Bahía Blanca | Sabado, 27 de abril

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Sensaciones encontradas

“Ahora está en marcha la segunda fase de la operación oficialista K que dice que el triunfo de Daniel Scioli está cantado y que el electorado se va a inclinar por el voto a ganador” en la contienda presidencial.

La lectura es aportada por referentes directos del precandidato presidencial del Frente Renovador, Sergio Massa, que al igual que el kirchnerismo puro decidieron cabalgar sobre el giro discursivo que hizo Mauricio Macri sobre el rol del Estado tras la apretujada victoria del Pro en el balotaje porteño, cuando subrayó como “bondades” algunos ejes que jamás su espacio político apoyó.

“A diferencia de Macri, Daniel es un ejemplo de coherencia” se jactó la ministra sciolista de Gobierno, Cristina Alvarez Rodríguez. Pronostican que el “cambio de discurso” del aspirante presidencial por el Pro será de “difícil cicatrización” durante este proceso de campaña hasta las elecciones del 9 de agosto.

Los renovadores massistas buscan volver a subir al ring electoral invocando que Macri “ya no es la única opción opositora” capaz de vencer al FpV.

“Martín Lousteau demostró en las elecciones porteñas que Macri es débil y se le puede ganar”. Especialmente, dicen, en la provincia, donde el líder del Pro “no tiene dominio territorial”, sobre todo en el primer y tercer cordón del Conurbano con una representación histórica del PJ por más de 20 años.

“Tenemos al mejor candidato para gobernar la provincia con mayor peso electoral del país. Felipe Solá ya lidera las encuestas. Se cayó la mentira de la falsa polarización anticipada en la elección nacional”, agitó el senador del FR y cuñado de Massa Sebastián Galmarini.

Macristas y sus aliados radicales que se subieron al “tractor amarillo” no pierden de vista la posibilidad de desafiar el poder del PJ en el ámbito bonaerense aunque para eso necesitan ajustar algunas cuestiones. Por ahora, la candidata a gobernadora, María Eugenia Vidal, no logra ser “competitiva” más allá de su cuota de buena imagen y trabajo de hormiga.

Scioli, al igual que su círculo íntimo comandado por el jefe de Gabinete, Alberto Pérez, sobrevuela la movida interna peronista por la Gobernación entre los precandidatos Aníbal Fernández y Julián Domínguez. Pero, esa moderación no se traslada hacia los “copilotos” que integran ambas fórmulas K.

El gobernador tiene una afinidad personal por el presidente del PJ bonaerense y alcalde de La Matanza, Fernando Espinoza. No obstante, al entorno sciolista, como a buena parte de la dirigencia peronista, le cuesta digerir la figura de Martín Sabbatella como postulante a vice del quilmeño jefe de Gabinete de la Nación.

En las diagonales recuerdan que el titular de la Afsca fue un feroz crítico de la gestión “naranja” como así también de la estructura tradicional del peronismo. Espinoza, en cambio, se comprometió a profundizar la “política sobre seguridad”, promovida por Scioli. Domínguez no solo prometió darle continuidad al esquema de Policía Local, sino que además anunció la creación de un ministerio bonaerense de Derechos Humanos en caso de ser gobernador, en coincidencia con la propuesta nacional del candidato presidencial del FpV.

A priori, la tendencia electoral le otorga cierta ventaja al mediático Fernández respecto a Domínguez en la carrera por la sucesión de Scioli, especulan dentro de una Legislatura que, en paralelo con el comienzo del receso escolar, también inició el intervalo invernal por dos semanas.