Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Paradores: los mejores amigos de cada temporada

Con gran variedad de servicios y con novedosas propuestas a pasos del mar permiten a los fanáticos de la playa disfrutar del verano de sol a sol.
El parador Las Huellas, del Camping Americano, combina la arquitectura sustentable y el gusto por la gastronomía artesanal.

Gracias a la propuesta de los paradores de Monte Hermoso, los amantes y “fundamentalistas” de la playa -esos que no quieren moverse ni un minuto de la arena- tienen todo, o casi todo, servido para disfrutar del verano a pasos del mar, de sol a sol. Con mayores o menores estructuras, los paradores ya no limitan su acción a la oferta gastronómica sino que han incorporado múltiples servicios.

Las Huellas, de estreno

El Parador Las Huellas del Camping Americano es una de las interesantes alternativas que ofrece el balneario.

Renovado por completo y con una propuesta que gira en torno a la arquitectura sustentable y al menú casero y artesanal, logra generar un ambiente totalmente descontracturado.

Las sillas, mesas y barra del parador, realizadas en madera noble, son una invitación a relajarse, a descansar los sentidos y a quedarse a disfrutar de una cerveza artesanal Bohl (la bebida estrella del lugar) en sus variedades Rubia, Ipa, Reina, Colorada y Negra.

Maximiliano Elías, a cargo de La Huellas, comentó a “La Nueva.” que los cambios se realizaron en la búsqueda de aportar valor agregado al producto, tal y como marcan los estándares del turismo internacional.

“La idea es que quienes visiten el parador vivan una experiencia única y distinta; algo que no puedan vivenciar en sus casas”, dijo.

La oferta gastronómica también va en sintonía con esta mirada. La carta combina el placer de lo casero con la sofisticación de lo gourmet. El menú tiene el sello del chef Álvaro Aristizábal y presenta alternativas para todos los bolsillos.

Ofrece desde hamburguesas de 200 gramos de carne hasta pinchos de salmón, cordero y cerdo, tapeo gourmet, pescados y mariscos, ensaladas y seis platos del día. La recomendación en postres: mousse de Bonobon.

Estas exquisiteces se pueden saborear tanto en el sector cubierto como al aire libre.

Para quienes gustan del estilo vintage, la perlita es una pared cubierta con antiguos sifones de soda. Por las noches hay música en vivo y karaoke.

Además, el parador, con una mirada integradora, adquirió una silla anfibia para que quienes presentan una discapacidad puedan disfrutar en la arena y en el agua. También se llevan a cabo clases de Gym todos los días. Está en la bajada del Camping American, complejo que invita disfrutar de una pileta que supera las medidas olímpicas.

Pelícano y Oveja Negra

La oferta de Pelícano -Costaenera y Costa- crece cada año. Brinda servicios de gastronomía, caminatas, clases de acquagym, taller de reciclado para chicos, masajista y música en la playa. Por la noche, ofrece karaoke y cena show. Alquila carpas y sombrillas y ofrece jugos, tragos y ensalada de frutas. Tiene una pileta habilitada desde las 10, con guardavidas. El viernes recibirá a la Bersuit, en el ciclo de recitales frente al mar.

“Manejamos dos menús de mediodía y dos de noche, más elaborados como cazuela de mariscos o salmón rosado”, contó Julián Simone, a cargo del parador.

“Mejoramos la estética, los servicios y nos convertimos en un referente de un camino a seguir”, dijo.

Oveja Negra -en Costanera y Patagonia- también a cargo de Simone, es un autoservicio en la playa con foco en la comida saludable (ensaladas, sandwichs, pan con semillas). Tiene una terraza recomendable.

Guardalavaca

Luis De Marchi, su concesionario, dijo que uno de los puntos fuertes de Guardalavaca -Costanera y Pedro de Mendoza- es el esfuerzo a puertas cerradas en la preparación de la temporada.

“El staff es siempre el mismo; esto genera una sinergia positiva que hace que todo salga lo mejor posible. La gente está, solo resta atenderla bien y ofrecerle calidad y precio", destacó.