Suiza prohíbe cocinar las langostas vivas para evitar que sufran

Redacción de La Nueva.

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   El gobierno de Suiza prohibirá desde marzo introducir langostas vivas en agua hirviendo para cocinarlas, e impondrá la práctica de aturdir a los crustáceos antes de matarlos, para evitar probable sufrimiento y como parte de una reforma legal para expandir la protección de los animales en general, informó la radio pública RTS.
   "Los crustáceos vivos, incluida la langosta, ya no podrán ser transportados sobre hielo o agua helada. Las especies acuáticas deben mantenerse en su entorno natural. Desde ahora los crustáceos deben ser aturdidos antes de matarlos", señala la normativa aprobada por el Gobierno suizo y que entrará en vigor en marzo. 
   Desde el 1 de marzo, informó el gobierno, "la práctica de sumergir las langostas vivas en agua hirviendo, que es común en los restaurantes, ya no está permitida".
   Las langostas, de ahora en más, "tendrán que ser aturdidas antes de ser ejecutadas", y solo se aceptarán descargas eléctricas o la "destrucción mecánica" del cerebro del crustáceo para noquearlo.
   Según defensores de los derechos de los animales y algunos científicos, las langostas y otros crustáceos tienen sistemas nerviosos sofisticados y, según ese criterio, es probable que sientan un dolor significativo cuando se los hierve vivos.
   El gobierno suizo tampoco permitirá transportar crustáceos marinos vivos, como langostas, en hielo o en agua helada, y en su lugar habrá que mantenerlos "siempre en su entorno natural".
   La orden del gobierno sobre protección de animales incluye sanciones a granjas, importación de cachorros y prohibición de dispositivos automáticos que castigan a los perros cuando ladran.
   Los organizadores de eventos públicos con animales también serán directamente responsables de su bienestar cuando en marzo entre en vigor la reforma legal.

Centollas
   Investigadores del Centro Austral de Investigaciones Científicas (Cadic) repoblaron en diciembre las aguas del Canal Beagle con 10 mil ejemplares de centolla de 60 días de edad, como parte de un proyecto mayor destinado a mejorar las condiciones de conservación de una especie que constituye un atractivo gastronómico típico de la ciudad de Ushuaia.
   El director técnico del proyecto, Federico Tapella, explicó que el proceso consiste en "cultivar los crustáceos en un criadero -o hatchery- durante los primeros estadíos de vida, hasta que superen las etapas más vulnerable de su ciclo vital".
   "La centolla es un atractivo gastronómico típico de Ushuaia, que se exhibe viva en los restaurantes. Es un animal longevo, que llega a vivir hasta 25 años si no es pescado antes", detalló el biólogo.
Los expertos advirtieron que "luego de los 22 años de veda, la población no se recuperó, lo que indica la necesidad de ayudar a reconstruir el stock.