Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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El bitcoin, la moneda de Internet que no tiene intermediarios

La moneda virtual cosecha cada vez más adherentes, aunque la elevada volatilidad en sus cotizaciones y la falta de respaldo son riesgos que, para muchos, resultan demasiado elevados. 

      Pese a sus detractores, los defensores de las monedas virtuales insisten en que son seguras e inviolables. Tampoco se dejan sorprender por las elevadísimas cotizaciones recientes alcanzadas por la más famosa de las divisas virtuales, el bitcoin, a punto tal que, casi sin dudarlo, señalan que son sólo el principio.  
       Es que el bitcoin, que en su debut la semana pasada en el Mercado de Futuros de Chicago superó los 18.000 dólares por cada unidad y que acumuló subas del 50 por ciento en sólo días, reparte, en diferentes dosis, entusiasmo, curiosidad y temor. 
       Pero antes que nada, ¿qué es el bitcoin? Se trata de una forma de dinero en efectivo electrónico que utiliza una tecnología entre pares o peer-to-peer, donde ninguna autoridad -como por ejemplo, un banco central- tiene injerencia alguna sobre las transacciones que se realizan a través de la red. 
      En esencia, el funcionamiento no difiere en nada de lo que pasa con los bancos: cuando alguien hace una transferencia, en realidad, lo que está ocurriendo no es, ni más ni menos, que una simple compensación de cuentas contables, porque el dinero físico no se traslada de un lugar a otro.
       A modo de ejemplo, si alguien quisiera mandarle 10.000 pesos a un amigo que vive en China -equivalente a unos 0,0342  bitcoin, ya que la cotización de cada unidad se halla en el orden de los 16.650 dólares o 292.207 pesos al tipo de cambio actual-, a través de una aplicación, puede obtener su dirección bitcoin, que es similar a un correo electrónico y que posee una numeración para diferenciarlas entre si, parecida a un CBU bancario. 
Así, de la dirección bitcoin de quien pretende enviar los 10.000 pesos se descuentan 0,0342 bitcoin, los que aparecerán acreditados en la cuenta del receptor, que reside en el gigante asiático. 
De esta forma, la transacción se produjo directamente entre dos personas con conexión a Internet, sin intermediarios ni ningún tipo de demora.
        “A diferencia de las monedas convencionales, el bitcoin no cuenta con el respaldo de un banco central, sino de un sistema informático. Se trata de una base de datos inviolable, tanto o más confiable que la de un banco”, explicó a La Nueva. el licenciado Rodolfo Andragnes, co-fundador de la ONG Bitcoin Argentina. 
        Más allá de la seguridad del bitcoin -dice Andragnes- lo importante de cualquier moneda que se precie de tal es la confianza que se deposita en ella. 
       “El dinero evolucionó varias veces a lo largo de la historia de la humanidad, ya que no siempre se utilizó el mismo bien. Por eso, lo más importante de todo es la confianza que se deposita en el dinero, virtual o no. 
      "Por ejemplo, en el caso de una divisa, como el dólar, confiamos en la capacidad de Estados Unidos de honrar sus deudas y, al mismo tiempo, decidimos asumir el riesgo de variaciones en su cotización internacional ante una guerra o una catástrofe natural. 
      “También le creemos a quien nos dice cuanto hay en circulación por el globo, cuanto se emite, pero, en rigor, desconocemos si esos datos son o no verdad”. 
     Según el entrevistado, con el bitcoin, tales riesgos serían menores. 
       “Es un sistema 100% auditable”, destacó. 
     La posibilidad de verificación de transacciones deviene de la llamada blockchain, una suerte de contabilidad pública en la que cada participante tiene la posibilidad de conocer y comprobar la factibilidad de cada transacción efectuada. 
      “Hasta se puede conocer de antemano el crecimiento de la emisión de nuevos bitcoins, al tiempo que los datos que los soportan están aleatoriamente distribuidos en cientos de miles de computadoras alrededor del mundo”, aseveró Andragnes. 
          Ahora bien, alguien podría preguntarse si no sería fácilmente duplicable, ya que, conociendo el código que genera el bitcoin, se podría copiar y, por ende, emitir a cuenta de algún particular. 
        Pero sus defensores juran y perjuran que es imposible. Ofrecen como argumentoque no se puede tomar el código y, sencillamente, pegarlo en un procesador de texto y emitir el bitcoin, ya que inmediatamente sería detectado por quien lo recibe. 
     Es que estamos hablando de complejos códigos encriptados, que no son fácilmente reproducibles. 
      Además, existe la llamada minería; un proceso mediante el cual se realizan cálculos matemáticos con potentes computadoras para confirmar las transacciones en la red bitcoin e incrementar la seguridad.
 

