Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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El “Chango” Eduardo Cárdenas y un brindis con un renovado deseo de Navidad

En 1987 rindió examen para empezar a trabajar en la Justicia, pero un problema burocrático se lo impidió. Hoy se siente más cerca que nunca.
"Ahora, mis expectativas están puestas en el informe psicológico final", dice Eduardo, aquí junto a su mujer Lucy.

 Cecilia Corradetti / ccorradetti@lanueva.com

Eduardo “Chango” Cárdenas brindó en la Nochebuena junto a su mujer y, entre sus deseos, privilegió aquello que viene reclamando nada menos que desde hace casi tres décadas: conseguir ese trabajo que tanto anhela, en el Palacio de Justicia, de Estomba 34.

Su historia está signada por la espera. Tiene algunos matices felices, pero también unos cuantos de los otros.

En 1987, tras haber rendido un examen estuvo en condiciones de ingresar a Tribunales, pero distintas trabas burocráticas finalmente lo impidieron.

Dos años atrás pareció haber estado otra vez muy cerca, pero nuevamente un examen psicológico detuvo el trámite.

“Fue una lucha de toda una vida y sigo en ese camino. No bajo los brazos. Ahora, mis expectativas están puestas en el informe psicológico final, el cual, si se aprueba, me allanaría el camino y podría ser oficialmente designado el 13 de enero”, relató ayer al mediodía, mientras cocinaba el almuerzo navideño junto a Lucy, su mujer, y su perro “Cartucho” en el hogar de Washington 901.

Con una hemiplejía espástica izquierda, es decir, una suerte de endurecimiento muscular progresivo que solo puede atenuarse con rehabilitación diaria, el “Chango” le pone siempre una sonrisa a la vida y se permite seguir soñando.

“A las 12 brindé con Lucy, cerré los ojos y me imaginé ese trabajo que tanto anhelo. Pedí por eso y pedí por los sueños de todo el mundo”, se sinceró.

Mientras pasan los días, este hombre, de casi 60 años, se desempeña de manera particular como cadete, siempre en el ámbito de Tribunales, “para seguir estando presente de alguna manera y recordarle a la gente quién soy y qué estoy esperando”.

"Capacitado"

“Esta vez tengo más esperanzas que nunca”, dijo y recordó los muchos pasos que debió sortear desde octubre de 1987. Desde entonces, envío alrededor de 57 notas a diferentes jueces, una de las cuales logró llamar la atención del gremio. Allí fue cuando su historia tomó notoriedad.

“El tema está en la Corte, que es la que debe decidir. Si ellos certifican que estoy apto, pronto obtendré mi trabajo, para el cual me siento totalmente capacitado más allá de mi edad y mi condición física”, aseguró.