Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Cada año hay menos positivos en los controles de alcoholemia en Bahía

Pese a que se siguen registrando accidentes protagonizados por conductores alcoholizados, las estadísticas reflejan un marcado descenso en los últimos 5 años.
Cada año hay menos positivos en los controles de alcoholemia en Bahía. La ciudad. La Nueva. Bahía Blanca

Federico Moreno / fmoreno@lanueva.com

   La madurez de una sociedad se puede medir de muchas formas. Una de ellas, fácilmente mensurable, es el respeto por las normas de tránsito, sobre todo aquellas cuyo incumplimiento puede terminar con la vida de una persona. Afortunadamente, Bahía Blanca demuestra, al menos en este rubro, estar volviéndose una sociedad más responsable. Las cifras recolectadas por la Guardia Urbana Municipal –-en sus diferentes etapas y denominaciones-- en cada operativo de los últimos 5 años indican que mientras que en 2012 los resultados positivos en controles de alcoholemia arrojaban un 14,40%, dicha cifra bajó prácticamente todos los años, alcanzando en 2016 un mínimo de 4,69%.

   Los distintos actores de la materia sostienen que, entre otros, los factores que pueden haber influido son las campañas municipales de concientización, el alto valor de las multas y el retiro de la licencia de conducir por tiempos prolongados.

   Más allá de educar a la población mediante campañas, la Municipalidad amplió considerablemente sus operativos de tránsito en las calles, vigilando de cerca a los conductores, quienes como todo ser humano suelen ser hijos del rigor.

   En cifras, mientras que en 2012 el extinto Cuerpo Único de Inspectores Municipales (CUIM) realizó 2.667 controles de alcoholemia (unos 7 por día), en 2016 la también desaparecida Guardia Urbana Municipal (GUM) hizo 24.804 (unos 68 por día), es decir 8 veces más en apenas 4 años.

   Una importante distinción que se puede realizar a partir del análisis de las estadísticas recogidas por la Municipalidad, es entre los resultados positivos obtenidos por los hombres (7,11 %) y los obtenidos por las mujeres (1,07 %), un dato que no se debe confundir con la cantidad de conductores controlados de ambos sexos, que arroja alrededor de 3 hombres por cada mujer.

“Los hombres tienen más problemas que las mujeres”

   Para entender el porqué de estas cifras que revelan que los hombres dan positivo seis veces más que las mujeres, “La Nueva.” consultó al licenciado en Psicología Antonio Porcelli Piussi.

   “Una investigación hecha en distintas partes del mundo coincide con los datos que arrojan los operativos de Bahía Blanca y sostiene que hay más hombres que conducen alcoholizados que mujeres que hagan lo propio, incluso con una proporción muy similar a la local (7 hombres por cada 1 mujer)”, explicó.

   “Al dato se lo puede entender con dos cuestiones: por un lado los hombres tienen una mayor dependencia del alcohol que las mujeres y, por otro, los hombres son mucho menos propensos a experimentar miedo que las mujeres. Eso los lleva a tener distintas conductas consideradas de riesgo, como las que ponen en peligro la vida de uno y/o de terceros, lo que se da en el caso de manejar alcoholizado”, agregó.

   “Dicha falta de miedo en los hombres tiene un basamento orgánico en el cerebro. Experimentos han demostrado que cuando el cerebro del hombre es expuesto a señales de peligro, este reacciona con menor intensidad que el de las mujeres. Específicamente, la zona que detecta las señales o estímulos amenazantes se denomina amígdala y es allí donde se genera la reacción”, explicó el psicólogo.

   “Es una cuestión natural que se da porque a través de la historia de la humanidad, al haber sido cazadores los hombres han estado mucho más expuestos al peligro que las mujeres, habituándose a experimentar situaciones de riesgo y por ende forjando un cerebro menos sensible frente al peligro y los riesgos”, añadió.

