Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Lluvia de pesos, sequía de dólares

A partir de esta semana comenzará a sentirse en los bolsillos de prácticamente todos los consumidores una mejora del poder adquisitivo. Los empleados cobrarán, además del medio aguinaldo, el primer tramo de los aumentos salariales. Además, para los que están en la franja de menores ingresos aumentaron las asignaciones familiares, lo mismo que la AUH para aquellos que no están empleados o trabajan en negro.

Este incremento coincide con un menor aumento de la inflación en los últimos meses, pero que igual se ubica en la velocidad “crucero” de 2% mensual. Pero como las remarcaciones han perdido algo de velocidad se vuelven más imperceptibles, lo que acentuará la percepción de una mejora del poder adquisitivo.

Será una sensación de alivio momentáneo, ya que la inflación que se irá acumulando en los próximos meses terminará borrando esa mejora de ingresos reales. Es más, se estima que en la segunda parte del año se produzca un rebrote mayor de la inflación por esta suba de la demanda interna. Algo así ocurrió en 2013, la antesala de la devaluación de 2014.

El aumento de los pesos en la calle está acompañado por la fuerte expansión del gasto público, que sigue creciendo por encima del 40% en términos interanuales, aumentando así el déficit fiscal. Se trata de un típico comportamiento en un año electoral, pero que no es nuevo. El desequilibrio comenzó prácticamente en el primer mandato de Cristina Kirchner y se acentuó fuertemente en estos últimos cuatro años.

La enorme masa de pesos que circula contrasta con la ausencia casi total de dólares. Axel Kicillof consiguió apenas u$s 1.400 millones con la colocación del Bonar 24 en los mercados internacionales. Pero se trató de una emisión aislada. Si se quisiera repetir hoy aquella emisión de deuda la tasa del 9% anual pasaría a cerca del 10,5% en dólares.

Más grave aún es la escasez de dólares “genuinos”, como le gusta decir a la presidenta. El superávit de la balanza comercial prácticamente se esfumó. En los primeros meses del año cayó más del 65% y arrojó un saldo de u$s 776 millones. La caída del 26% en las exportaciones se explica por la caída de precios internacionales, pero también reducción de cantidades.

La máquina de pesos funcionando a todo vapor y la ausencia casi total de divisas plantea serios problemas: por lo pronto, dificulta mantener el tipo de cambio en los actuales niveles y también complica una eventual salida del cepo a partir de la asunción del nuevo Gobierno, ya que el desequilibrio entre la cantidad de pesos que circula en la economía y los dólares en poder del Central se vuelve cada vez más notorio.