Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Más tierras para viviendas

La decisión del gobierno nacional de avanzar con la expropiación de tierras pertenecientes a la Tercera División del Ejército de nuestra ciudad no deja de ser una buena señal a la hora de comenzar a resolver situaciones relacionadas con las necesidades urbanas locales.
Por un lado, las relacionadas con la carencia de tierras que se tiene para el desarrollo de planes habitacionales. 
Esa cuestión quedó en evidencia con el plan Pro.Crea.Ar, muchas de cuyas adjudicaciones fueron perdidas entre papeles cuando los adjudicatarios de los préstamos se encontraron con un limitado (y caro) mercado de tierras.
Por otro, porque es tiempo de comenzar a poner fin a la enorme cantidad de terrenos en manos del Estado, que llevan décadas como superficies ociosas, sin destino ni uso, pasando de mano en mano en entidades estatales, sin nunca definir su destino ni sacar ningún provecho de su posesión.
Distintos relevamientos realizados en el tiempo han dejado en claro que tanto el Ejército como Vialidad o la exempresas ferroviarias, entre otras, son titulares de miles y miles de hectáreas que, además de no tener ningún uso, conforman verdaderas barreras urbanas y complican el adecuado desarrollo de la ciudad, dejando vacíos que perjudican las condiciones de circulación y permeabilidad.
Si bien no se ha conocido en detalle el alcance de esta propuesta para hacerse de la tierra mencionada, se trataría de un “mix” público-privado, mediante el cual el Estado aportaría tierras que son de su propiedad y los potenciales interesados -desarrolladores inmobiliarios, inversores- pagarían la misma mediante la construcción de viviendas e infraestructura.
A partir de formarse un fideicomiso y la participación de un privado, se establecerían las condiciones para el desarrollo de cada emprendimiento, sin descartarse la implementación de créditos hipotecarios para quienes decidan construir sus viviendas a partir de este sistema.
Nada justifica que sigan en manos del Estado cientos y cientos de hectáreas que se necesitan para los vecinos que buscan tener su casa propia, y para evitar que la mancha urbana termine siendo cada vez más difusa. 
Se trata de poner en marcha un esquema lógico que mejore una situación que hoy no tiene lógica alguna.