   “El hecho de que los hombres tengan más conductas de riesgo los lleva a cometer más actos irresponsables que ponen en peligro al resto de los seres humanos. La psicopatía --o trastorno antisocial de la personalidad--, eso que padecen aquellos que delinquen, maltratan o agreden, está altísimamente más presente en hombres que en mujeres, con una relación aproximada de 10 hombres por cada mujer”, concluyó Porcelli Piussi.

“Creció la figura del conductor designado”

   Dividida en tres partes ante su disolución a fines de 2016, la Guardia Urbana Municipal continúa con su misión de controlar el tránsito bajo la órbita de la Dirección General de Control de Tránsito Urbano, al mando de Mauro Plaide.

   “Los controles de alcoholemia positivos bajaron en los últimos años en parte por los trabajos que hacemos de concientización, educación y prevención, y en parte por los operativos que realizamos de manera rutinaria. Eso hace que el conductor hoy opte por tomarse un taxi o por la figura del conductor designado”, analizó Plaide.

   “No solo lo notamos cuando vemos grupos de 4 o 5 chicos que van de la 'previa' al boliche, sino que ellos mismos nos lo comentan. Nos dicen 'hoy me tocó a mí, el finde que viene le toca a otro', 'no tomé nada, estoy de conductor designado' y cosas por el estilo. En las últimas Fiestas se notó muchísimo una mayor responsabilidad de los bahienses, en Navidad sin ir más lejos dio positivo un solo control sobre 180 realizados”, comentó el municipal.

   En 2016 se alcanzó un récord de controles de alcoholemia realizados en la ciudad, con 24.804, casi un 70% más que el año precedente. “No solo aumentó la cantidad de controles, sino también la ubicación de los mismos. Algo que implementamos en mi gestión fue hacer los controles en lugares que nadie tenía previstos, poco frecuentes. Hoy la gente sabe que agarre por donde agarre puede haber un control, por lo que se tiene que cuidar más a la hora de beber o directamente tomarse un taxi”, agregó el director de CTU.

   Plaide explicó que, además, los operativos son más rotativos, se realizan 2 o 3 por noche y, según el día y la cantidad de personal con que se cuente, pueden ser en simultáneo o en distintos horarios de la madrugada. “Si se hace en un solo punto, vamos con dos alcoholímetros y hacemos en dos o más calles a la vez, como por ejemplo en Alem, Dorrego y Alsina si se escoge la esquina del teatro”, explicó.

   En 2012 un caso dividió las aguas en los tribunales locales: la presencia de un enfermero y no de un médico durante un control de alcoholemia significó el éxito en la apelación de un conductor que había dado positivo. Hoy la presencia de un médico ya no es necesaria.

   “Actualmente hay encargados de operativo y operadores del alcoholímetro. El operador es un inspector que recibió una matrícula emitida por la Agencia Nacional de Seguridad Vial y avalada por el Ministerio de Salud de la Nación, la que lo habilita para operar tanto el alcoholímetro como el Drager Test –-utilizado para detectar el consumo de estupefacientes--”, aclaró el funcionario. 

Es por eso que ya no es un requisito legal la presencia de un médico en el operativo. “Antes teníamos únicamente 2 inspectores matriculados, mientras que solo en 2016 matriculamos a 67 más”, agregó Plaide.

   Sobre los días de la semana y los horarios en que se realizan los controles de tránsito para detectar el consumo excesivo de alcohol, el director de Control de Tránsito sostuvo que “por regla se hacen de jueves a domingo desde la medianoche hasta las 7.30 de la mañana, respondiendo al movimiento nocturno, aunque de lunes a miércoles o cualquier día pero durante la mañana o la tarde se pueden realizar por excepción”.

   “Como hemos tenido tantos accidentes con personas alcoholizadas durante el día, también los estamos haciendo en ese horario. Se pueden realizar tanto de manera aleatoria como ante una denuncia o un indicio de que una persona esté manejando ebria”, dijo Plaide.

