Bahía Blanca | Sabado, 27 de abril

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Temblor en el Servicio Secreto estadounidense

Renunció la directora. El caso del primer intruso armado en la historia de la Casa Blanca, uno de los edificios más protegidos, desató un nuevo escándalo. Agencia EFE

WASHINGTON - La directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, Julia Pierson, presentó ayer su dimisión bajo el peso del escándalo creado por la entrada de un intruso en la Casa Blanca, que sumado a otros fallos llevó al presidente Barack Obama a considerar que se necesita un nuevo liderazgo en esa agencia.

La renuncia llegó apenas horas después de que empezaran a derrumbarse los apoyos a su gestión en el congreso estadounidense, que dedicó una audiencia entera a examinar su capacidad para liderar el cuerpo encargado de la seguridad presidencial.

"En los últimos días, hubo varios informes recientes que plantean dudas sobre el desempeño del Servicio Secreto y el presidente concluyó que se necesita un nuevo liderazgo en esa agencia", aseguró el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest.

Obama telefoneó a Pierson para agradecer sus más de 30 años de servicio a la agencia y a la nación, poco antes que el secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, que supervisa el cuerpo del élite, anunciara que había aceptado la dimisión de la funcionaria.

La primera mujer en dirigir el Servicio Secreto confirmó que considera que su renuncia es lo mejor para esa agencia y para el pueblo norteamericano.

El escándalo surgió el pasado 19 de septiembre, cuando Omar González, veterano de Irak con supuestos problemas mentales, logró entrar armado con un cuchillo en la Casa Blanca y acceder al primer piso de la residencia presidencial.

Texano, de 42 años, compareció ayer ante un tribunal federal en Washington y se declaró no culpable de los 3 cargos de los que fue acusado por el incidente y que podrían suponerle una condena de hasta 16 años de cárcel.

Tras conocerse ese hecho, y ante las preguntas de cómo pudo llegar tan lejos el sujeto sin ser detenido, la prensa sacó a la luz otros casos de negligencia, como el ocurrido en 2011, cuando la agencia tardó 4 días en descubrir que alguien había disparado contra un piso de la Casa Blanca.

Además, se supo que el pasado 16 de septiembre en Atlanta, Obama subió en ascensor junto a un empleado de seguridad subcontratado con antecedentes penales que iba armado, un incidente que viola los protocolos.

El gobierno no fijó una fecha para nombrar al sustituto permanente de Pierson, pero Johnson encargó a Joseph Clancy, que se retiró en 2011 tras una larga carrera en la que dirigió la división dedicada a la protección de mandatarios, que dirija la agencia de forma interina.

La renuncia de Pierson fue bien recibida en el congreso, donde cada vez más legisladores de ambos partidos se decantaban por pedir que se vaya.

Johnson anunció el lanzamiento de una investigación independiente acerca de lo sucedido el 19 de septiembre y otros problemas de seguridad en el anillo presidencial, con un grupo de trabajo que deberá entregar antes del 15 de diciembre su evaluación y recomendaciones sobre seguridad.

Ese grupo también deberá enviar sugerencias de posibles nuevos directores del Servicio Secreto y estudiar si es necesaria una investigación más amplia sobre esa agencia federal.

Con lo sucedido, acabó la idea de que la Casa Blanca es un espacio cívico intocable protegido por la fuerza de seguridad más impenetrable del mundo.