Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Construir la región: el presente ofrece la posibilidad de recuperar lo perdido

Los nuevos proyectos de modernización en infraestructura abren para la ciudad, su región y su puerto la posibilidad de revertir antiguos esquemas que la fragmentaron.

Arq. Luis Caporossi 
Arq. Mario Marraffini

   Tras el atraso de décadas en la infraestructura de la Provincia, son muy alentadores los actuales proyectos de modernización.

   Esto abre para la ciudad, el puerto y el SO una oportunidad de superar los viejos paradigmas de desarrollo que fragmentaron la infraestructura por jurisdicciones y la recortaron por especializaciones.

   El desacople entre redes viales, ferroviarias, de energía, comunicaciones y servicios al ignorar su complementariedad  aislaron los desarrollos locales de los nacionales.

   Una visión de mirada larga sobre las infraestructuras ya instaladas pero subutilizadas debe empezar por recuperar una gestión integral de las mismas. 

   A partir de 1860 una red urbano-rural conectó  la totalidad de centros urbanos entre sí y con el mundo. 

   Por la ley 5315, ley Mitre de 1907, se adicionaron en paralelo a las vías, dos trazas viales vinculando entre sí a todos los centros de estación.

   Luego, Vialidad Nacional sumó, también en paralelo, la traza de las rutas nacionales. Así los centros urbanos se abastecieron por un haz de servicios: tres trazas viales, una ferroviaria, servicios y  comunicaciones en tiempo real.

   Estos corredores multimodales, a la vez arteriales y capilares, locales y globales, provocaron un acelerado poblamiento y una diversificación productiva: no fueron consecuencia del desarrollo del país, sino su precondición.

   A partir del ‘30 este sistema se fue debilitando por el progresivo desmantelamiento del ferrocarril, el estancamiento vial y el abandono de la única vinculación directa entre centros urbanos (el sistema Mitre). 

   Esta reconfiguración como sistema mono céntrico contribuyó a una paulatina emigración desde el interior de las provincias hacia la periferia de unas pocas ciudades.

   El resultado más notable fue el apilado de un tercio de la población del país en el conurbano porteño, esto en la octava geografía y la tercer gran pradera mundial.

   Este modelo de distribución demográfica es insostenible en el largo plazo, tanto para los inviables conurbanos creados, como para el proyecto de un país federal.

   Para Bahía Blanca, su Puerto y la Región es la oportunidad de implementar un desarrollo alternativo al actual. Este modelo debe atender tres condiciones de la Región:

   Uno: articular Nor-Patagonia y la Pampa Húmeda sobre un corredor bioceánico. No es un nodo más. Entorno a la excepcionalidad de la ría y el puerto gira un abanico de climas, escenarios y recursos.

   A este diverso soporte natural le corresponde un variado universo socio-productivo, que incluye numerosos centros urbanos de escala variada.

   Dos: dada la importancia del comercio marítimo, un Puerto Nacional sin restricciones de calado demanda una eficaz logística de tierra sobre estos cinco corredores convergentes que lo alimentan. Una circunvalación mar-sierra-mar que delimite una primera escala regional en una hora de radio puede integrar los cinco corredores.

   Tres: su debilidad demográfica obliga a evitar el desarraigo rural y urbano reconectando en red, dada la proximidad, las distintas localidades ya existentes, posibilitando la creación de cadenas de valor.

   La clave está a mano: las cadenas pueden rescatar destrezas y recursos locales, generando circuitos turísticos continuos, parques agroindustriales, unidades fruti-horticolas y bioenergía; todo esto aprovechando las tecnologías facilitadoras de intercambios de personas bienes y servicios que brinda el siglo XXI.

   La ventaja la red ya existe, solo hay que retejerla nudo por nudo. 

La propuesta

   Proponemos la separación de los tránsitos de carga de los  livianos de proximidad asignando las rutas nacionales en curso de modernización para los primeros; y previa pavimentación, las rutas del sistema Mitre para los otros. 

   Esto brindará eficacia a ambos evitando las notables tasas de accidentes viales. A su vez la interconexión vial directa entre todos los centros urbanos permite plantear un transporte público vial y/o ferroviario similar al MetroBus, estructurando una red turística regional hoy inexistente.

Cómo hacerlo

   800.000 personas habitamos una región que tiene dos horas de radio.

   Dada la posibilidad de conexiones actuales no hay razón para mantener una visión atomizada de la región. ¿Cómo se hace una red? Tejiéndola punto a punto, que es tal como se hizo en su momento.

Algunas alternativas

   Dos buena noticias: Una, la matriz ya existe, solo hay que re-tejerla nodo por nodo, corredor por corredor; cada población reconectada ya implica un progreso. Otra es que Nación, Puerto, Provincia, Municipios, y hasta la más pequeña localidad son partes interesadas e intervinientes.

   Consorcios discretos de municipios y agentes público-privado pueden impulsarlo, así como una gestión integrada de nuestra movilidad.

   La “Propuesta de reformulación de infraestructura del Sudoeste” resume más de una década de estudios sobre la región y ha sido declarada de interés por el Senado de la Nación, en Agosto de 2017, con Nº de resolución S-2434/17.