   “Los que se ponen violentos ante un control positivo y el secuestro de su vehículo siguen existiendo, pero son los menos. Hacemos mucho hincapié en la educación, la amabilidad y el respeto del agente para con el conductor. Sabemos que antes era un punto muy criticado, lo que generaba el rechazo de la gente. Ahora siempre les digo a los inspectores que un procedimiento bien encarado, con buenos modales ante todo, predispone a las personas de otra manera”.

   Además, todo operativo de Control de Tránsito Urbano cuenta con la presencia de efectivos de la Policía Local.

“Hay que tomar conciencia de que el alcohol con el volante no va”

   A cargo del juzgado N° 2 del tribunal de Faltas, el juez Gabriel Nardi sostuvo que “tarde o temprano, el conductor tiene que tomar conciencia de que el alcohol con el volante no va. Las sanciones económicas y de inhabilitación son importantes, pero más aún lo es la vida de las personas, que son al fin de cuentas el eje por donde debe pasar el debate”.

   “Una persona muerta no tiene solución, sin importar que se haga justicia o no. A un hijo muerto no te lo devuelve nadie. Más allá de la cuestión del volante, veo mucha gente muy alcoholizada, sin distinguir sexo ni edad. Si ves como salen de los bares, lo más peligroso que puede pasar es que tengan un auto cerca”, analizó el magistrado.

   Enfocándose sobre las múltiples audiencias por alcoholemias positivas que tiene en su juzgado semanalmente, Nardi detalló cuáles son las formas del procedimiento. “El descargo lo tiene que hacer el 100% de los infractores porque es un acto procesal necesario y obligatorio para poder dictar sentencia. Eso no implica que la persona tenga que declarar, puede presentarse, negarse a hacerlo y ahí mismo se termina la audiencia, juzgándose el caso después en base a las constancias obrantes del operativo”.

   “La mayoría de la gente suele explicar de dónde venía y hacia dónde se dirigía o qué había bebido. Una excusa bastante habitual es que se trasladaban pocas cuadras y otra es que supuestamente no estaban manejando cuando los frenaron, sino que se ubicaban parados al lado del auto. Pero se trata de una reacción muy común de los conductores, cuando doblan una esquina, se encuentran de golpe con el operativo y estacionan en el primer lugar disponible”.

   “Más allá de que esas excusas no prosperan, la obligación que tenemos como juzgadores de la Justicia de Faltas es establecer la legalidad del procedimiento. Es el infractor el que se vale de los errores del mismo para argumentar su defensa. Son muy importantes para que el procedimiento tenga validez las actas elaboradas por los agentes de tránsito y los tickets de rigor del alcoholímetro. Un apellido equivocado, una fecha mal puesta o un ticket perdido pueden anular todo el procedimiento y no se puede condenar al infractor”.

   Un artilugio que se instaló hace algunos años para supuestamente lograr “vencer al sistema” es no presentar el carnet ante un operativo, aduciendo la pérdida o la falta del mismo.

   El juez Nardi explicó que es un error pensar eso porque “no tener la licencia en el auto configura una nueva infracción con el mismo valor que la multa por alcoholemia más 2 meses de inhabilitación. Cuando el juzgado dicta la sentencia se conmina al infractor a traer la licencia para que la sanción de inhabilitación se cumpla. O trae la que tiene, o tramita una nueva si efectivamente la perdió o se le venció y una vez que la posee la trae para ser retenida”.   

“La sanción de inhabilitación, conforme lo prevé la ley 24.449, va de 1 a 9 meses, plazo que se puede agravar según el carácter de reincidente del infractor. Nosotros tenemos una tabla que dependiendo del nivel de alcohol en sangre nos indica qué inhabilitación aplicamos. Una persona que dé 1,10 gramos tendrá entre uno y dos meses de inhabilitación, mientras que una que supere los 3 gramos seguramente estará más cerca de los 9 meses”. Cabe recordar que el máximo permitido para autos es 0,50, mientras que para motos es de 0,20.

