Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Otra foto que se sumará al álbum de recuerdos de Emanuel Ginóbili: llegó a sus 39 años

Un recorrido en imágenes por la vida del bahiense, en la previa de sus cuartos Juegos Olímpicos.
Fotos: Archivo-LaNueva, euroleague.com y Prensa CABB

Por Fernando Rodríguez / ferodriguez@lanueva.com

   "Yuyo" Ginóbili iba a ser responsable del nombre de la nena. Nació varón. Se llamó Emanuel, ante la resistencia del padre, que imaginaba que lo llamarían Manolo.

   El bebé se hizo grande. Finalmente le quedó "Manu". Y hoy cumple 39 años. ¿Un regalo postergado? El arito en el patio de la casa, que su mamá nunca le dejó tener.

   Exactamente a un año de cumplir 40 años y aún como deportista profesional activo, el 28 de julio encuentra a Emanuel Ginóbili, una vez más, con la ropa de la Selección Argentina de Básquetbol.

   Faltan 10 días para el debut en su cuarto Juego Olímpico. Y "Manu", también, ya renovó para jugar su decimoquinta temporada con los Spurs en la NBA. Le queda camino por recorrer, a pesar de todo lo que dejó atrás. Veamos...

   Le tocó ser el menor de los tres hermanos. Leandro, el mayor, nació el 17 de marzo de 1970 y Sebastián, el mediano, el 10 de junio de 1972.

   "Nunca pensé nombre de mujer, porque siempre quise varones. Los de las nenas se los iba a poner él, pero no tuvo suerte", le contó a La Nueva., hace 15 años, su mamá Raquel.

(Gentileza familia Ginóbili)

   "En principio 'Yuyo' (su papá) se negaba, porque opinaba que iban a decirle 'Manolo'. Y David le pusimos por el abuelo de 'Yuyo', que se llamaba así", explicó Raquel.

   "Siempre fue inquieto; todo lo aburre, tiene que estar entretenido permanentemente. Salíamos del jardín y en la esquina me decía, 'estoy aburrido'”, recordó su mamá.

   Debutó con la camiseta Nº 5 en Bahiense del Norte.

   "Adentro de la cancha soy malhumorado, pero afuera no", dijo el 17 de mayo de 1992, después de anotar un triple decisivo en la victoria de los infantiles de Bahiense ante Napostá, por 91 a 86. 

   En este partido, uno de los espectadores fue Luis Decio (primera fila al medio, cruzado de brazos) el que "Manu" eligió en su quinteto ideal en la entrevista que le hizo Campazzo.

(Gentileza Carlos Jones)

   Su crecimiento llevó a la inevitable comparación con sus hermanos.

   "No me molesta, pero a veces me siento presionado, porque muchos dicen 'este es el mejor'; me van a ver y si juego mal dicen que soy una mentira", señaló "Manu" a poco de cumplir 16 años.

(Gentileza Carlos Jones)

   Claro que el nene ya pintaba bien.

   "'Manu' es un jugador excelente, más no puedo pedir. Además, hoy apareció cuando las papas quemaban (anotó 28 puntos), como los buenos jugadores", opinó 'Pepe' (22 unidades), el 24 de mayo de 1992, cuando vencieron a Liniers, por 78 a 76.

(Gentileza Carlos Jones)

   El póster de Jordan servía como referencia para medir el crecimiento. Su altura le preocupaba.

   "Cuando tenía 12/13 años varios me decían que pintaba para ser el mejor de los tres hermanos. En cadetes sí comenzó a hacerse notar, aunque físicamente el crecimiento fue similar. Los tres estiraron tarde", contó 'Yuyo'.

   Y llegó el momento que el técnico y amigo de la familia, Huevo Sánchez, lo llevó -ante la resistencia de su mamá-, a jugar a Andino, en La Rioja. Debutó el 29 de septiembre de 1995, perdiendo ante Peñarol, en Mar del Plata, por 104 a 85.

(Gentileza Carlos Jones)

   Empezaban a cumplirse lo que tantas noches había soñado en la habitación de Vergara 14. La misma que estaba adornada con un banderín de los Warriors y un poster de Bahiense, entre otros recuerdos.

(Archivo-LaNueva.)

   Tras la experiencia en La Rioja volvió a su casa, contratado por Estudiantes. Los bahienses empezamos a disfrutarlo, tanto como, de vez en cuando Marianela Oroño, a quien conoció en un viaje a San Nicolás.

(Archivo-LaNueva.)

   El zurdito fue creciendo, atacando todo lo que se pusiera enfrente. Y con algunas consecuencias, como cuando se fue en silla de ruedas de Salta 28, en un amistoso con Estudiantes ante Quilmes de Mar del Plata.

   No le importaba nada. Iba para adelante. Y saltó a la Selección Mayor, debutando en el Mundial de Grecia.

   Se fue a Italia y los enamoró a los hinchas de Viola Reggio Calabria y Kinder Bolonia. Ganó todo.

(Archivo-LaNueva.)

   Cada regreso a la ciudad fue sólo de paseo. Y en alguna oportunidad, volvió a ponerse la camiseta de su Bahiense del Norte.

   La lesión en un tobillo y la derrota contra Yugoslavia en la final del Mundial 2002 dejaron una herida.

   Hasta que el dolor pasó. Debutó en silencio en la NBA y el primer día desafió nada menos que a los Lakers de Kobe Bryant: 87-82. “Sin él y (Speedy) Claxton, no hubiésemos ganado”, resaltó el DT Gregg Popovich.

   Su figura explotó, definitivamente, en 2003. El primer título con los Spurs generó la “Manumanía”.

(Archivo-LaNueva.)

   Y un año después, reafirmando su vínculo con Marianela se casó, en una de las bodas más significativas en la historia de la ciudad. Una curiosidad: también hoy es el cumpleaños de ella.

(La Nueva.)

   El año resultó redondo. Se casó, firmó el contrato más importante para un deportista argentino y se coronó de gloria junto, entre otros, a sus amigos "Pepe" Sánchez y Alejandro Montecchia.

   Los éxitos continuaron: segundo anillo NBA en 2005...

   Tercero en 2007...

(Archivo-LaNueva.)

   Cuarto en 2014...

(Blog de "Manu": manuginobili.com)

   ...Y una familia que ya empezó a ampliarse en 2010. Hoy son cinco: Manu, Many, los melli Dante-Nicola y Luca.

   Llegó a los 39 y seguirá tirando, al menos, otra temporada con los Spurs. Es real que en Río se despedirá de la Selección, sin la bandera como llevó en Beijing 2008, aunque siendo uno de los abanderados de la mejor generación que dio el básquetbol argentino.

      * 20 tremendas jugadas para recordar del bahiense "Manu" Ginóbili *