Patagones: polémica por el cierre de la terapia intensiva

Redacción de La Nueva.

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Una nueva polémica se desató en Patagones a raíz de la decisión de las autoridades de Salud de cerrar, desde mañana hasta el 28 de este mes, el área de terapia intensiva del Hospital Municipal Pedro Ecay, el principal centro de salud del distrito.

El anuncio fue efectuado por el secretario de Salud maragato, Marco Trípodi, quien aseguró que el servicio igualmente estará garantizado porque los pacientes que lo requieran serán derivados al Hospital Artémides Zatti o a la Clínica Médica Viedma, de la capital rionegrina.

Trípodi sostuvo que la medida se debe a “razones de fuerza mayor”.

Según dijo, está motivada por la necesidad de realizar “tareas de mantenimiento”, aunque también habló de “una cuestión de recursos humanos”.

“Algunos médicos se fueron y, los que quedaron, se sobrecargaron de la tarea en este último tiempo”, dijo.

Justamente la falta de explicaciones precisas sobre el cierre del servicio, durante más de 20 días, fue lo que generó la polémica. Desde el bloque de ediles opositores del Frente para la Victoria señalaron, mediante un comunicado, que “no hay un discurso claro entre el jefe de Gabinete (Daniel Paredes) y el propio secretario de Salud, por lo que no se ponen de acuerdo sobre el motivo del cierre de la terapia intensiva del hospital”.

“El intendente (José) Zara también es responsable primario en esta decisión”, enfatizaron los concejales del FPV, quienes recordaron que el jefe comunal había asegurado que la salud iba a ser un eje “primordial” de su gestión.

Los ediles también señalaron que, pese a que no encuentran motivo que justifique la medida, la alternativa elegida está lejos de ser la mejor.

Otro de los que se sumó al debate fue Gustavo Paleta, secretario general de ATE Patagones, quien recordó que hace unas semanas faltaban elementos básicos de las salas periféricas, como alcohol y productos de limpieza.

“Además, la falta de personal en los hospitales se ve en diferentes localidades -denunció-. Casi no hay pediatras, y los profesionales que estuvieron trabajando en enero lo hicieron en negro, con el riesgo de no cobrar”.