Críticas
      Pese a los supuestos beneficios de las monedas virtuales, no faltan quienes ponen reparos acerca de su uso. 
       De hecho, la semana pasada, el regulador bursátil de nuestro país, la Comisión Nacional de Valores (CNV), advirtió sobre los elevados riesgos de las ofertas iniciales de monedas virtuales (las ICOs, por Initial Coins Offering, de acuerdo con sus siglas en inglés), una novedosa manera que tienen las empresas en la era digital para recaudar fondos de particulares para financiar proyectos de inversión, con la red de redes como único mediador. 
      Las ICOs varían ampliamente en diseño. Por ejemplo, la moneda  digital emitida puede representar una acción en una empresa, un bono prepago para servicios futuros o, en algunos casos, no ofrecer ningún valor discernible. 
      A menudo, los proyectos financiados por las ICO’s se encuentran en una etapa muy temprana de desarrollo. 
     “Las ICOs son inversiones especulativas de alto riesgo, y el público inversor debe ser consciente de los riesgos involucrados y analizar el proyecto específico en el cual está por invertir”, alertó la CNV. 
      Agregó que “solo debería invertir en ICOs un inversor experto, que confía en la calidad del proyecto financiado por la ICO (por ejemplo, un plan de negocio, tecnología, personas involucradas, etcétera) y está preparado para perder toda su inversión”. 
     Específicamente, el regulador identifica los siguientes riesgos que enfrentan todos aquellos que en nuestro país optan por invertir en ICOs: falta de regulación específica, volatilidad de los precios y riesgos de liquidez,  potencial fraude, inadecuado acceso a información relevante, proyectos en etapa inicial, fallas tecnológicas y de infraestructura, entre otras.
    Con respecto a la posibilidad de fraude, la Comisión señala que salvo previa solicitud de autorización de oferta pública ante la misma, las firmas que deciden financiarse a través de ICOs no forman parte del Régimen de Oferta Pública, el cual estipula una serie de exigentes requisitos para toda empresa que decide ofrecer su capital al público inversor, garantizando así la transperencia de las operaciones. 
     “Asimismo, existe una alta incertidumbre respecto del destino certero que algunas de tales emisoras les darán a los fondos recaudados y, por lo tanto, el empleo de los re-cursos obtenidos podría diferir del destino que fue especificado cuando se dio a conocer el proyecto a financiar con esa oferta inicial”, acotó el organismo. 
     Más: el gobernador de la Reserva Federal (Fed) de EEUU y encargado de supervisión de Wall Street, Randal Quarles, alertó días atrás sobre los "graves problemas para la estabilidad financiera" que podrían generar monedas virtuales como el bitcoin si crece su uso por carecer de "respaldo institucional".
      "Aunque estas monedas digitales pueden no suponer grandes preocupaciones a los niveles actuales de uso, pueden originarse problemas de estabilidad financiera más graves si alcanzan un uso a gran escala", dijo Quarles en su intervención en una conferencia en el Departamento del Tesoro en Washington.
      Alertó que "sin el apoyo de un activo de un banco central o respaldo institucional no está claro cómo se comportaría una divisa digital privada en el centro de un sistema de pagos de gran escala, o si sería capaz de funcionar, en momentos de tensión".

La reforma fiscal
     Pero nada de lo anterior afecta -ni ofende- a los seguidores del bitcoin, quienes pronostican un valor de 20.000 dólares para la estrella de las monedas virtuales. 
     “Si sube o baja no me preocupa. Estamos hablando de algo revolucionario, donde la libertad es el valor que más apreciamos quienes apostamos por este sistema”, señaló Andragnes. 
     Llamó la atención acerca de la posibilidad de que los bitcoins sean alcanzados por la reforma tributaria que lanzó el Ejecutivo, y que aguarda por estos días tratamiento legislativo. 
     La idea es gravar las diferencias entre el precio de venta y compra. 
     En este sentido, la ONG Bitcoin Argentina reclamó al gobierno que equipare al bitcoin con las demás monedas, ya que considerándolas activos financieros “se pretende capturar la apreciación obtenida antes de la vigencia de la reforma, lo que implica una imposición retroactiva”. 
     Sin embargo, una limitación para esto es que su emisión no está respaldada por el Banco Central.
      “Nos preocupa la reforma tributaria, porque intenta gravar las diferencias de cambio que obtienen las monedas virtuales, algo claramente inconsistente, porque una cosa es utilizarlas como medio de cambio, y la otra con fines especulativos”, finalizó Andragnes.