Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Midget: todo lo que dejó la segunda fecha del Estival 2017/18

El bicampeón recuperó la sonrisa, en una noche de excelente espectáculo y de varias sorpresas.
Fotos: Facundo Morales- La Nueva.

   El principal punto a subrayar del pasado viernes, naturalmente, es el regreso victorioso del bicampeón Esteban Mancini (Mancini-Audi), luego de un debut contrariado y plagado de complicaciones. El medanense ganó, hizo vibrar a las tribunas y sacó boleto a Playoff.

   A diferencia de la jornada apertura, la segunda programación del Campeonato Estival de Midget 2017/18 contuvo dinamismo, excelente espectáculo y, afortunadamente, pocos sucesos accidentados.

   Un total de 97 máquinas dieron el presente en el sector de boxes para animar la convocatoria; dos unidades menos que en la primera cita.

   La ausencia más llamativa fue la de Rodrigo Peruggini (Salaberry-Audi), quien tras cumplir la fecha de suspención impuesta en el certamen invernal, sorpresivamente no se presentó a acelerar en el Héctor Evaristo Plano de Aldea Romana.

   “Tuvimos muchos problemas eléctricos y no lo pudimos corregir. Pero se trabajó todo el fin de semana y, por suerte, se pudo solucionar. La idea es probar el jueves para comprobar que todo haya quedado bien. Aparentemente está resuelto, por lo que, si dios quiere, el viernes estamos firmes en la pista”, contó Rodri.

   Las series contuvieron atractivos de todo tipo. Lo más satisfactorio, en función del incremento competitivo, fueron los bautismos triunfales de Gustavo Medina (Saldamando-Audi), Marcelo Pérez (L.Jorge-Audi) y Guillermo Schmit (Saldamando-Audi) en dicha instancia.

   “Estamos muy contentos por haber ganado y por la posibilidad de estar adelante. Pude llevar el auto rápido y prolijo que es muy importante para un piloto tan nuevo como yo. La categoría está muy competitiva y no es tan fácil ir adelante. Trataremos de seguir largando desde la primera fila”, expresó Medina.

   "Ganar me generó una emoción muy grande. Ésto es para mi familia y la gente que me ayuda; especialmente para Luis Vallejos que hizo un motor increíble y Gastón Lape, que trabaja en el chasis”, sostuvo Pérez.

   “Tuvimos una largada complicada porque el auto se levantó. pero le pegué una patada al embrague y salió para adelante. Lo mejor fue poder girar rápido y hacer un buen tiempo para las semifinales”, expresó el puntaltense.

   La otra cara de la moneda la protagonizaron Lucas Grill (Pécora-Audi) y Matías Enríquez Merino (Medina-Fiat Regatta), quienes no pudieron plasmar en resultados el infernal ritmo que exhibieron en la primera fracción de sus respectivas baterías.

   “El motor nos dejó a pata. Fue raro porque venía mirando los relojes y todo estaba bien. De golpe se puso en tres cilindros y decidí parar para no romperlo más. Aún así el auto es un misíl y eso me deja super tranquilo”, expresó Lucas tras abandonar en la tercera serie.

   “Venía rápido, al límite, pero complicado con algunos pozos. En la curva 2 se me había ido de trompa pero lo pude safar. Y en la curva siguiente volví a equivocarme y se me fue. Cuando la pista está para andar rápido no perdona, donde levantas el pie del acelerador es probable que se trabe”, expresó el dorreguense.

   Un factor favorable para el devenir del espectáculo, la seguridad de los pilotos y la integridad de las máquinas, fue la disminución de accidentes. Tan solo un vuelco, contra los 10 de la primera fecha. A quien le tocó bailar con la más fea fue a Julián Melger (Altamirano-Audi).

   “No alcancé a darme cuenta. No se si volqué, si se trabó el auto o me toqué con otro. Cuando me bajé comencé a mirarlo y estaba todo roto. Lamentablemente se destrozó bastante, tendremos que trabajar mucho en la semana. A mi, salvo el mareo, no me pasó nada”, dijo el medanense.

   Volviendo al ruedo competitivo, si algo faltaba para redondear una jornada de puro Midget fue lo sucedido en la primera largada de la final, con la recreación del duelo más picante de las últimas temporadas:

   Claudio Roth (Saldamando-Audi) y Esteban Mancini, una vez más, mano a mano y sin misericordia.

   Vuelta y media, acelerador a fondo, volantazos y roces, y, desgraciadamente, uno de ellos contra las gomas de la curva de boxes, para el lamento del aficionado. Como suele decirse, “fue lindo mientras duró”.

   “Se levantó y no lo pude dominar. Me tuve que agarrar fuerte, porque ya no tenía más escapatoria que las gomas. Traté de pegarle lo más plano posible, para no romper y que el auto pueda soportar. Pude volver a largar la final, pero por el golpe el auto quedó todo desalineado”, se despachó el Ruso.

   Amén de la notable recuperación del bicampeón, la revelación de la noche, indudablemente, fue el novato Martín Bonacci (Salaberry-Audi), quien en su segunda carrera se tuteó con el podio y concluyó cuarto.

   “Gracias a Dios pudimos redondear bien la noche. Y la verdad ir acha y acha con los pilotos de punta nunca me lo imaginé", dijo Tincho.