km, según la agencia  espacial china.
La mayoría de fragmentos se disipará en el aire y una pequeña  cantidad de restos caerá muy probablemente en el mar, que cubre  más del 70% de la superficie de la Tierra.
El Tiangong-1 es el 50º mayor objeto fuera de control que cae  en la Tierra desde 1957, considera Jonathan McDowell, astrónomo  del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian en Estados Unidos.
China invirtió miles de millones de dólares en la conquista del  espacio para intentar ponerse al nivel de Europa y Estados Unidos.
Este programa, coordinado por el ejército, se percibe en el país  como un símbolo de su recuperada potencia.
Pekín puso otro laboratorio, el Tiangong-2, en órbita en  septiembre de 2016 y espera poder convertirlo en una estación  espacial habitada en 2022, momento en que la estación espacial  internacional habrá dejado de funcionar. 
China quiere también enviar una nave espacial en torno a Marte  hacia 2020, antes de desplegar un vehículo teledirigido en el  planeta rojo. Ambiciona asimismo enviar a un hombre a la Luna.

Ben Dooley es periodista de AFP-NA.