Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Detrás de una política hídrica

La Provincia, a través de la Autoridad del Agua, enfrenta el desafío de compatibilizar recursos y demanda.
La vicepresidencia de la ADA está a cargo de Liliana Raskovsky desde 2013.

Por Rodolfo Angeletti / rangeletti@lanueva.com

Con 34 años en la administración pública provincial, la licenciada en Geología Liliana Raskovsky registra su paso por la vieja Obras Sanitarias, y el Organismo de Control del Agua de Buenos Aires (OCABA), en la etapa en que el servicio fue administrado por Azurix. Desde 2013 ocupa la vicepresidencia de la Autoridad del Agua (ADA) e integra el directorio del organismo con más dilatada gestión de los últimos años.

Admite que el escenario que tiene por delante la Provincia en materia de ordenamiento hídrico es inagotable y reúne multiplicidad de aristas, pero no duda en calificar de “histórico” el objetivo de reunir en una misma base de datos toda la información técnico-legal de los usuarios bonaerenses de agua potable, superficial y subterránea en el denominado BUDURH -Banco Único de Recursos de Usuarios de Recursos Hídricos-.

“Nada más alejado de los objetivos que tratar de convertir a la ADA en un organismo policíaco o con fines meramente recaudatorios. Por el contrario, sus sistemas de gestión de usuarios están siendo revisados por profesionales de la UTN, con el objetivo de perfeccionarlos y adecuarlos a las necesidades futuras” sostiene la funcionaria.

Para brindar una dimensión de los objetivos, la ADA registra actualmente unos 10 mil usuarios y piensa terminar el 2015, con 60 mil, para llegar en 5 años a 150 mil.

El BUDURH se lanzó en 2010 y se instrumentó en los dos años subsiguientes. El empujón decisivo lo recibió en 2013. Los datos del registro, junto con la información vertida en los permisos de explotación y/o vuelco de efluentes, permiten ajustar el canon por uso que tributan los usuarios, pero esto está lejos de ser definitivo. La Provincia está en vías de incorporar un criterioso concepto para medir el consumo de agua: la huella hídrica. Esta no se basa solamente en el volumen consumido, sino también, en el impacto que genera ese consumo.

Para ello cuenta con el asesoramiento de una organización pionera a nivel internacional sobre Huella Hídrica, como la holandesa Water Footprint Network. El desarrollo metodológico del esquema se está llevando a cabo en una cuenca piloto de la Provincia: Las Conchitas-Plátanos, ubicada en la localidad de Berazategui, para luego replicarlo a nivel provincial y nacional.

El plan atraviesa la primera de cuatro etapas y finalizará a fin de año.

En forma simultánea se puso en marcha el Plan Estratégico (2015-2025) que involucra un profundo reordenamiento del uso y la explotación de la totalidad de los recursos hídricos y se lleva adelante por primera vez en la historia de la Provincia.

“Lo que nos permite saber este método es cómo impacta la huella hídrica en el ambiente hidrológico, qué estres hídrico provoca y si es necesaria una corrección. Esto va a funcionar como una especie de premios y castigos, porque no podemos implantar una tarifa única para todos los ambientes”, asegura Raskovsky.

Cuando se la consulta cuál es su mirada frente a la evolución de la demanda de agua subterránea, la recarga de los sistemas y su grado de contaminación no duda: “a partir de fines de los 50 comenzaron a producirse grandes procesos de contaminación en el acuífero Puelches, en zonas de alta actividad industrial. El primer campo de bombeo en desaparecer fue el de Capital Federal, para correr luego la misma suerte: Lanús, San Martín, La Plata –a partir de los 60 pierde el campo de Bosques por agotamiento--, Quilmes y recientemente Berazategui”.

“Estos campos de bombeo han sido abandonados y eso trajo otra consecuencia muy importante como fue la falta de cobertura de cloacas para el agua importada en amplias zonas del Gran Buenos Aires (Lomas de Zamora). Esta situación produjo aumentos importantes en los niveles de agua freática --mezcla de agua servida y potable-- que comenzó a aflorar en superficie en zonas muy vulnerables”, sostuvo Raskovsky.

La funcionaria también advirtió que si continúa el ciclo húmedo estas situaciones podrían repetirse.

“En las zonas donde se produjo la degradación del acuífero Puelche, el Pampeano desapareció. Hay que entender que ambos forman una unidad acuífera multicapa” manifestó.

Agregó que lo mismo ocurrió con el Pampeano en la zona de Pilar, de alta industrialización.

Sin embargo, sostuvo que en el centro de la Provincia, (Chacabuco), se observa un acuífero Pampeano con formidable potencialidad, donde a pesar de explotaciones incontroladas siguen manteniéndose los niveles.