Para Rusia, normalizar las relaciones con EE.UU. llevará tiempo
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El canciller ruso, Serguei Lavrov, afirmó hoy que su país está dispuesto a recorrer el camino de la normalización de sus relaciones con Estados Unidos, pero que después del "daño que le causó Barack Obama" llevará tiempo y esfuerzo llegar a ese objetivo, que tanto el presidente estadounidense, Donald Trump, como su par ruso, Vladimir Putin, dicen compartir.
"Está claro que para superar el daño causado a la interacción ruso-estadounidense durante la gestión de Barack Obama se requerirá tiempo y un trabajo serio", dijo ante la Duma del Estado, cámara de diputados de Rusia, el jefe de la diplomacia del Kremlin, pero "estamos dispuestos a recorrer nuestra parte del camino".
Sin embargo, advirtió que "desde luego, vamos a juzgar las acciones" (a la Casa Blanca), y que Rusia espera que "Trump, que proclamó su intención de concentrarse en la solución de los problemas de Estados Unidos y de no interferir en los asuntos internos de otros países, mantenga su postura".
La última observación apunta a la relación entre Rusia y Ucrania, que, según predijo Lavrov, a partir de ahora tendrá que actuar en forma independiente y sin respaldo de Washington.
"Confío en que con Trump —si cumple con su propósito de hacer una política exterior pragmática, sin intervenir en los asuntos de otros Estados— los mandatarios ucranianos deberán actuar con mayor independencia, sin contar con sus amos transoceánicos, como era habitual con Barack Obama", aseveró.
El jefe de la diplomacia rusa denunció que casi dos años después de la firma de los Acuerdos de Minsk para la paz en el este de Ucrania, "las autoridades de Kiev siguen sin cumplir con sus compromisos" y subrayó que "estos días, el presidente [ucraniano, Petro] Poroshenko dijo que no dará ni un solo paso para cumplir con los aspectos políticos de los Acuerdos de Minsk hasta que no se garanticen sus exigencias en materia de seguridad".
Lavrov señaló que esas exigencias de Poroshenko, en particular la de tomar "control total de la frontera ruso-ucraniana", ahora en manos de los rebeldes del Este, violan los "Acuerdos de Minsk, que dicen negro sobre blanco que el control sobre la frontera se restablecerá cuando se cumplan todos los compromisos políticos de Kiev, incluidos la amnistía y la celebración de elecciones locales en Donetsk y Lugansk, con garantías de un estatus de autogobierno" para esas regiones.
Kiev se niega a avanzar en la parte política de los acuerdos, que también contemplan la reforma constitucional para descentralizar el país, y hasta ahora apostó al ingreso de una misión policial internacional alegando permanentes violaciones del cese de fuego, que a su vez los rebeldes endosan al régimen instalado tras el derrocamiento de Víctor Yanukovich a fines de 2011. (Télam)