Cambios que nos educan

Redacción de La Nueva.

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La derrota del Frente para la Victoria frente a Cambiemos no deja de ser una nueva lección de democracia, con una continuidad de más de tres décadas que poco a poco le va dando vuelo propio y deja en claro que el voto de la gente no se tiene de manera incondicional, que es necesario sostener su confianza, trabajar con conciencia, ser honesto y cuidar las formas hacia quienes son los verdaderos y únicos depositarios del poder.

Pero además está claro que, cada cuatro años, quien gobierna vuelve a someterse al juicio de la sociedad, que en su evolución y madurez ya no se compra con mensajes vacíos, frases hechas ni promesas que no tienen sustento.

Que además no tiene porqué soportar palabras agraviantes, manejos fuera de la legalidad y, muchísimo menos, conatos de corrupción.

No es tampoco cuestión de creer que cambiar es bueno o malo en sí mismo. Más necesario que el cambio es la posibilidad de corregir, de adecuar, de sacar fruto de la experiencia y de los resultados inadecuados.

Mucho menos razonable, por cierto, es tenerle miedo a un nuevo gobierno, porque en realidad se le está dando una oportunidad para demostrar que puede hacer las cosas mejor, sin resignar el ciudadano su poder para, en el tiempo, volver a dar su veredicto soberano.

No son tiempos fáciles los que vienen. Quizá nunca lo fueron. Hay un contexto internacional del cual la Argentina no puede sustraerse y que no es el más favorable.

Existen además varios frentes internos que son sumamente preocupantes, donde la variable económica sigue siendo compleja y preocupante y donde cuestiones como la seguridad, la pobreza, la educación y la salud siguen necesitando respuestas certeras y eficientes.

que Macri haya ganado el balotaje por tres puntos no es un dato menor. Es suficiente para que su mandato sea justo y con la autoridad requerida.

Pero que cerca de la mitad de los votos no lo hayan elegido significa también que habrá necesidad de dialogar y buscar consensos.

Daniel Scioli, candidato derrotado, pidió que Dios iluminara a Macri para cumplir su labor.

Quizá el pedido debería ser extensivo a todos quienes tendrán protagonismo en el país que se viene.