Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Fue condenada por vender drogas con dos hijos distintos

Una mujer domiciliada en Ingeniero White, que había sido condenada en 2008 por vender drogas en su casa, junto con un hijo, ahora volvió a ser penada por el mismo delito, aunque esta vez también fue sentenciado otro de sus descendientes. El fallo, dictado por el Tribunal en lo Criminal Nº 3, recayó en Mirta Rocandío (59), a quien se le impuso seis años de cárcel a cumplir, mientras que a su hijo Aníbal Raúl Roassio (30), le impusieron cuatro años y medio de prisión.

 Una mujer domiciliada en Ingeniero White, que había sido condenada en 2008 por vender drogas en su casa, junto con un hijo, ahora volvió a ser penada por el mismo delito, aunque esta vez también fue sentenciado otro de sus descendientes.


 El fallo, dictado por el Tribunal en lo Criminal Nº 3, recayó en Mirta Rocandío (59), a quien se le impuso seis años de cárcel a cumplir, mientras que a su hijo Aníbal Raúl Roassio (30), le impusieron cuatro años y medio de prisión.


 Respecto de la mujer, se tuvo en cuenta, como agravante, la condena anterior que le había dictado, el 16 de diciembre de 2008, el Tribunal en lo Criminal Nº 1, y su reiteración de conducta ilegal en 2009, lo que "habla a las claras de la falta de escarmiento ante la amenaza penal".


 El fallo estuvo a cargo de los jueces Daniela Fabiana Castaño, Raúl Guillermo López Camelo y María Elena Baquedano.


 El fiscal Eduardo Quirós había solicitado siete años para Rocandío y cinco para Aníbal Roassio (no tiene antecedentes), mientras que el defensor particular, Leonardo Gómez Talamoni, entendía que sólo el hombre fue quien cometió el delito, rechazando la responsabilidad de su progenitora.


 Los jueces entendieron que ambos eran culpables de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización y, además de la pena de prisión, les impusieron multas de 1.500 y 500 pesos, a madre e hijo, respectivamente.

El procedimiento.




 La mujer y su hijo habían sido arrestados a fines de octubre del año pasado, en el marco de un allanamiento en la casa que ocupaban, en Sisco 3571, de Ingeniero White, cercana a una escuela.


 En la finca de Rocandío --quien para ese entonces gozaba del beneficio de arresto domiciliario, por el delito anterior-- se encontraron unos 160 gramos de clorhidrato de cocaína de máxima pureza, una cantidad no determinada de picadura de marihuana y semillas de cannabis sativa.


 Entre los distintos elementos de prueba reunidos, se mencionaron testimonios y escuchas telefónicas que acreditarían la venta de estupefacientes, en especial por parte de Aníbal Roassio.


 A fines de 2008, Rocandío y otro hijo suyo, Alberto Adrián (24), habían sido sancionados por un hecho similar.


 Los jueces del Tribunal en lo Criminal Nº 1 consideraron, en esa causa, que se probó que, desde el 12 de julio al 23 de agosto de 2007, en la citada casa, se realizaron transacciones con estupefacientes, con distintas personas que concurrieron al lugar.


 El delito se agravó porque el inmueble donde se llevaban a cabo las "transas", está situado a no más de veinte metros del Colegio Presidente Sarmiento, de la localidad portuaria.


 En la instrucción del primer expediente --y a diferencia del segundo-- fue el hijo (Alberto) quien culpó a la madre de la actividad ilegal, tras asegurar que él no vendía drogas y que sí lo hacía su progenitora.




Testigos. Ariel Humberto Martínez, Néstor Luis Abraham y Pablo Gustavo Fernández, fueron citados como testigos para el juicio que se desarrollará entre el 15 y el 19 de noviembre, en Estomba 34, contra Daniel Tarquinus y Nelson Barroca. Se les atribuye el delito de sustracción coactiva agravada reiterada en Tres Arroyos.