Una ciudad con historia propia

Redacción de La Nueva.

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mañana, 28 de mayo, la Municipalidad llevará adelante una interesante, rica y valiosa visita guiada por la ciudad de General Daniel Cerri, en coincidencia con los actos en que esta semana la localidad celebra los 140 años de su fundación.

Ha habido en estos últimos años una interesante ocupación, tanto del municipio como de entidades afines, para rescatar la variada, rica y destacada historia del lugar, en la cual se entremezclan elementos relacionados con la época fundacional de Bahía Blanca y sus primeros pasos como ciudad industrial.

Por un lado, los 140 años se corresponden con la instalación en el lugar de un fortín de la Fortaleza Protectora Argentina, decisión tomada por el general Daniel Cerri luego de detectar que en el curso de agua Sauce Chico había un paso -paso de Los Cuatreros- que facilitaba el paso de los malones.

De allí también el nombre de Cuatreros, que la localidad mantuvo hasta mediados de los 40, cuando se modificó esa denominación -considerada inconveniente por muchos por el significado en sí de la palabra- para darle el actual.

Superada esa primera etapa fundacional, de limitado crecimiento y desarrollo de nuestra ciudad, Cerri fue el lugar donde se instalaron las primeras industrias de peso, con la elección de la compañía Sansinena, pionera en la denominada “industria del frío”, de instalar, en 1900, un frigorífico desde donde desarrollar el comercio de la carne.

La obra fue proyectada por el ingeniero Luis Huergo -uno de los pioneros de la ingeniería argentina- en tierras propiedad del empresario Ernesto Torquinst, e incluyó además un puerto propio, con un muelle que todavía se conserva y que sumó su existencia para la denominada “Ciudad de los siete puertos”.

La localidad cerrense nació como población obrera. Los empleados del frigorífico fueron sus primeros pobladores. Ellos impulsaron la construcción de la parroquia San Miguel Arcángel (1905), cuyo perfil todavía conforma una postal del lugar. Al ritmo del frigorífico llegaron los lavaderos y las laneras, reforzando el carácter fabril, y las estaciones e instalaciones ferroviarias.

Aquellas industrias pioneras han dejado de operar hace tiempo, sus edificios ladrilleros y sus chimeneas dan cuenta de aquel pasado. Cerri es hoy un espacio cargado de una historia que merece conocerse y recorrerse a fondo. También es un lugar que quiere inundarse de futuro. Este aniversario vuelve a ser un buen momento para escuchar su voz, atender sus necesidades y conocer su realidad.