Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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CFK anuncia hoy el festival de gasto

El último discurso de la presidenta ante la Asamblea Legislativa genera una lógica atención. Se trata de una suerte de despedida luego de casi doce años de gestión K. Una buena ocasión para realizar un largo balance de lo que se hizo en más de una década, por supuesto con la mirada bastante particular que la caracteriza.

La principal expectativa, sin embargo, está puesta en los anuncios. Los años electorales suelen mostrar un fuerte salto en el nivel de gasto y este no será la excepción ni mucho menos.

El problema es que el desbalance ya es demasiado grande. El déficit fiscal se ubicó en 2014 en casi el 5% del PBI y este año podría crecer hasta el 7%, un nivel que prácticamente no se veía desde fines de la década de 1980, que terminó en hiperinflación y congelamiento de depósitos. Esta vez la situación es menos dramática, pero al mismo tiempo desafiante para el gobierno que asuma el 10 de diciembre.

El primer bimestre ya marca claramente cuál es la dirección adoptada por el gobierno. Los adelantos del Central al Tesoro ya suman $ 17.600 millones, una cifra casi cuatro veces más grande que la del mismo período del año pasado. Además, la base monetaria que venía creciendo al 20-22% interanual ya lo hace a un ritmo de casi el 30%. Y esto solo en el arranque de 2015.

El plan es recurrir casi sin restricciones al financiamiento del Central, inundar de pesos al mercado para alentar el consumo, pero al mismo tiempo retrasar el tipo de cambio y cuidar las reservas. Se trata de múltiples objetivos casi imposibles de sostener por mucho tiempo. Pero no importa: en diciembre serán otros los que deberán desactivar la bomba, si pueden. El relato quedaría resguardado, pero la realidad es bien diferente.

Por eso, más allá de los discursos, lo relevante es hasta qué punto la presidenta está dispuesta a seguir incentivando el gasto sin financiamiento genuino. Esta fórmula llevará inexorablemente a más inflación y presión cambiaria. Lo más probable es que de no haber modificaciones en esta tendencia, esas tensiones se manifestarán en el segundo semestre. La dolarización de portafolios, fenómeno típico de un año electoral, ya se viene manifestando. La demanda de “dólar ahorro”, por ejemplo, volvió a ser récord en febrero, aun a pesar de que se achicó la brecha con el paralelo.

El tema a monitorear es, por lo tanto, la “mochila” que este gobierno le dejará al próximo. A todas las asignaturas que Cristina decidió no encarar (tarifas, tipo de cambio, holdouts, desequilibrio fiscal) habrá que agregarle las inconsistencias de que se irán sumando en lo que queda de 2015, con tal de permitirle al oficialismo llegar mejor parado a las elecciones. O de complicarle la vida al que viene.