Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Las máscaras y sombras del amor, el sexo y la infidelidad en las parejas

Elizabeth Schulz habló en el marco del Día de los Enamorados.

Foto: Archivo.

Por Sofía Frugoni / sfrugoni@lanueva.com

   La psicóloga y sexóloga Elizabeth Schulz explicó detalles sobre el amor, la sexualidad, la infidelidad y las relaciones de pareja en sus distintas fases en el marco del Día de los Enamorados.

   Según le contó a La Nueva., para entender por qué se enamoran las personas hay que comprender que todo inicia desde el inconsciente, que es la primera parte del ser humano en notar el gusto por el otro ya que sabe de los ideales que se tienen y lo que se espera que tenga la persona que será su pareja.

   De este modo, el inconsciente es el que sujeta una persona a la otra, explica.

El inconsciente y la proyección

   Schulz cita al psicólogo suizo Carl Gustav Jung y explica la existencia del animus, que es lo masculino dentro de la psiquis de la mujer, y el anima, lo femenino dentro de la psiquis del hombre. En ambas partes habla sobre cómo proyecta la persona en el otro.

   Los hombres tienden a proyectar la imagen de su madre en la pareja que eligen, mientras que las mujeres lo hacen con la de su padre.

   De todas formas, el ser humano no es consciente de quién se enamora, sino que está atado a las proyecciones que hace en el otro.

   El inconsciente se maneja solo y elige el momento, el lugar, la edad, el contexto y demás variables a la hora de conocer a alguien.

   Siguiendo la corriente de Jung, "el inconsciente es el dueño de casa" ya que es el primero en darse cuenta que hay alguien que atrae. La persona se da cuenta después.

Máscaras y sombras en el amor

   Por otro lado, Schulz detalla que en el amor hay "máscaras y sombras" que muestran la personalidad de los humanos ante distintas circunstancias.

   En ese caso, se habla de una parte consciente e inconsciente de la personalidad.

   Cuando se habla de "máscaras", refiere a cómo se muestran con la persona que les gusta, es decir, lo que quieren que esa persona vea de ellos.

   En cambio, las "sombras" son lo que no quieren que se vea.

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   "Vamos a una fiesta y vemos a alguien que nos mueve todo y ahí empieza el plan de conquista, donde le ponemos más onda a nuestra 'máscara' para cautivar al otro", explica.

   En ese sentido, cuando hay conexión con la persona, se "adorna" más a esa persona de lo que esa persona ya se "adornó".

   La especialista ejemplifica con que la pareja se encuentra en la etapa de enamoramiento cuando las "máscaras" aún no se cayeron y las "sombras" siguen escondidas.

   "Los hombres, por ejemplo, son más atentos, caballeros, románticos y puntuales, y las mujeres se arreglan más, se depilan y están más dispuestas a tener relaciones sexuales", detalla Schulz.

La construcción de una relación

   El fin de la etapa de enamoramiento puede ser clave a la hora de decidir.

   Cuando las "sombras" comienzan a querer irrumpir y mostrar cómo son las personas en realidad, se tiende a desilusionar al otro y viceversa.

   Muchas veces se idealiza a alguien y queda por encima de todo, pero cuando la "máscara" se cae suele ser doloroso, explica Schulz.

   Vale aclarar que no es que los humanos sean falsos, sino que en el afán de conquistar pueden crear una imagen muy distinta a la realidad.

   Cuando todo eso se cae, es cuando ven si pueden hacerle frente a ese ideal caído y construir algo nuevo.

   "Entonces aguantan las cosas malas del otro y se crea un vínculo sano, donde lo único que se quiere es mantener la unión y compartir", comparte la sexóloga.

   En ese momento, se puede decir que las personas se enamoraron. 

   Pero muchas veces la proyección en el otro fue tan distinta a la realidad que deciden abandonar la relación y aún así llegan a estar meses pensando en esa persona. Esto es por el inconsciente que los mantiene sujetos a ese ideal.

La sexualidad

   Para entrar en este tema, Schulz asevera que cuando se habla de sexualidad no siempre se habla de lo genital.

   Existe una dinámica y una diversidad de formas de vivir la sexualidad. En este sentido, Schulz habla de 3 aspectos: el psicológico, el biológico y el espiritual.

   El psicológico va en la forma analítica de ver la sexualidad, mientras que lo biológico refiere a la química que hay entre las personas y el rol de las hormonas.

   Pero Schulz destaca a la sexualidad como algo espiritual, algo sagrado y numinoso: "Los occidentales separamos la espiritualidad de lo sexual, a diferencia de los orientales que lo unen".

   Por ejemplo, un encuentro sexual resulta tan fantástico que, a pesar de que las personas no se vuelvan a ver, les va a quedar grabado en la psiquis y en el cuerpo.

   A la hora de tener relaciones sexuales con alguien, pueden presentarse diferentes situaciones. La persona puede gustar mucho de la otra y decidir en ese momento tener relaciones, o puede no gustar tanto y preferir esperar un tiempo, como también pasa que alguien gusta mucho pero a la hora del sexo no hay química y termina no gustando.

   "Una pareja puede iniciarse con una vida sexual poco agradable, pero con confianza pueden construir una sexualidad más plena y saludable", ejemplificó.

La infidelidad

   "Nuestro cerebro no está diseñado para la fidelidad, es una construcción", cuenta Schulz y se refiere a que lo más sano es acordar que en caso de una infidelidad se diga la verdad.

   En ese sentido, lo peor que puede pasar es que una parte se entere de una infidelidad del otro, ya sea por redes sociales, otra persona o algún mensaje en el celular.

   Siempre lo preferible va a ser hablar, decir la verdad: "Me enamoré de otra persona", "ya no te amo", "me quiero separar".

   "La verdad también duele, que la persona que se ama diga que ya no siente lo mismo es devastador, pero cuando se ama solo se quiere que el otro sea feliz", concluyó.

Qué es el amor

   "Es algo subjetivo", responde Schulz.

   No hay algo que pueda describirlo ya que cada persona es diferente y ve el amor de distintas formas.

   Schulz explica que el amor es libre. No se puede tratar como objeto a una pareja, ambos son sujetos libres de hacer lo que quieran.

   Y que el amor sea libre no quiere decir que haya que estar con muchas personas, sino ser dueño de elegir lo que se quiere.

   La posesión, la obsesión y los celos, no son amor. Pero los humanos viven el amor de una manera equivocada, poco saludable y egoísta. Pero en sí, la definición de amor es compleja porque los seres humanos son complejos.

   "El amor no toma ni da excepto de si mismo", dice Elizabeth para explicar que es un sentimiento que se nutre a si mismo, que da sin recibir.

   Si la vida, la felicidad y el estado anímico dependen de la pareja, entonces se es preso de un sentimiento agobiante, como una tortura insufrible.