Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Trump exhortó al Congreso por la inmigración, la economía y la defensa

El presidente dio un primer discurso ante los legisladores en el que proclamó el inicio de "un nuevo capítulo de grandeza estadounidense".
Fotos: Reuters

   El presidente estadounidense, Donald Trump, llamó anoche al Congreso a reformar el sistema inmigratorio y de salud, a invertir 1 billón de dólares en infraestructura deteriorada y a aumentar el gasto militar, en un primer discurso ante los legisladores en el que proclamó el inicio de "un nuevo capítulo de grandeza estadounidense".

   "El tiempo de pensar en pequeño se acabó", dijo con tono optimista el presidente republicano, en un discurso en la Cámara de Representantes ante la totalidad de los legisladores que sin embargo no incluyó directivas claras sobre cómo encarar las complejas prioridades legislativas que han dividido a su Partido Republicano.

   El primer discurso ante el Congreso ofreció a Trump la posibilidad de redirigir los esfuerzos de su joven gobierno hacia las cuestiones que lo ayudaron a ganar las elecciones de noviembre, como el apoyo de los blancos de clase trabajadora que recelan de los inmigrantes, sobre todo en zonas desindustrializadas.

   Sobre el tema de la inmigración, uno de sus caballitos de batalla, el presidente exhortó a demócratas y republicanos del Congreso a "trabajar juntos" para aprobar una ley de reforma migratoria, una meta que los legisladores estadounidenses buscaron sin éxito durante décadas.

   "Creo que una reforma inmigratoria real y positiva es posible, siempre y cuando nos centremos en las siguientes metas: mejorar los empleos y salarios de los estadounidenses, reforzar nuestra seguridad nacional y restaurar el respeto a nuestras leyes", dijo, aunque sin dar más detalles de cómo debería ser la reforma.

   Pero al mismo tiempo, Trump prometió hacer cumplir las leyes migratorias del país para que aumenten los salarios, ayudar a los desempleados, ahorrar "miles de millones de dólares" y que las comunidades sean más seguras, antes de reiterar sus planes de levantar un muro en la frontera con México.

   "Debemos restaurar la integridad y el imperio de la ley en nuestras fronteras. Por eso, pronto comenzaremos la construcción de un gran muro a lo largo de nuestra frontera sur", dijo.

   En materia de salud, Trump instó a senadores y representantes a que deroguen la Ley de Cuidado de Salud Asequible, conocida como Obamacare por haber sido impulsada por Barack Obama, su antecesor demócrata, y a que la reemplacen por un plan que amplíe la cobertura médica y baje los costes de los seguros.

   "Obligar a todos los estadounidenses a comprar un seguro de salud aprobado por el gobierno nunca fue la solución correcta para Estados Unidos", dijo el presidente, que aprovechó su discurso para defender los logros de sus primeros tumultuosos días en el cargo.

   La intervención en el Capitolio llegó en un momento crítico para un magnate inmobiliario que decidió ser candidato a presidente con la promesa de provocar un cambio radical en el gobierno en Washington y hacer realidad las promesas de los fracasados políticos de carrera.

   El mandatario republicano pasó sus primeros 40 días en el poder tratando de imponer sus políticas a golpe de decreto, pero aún debe librar las complejas batallas legislativas para hacer avanzar su agenda ambiciosa, en especial sus reforma de los sistemas de salud e impositivo.

   Su gobierno sufrió una dura derrota judicial con un fallo de apelaciones que volteó un decreto de restricción de la inmigración de países musulmanes y congelamiento de la admisión de refugiados, y se ha visto complicado por las relaciones entre sus asesores de campaña y Rusia antes de las elecciones del año pasado.

   En momentos en que prepara a firmar un nuevo decreto de ingreso restrictivo, el presidente dijo en el Congreso que "no es compasivo, sino descuidado, permitir un ingreso sin control desde lugares donde no puede haber un escrutinio correcto".

   El turbulento, por momentos caótico inicio de su administración lo dejó con uno de los índices de aprobación más bajos de la historia para un nuevo presidente. Apenas un 44 % de los estadounidenses está conforme con su desempeño en el cargo, según un sondeo de los medios NBC News y Wall Street Journal.

   En su discurso en el Congreso, Trump se jactó de los logros económicos de su gobierno, y dijo que ya empezó a "drenar el pantano" de la corrupción pública imponiendo una prohibición de cinco años de que los funcionarios hagan tareas de lobby.

   "Desde mi elección, Ford, Fiat-Chrysler, General Motors, Sprint, Softbank, Lockheed, Intel, Walmart y muchos otros anunciaron que invertirán miles de millones de dólares en Estados Unidos y crearán decenas de miles de nuevos trabajos estadounidenses", señaló.

   En su intervención en el Congreso, el mandatario volvió a ser vago sobre la reforma tributaria, ya que aunque prometió "un masivo alivio fiscal para la clase media" y una reducción de los impuestos a las corporaciones, no explicó cómo compensará esa caída de la recaudación y el aumento del déficit.

   El mandatario también urgió al Congreso a aprobar un paquete de inversión en infraestructura por 1 billón de dólares que se financiará con capital público y privado.

   En política exterior, Trump prometió ante el Congreso que "trabajará" con los países aliados para "extinguir" al grupo yihadista Estado Islámico (EI), que opera en Siria e Irak y ha atentado en varios países de Europa.

   "Trabajaremos con nuestros aliados, incluyendo a nuestros amigos y aliados del mundo musulmán, para extinguir de la faz de la Tierra a este villano enemigo", dijo Trump, quien manifestó su apoyo a la OTAN pero reiteró su llamado a que los países miembros de la alianza aumenten su contribución económica.

   Además, el presidente pidió aprobar su presupuesto, que, afirmó, "reconstruye las Fuerzas Armadas (...) y pide el mayor incremento del gasto en defensa nacional de la historia estadounidense", un día después de anunciar un aumento de la inversión militar sin precedentes, del 10%, o uno 54.000 millones de dólares.

   La intervención de Trump ante el Congreso no fue, técnicamente, un discurso sobre el Estado de la Unión, aunque es frecuente que los presidentes que recién han asumido el cargo hablen ante ambas cámaras en sus primeras semanas en el poder.

   Al discurso asistieron los miembros de la Corte Suprema y los ministros del gabinete.

   La primera dama, Melania Trump, se sentó junto a invitados especiales destinados a potenciar el mensaje del mandatario, incluyendo a las viudas de dos políticos de California que fueron asesinados por un hombre que residía en Estados Unidos de manera ilegal. (La Nueva. y Télam)