   Las multas por alcoholemia positiva rondan entre los 6.000 y los 6.300 pesos, debiéndose abonar íntegramente, sin posibilidad de reducción por pago voluntario.

   Para retirar un vehículo secuestrado se debe presentar la tarjeta verde, el título de propiedad del automotor y el seguro vigente. Además de la multa, hay un gasto administrativo generado por la causa que ronda los $800, a los que se les debe sumar unos $70 por cada día de estadía en el corralón. “No suelen estar muchos días en el depósito, la gente suele venir inmediatamente después del secuestro del vehículo”, dijo Nardi.El último miércoles un taxista de nuestra ciudad chocó contra dos vehículos estacionados y luego dio positivo en el control con 3,28 gramos de alcohol por litro de sangre.

   Casos como este sacan a la superficie a las leyes de tránsito y al supuesto retiro de la licencia de por vida.

Cabe aclarar que, mientras que los automovilistas particulares tienen un máximo permitido de 0,50, los conductores profesionales en el ejercicio de su profesión tienen tolerancia cero.

   “Cuando un chofer profesional conduce su vehículo particular puede tener hasta 0,50 gramos de alcohol por litro de sangre. Si da más que eso, el procedimiento típico implica que se le aplican las sanciones que corresponden al común de la gente, con la salvedad de que finalizado el plazo –-entre 1 y 9 meses-- de inhabilitación, el carnet lo devolvemos a la Dirección de Tránsito y Transporte”, dijo Nardi.

   “Lo que allí se hará es evaluar si al momento en que el chofer deba renovar su licencia, se le otorgarán o no las categorías profesionales. Por ejemplo, un taxista con tres sanciones por alcoholemia es un peligro para la comunidad”, agregó.

   “En el caso de automovilistas particulares, es raro ver una doble reincidencia, pero en caso de que se dé, el máximo que se aplica es de 18 meses. No recuerdo una inhabilitación de por vida ni siquiera en el ámbito penal. Sin ir más lejos, el famoso caso del hijo de Aliverti, juzgado hace pocos días, tuvo una inhabilitación de 8 años. En el juzgado de Faltas las sanciones no son eternas, tienen límite temporal”, concluyó el juez.

Es falso que las licencias se retiran de por vida

   El último miércoles un taxista de nuestra ciudad chocó contra dos vehículos estacionados y luego dio positivo en el control con 3,28 gramos de alcohol por litro de sangre.

   Casos como este sacan a la superficie a las leyes de tránsito y al supuesto retiro de la licencia de por vida.

   Cabe aclarar que, mientras que los automovilistas particulares tienen un máximo permitido de 0,50, los conductores profesionales en el ejercicio de su profesión tienen tolerancia cero.

   “Cuando un chofer profesional conduce su vehículo particular puede tener hasta 0,50 gramos de alcohol por litro de sangre. Si da más que eso, el procedimiento típico implica que se le aplican las sanciones que corresponden al común de la gente, con la salvedad de que finalizado el plazo –-entre 1 y 9 meses-- de inhabilitación, el carnet lo devolvemos a la Dirección de Tránsito y Transporte”, dijo Nardi.

   “Lo que allí se hará es evaluar si al momento en que el chofer deba renovar su licencia, se le otorgarán o no las categorías profesionales. Por ejemplo, un taxista con tres sanciones por alcoholemia es un peligro para la comunidad”, agregó.

   “En el caso de automovilistas particulares, es raro ver una doble reincidencia, pero en caso de que se dé, el máximo que se aplica es de 18 meses. No recuerdo una inhabilitación de por vida ni siquiera en el ámbito penal. Sin ir más lejos, el famoso caso del hijo de Aliverti, juzgado hace pocos días, tuvo una inhabilitación de 8 años. En el juzgado de Faltas las sanciones no son eternas, tienen límite temporal”, concluyó el juez.