Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Los secretos de Thierry Fremaux

Director artístico del festival de Cannes, de visita en Buenos Aires, habló entre otros temas del modo de equilibrar arte y cine. Agencia Télam
"En el festival no queda ya una sola butaca vacía”, dice con orgullo Frémaux, también director del Instituto Lumière de Lyon.

Thierry Fremaux, el director artístico del Festival de Cannes, sin duda alguna el más importante del mundo, está nuevamente en Buenos Aires por varios motivos.

Los principales, son la realización del mercado de cine de habla hispana Ventana Sur en Puerto Madero, y la muestra con una selección de obras de la última entrega de Cannes que se presenta en el espacio Incaa-Cine Gaumont.

Frémaux, que hace tres décadas -en 1983 cuando tenía 23 años- estuvo un tiempo en Argentina según recordó en su reunión con Lucrecia Cardoso, titular del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), que coproduce Ventana Sur desde 2009 con Le Marche du Film de Cannes, lleva en su memoria el trayecto Plaza Miserere-Castelar del Sarmiento de su juventud, como el acento bien porteño en su perfecto castellano.

El hombre al que todos vemos como anfitrión de los grandes estrellas, divas y divos del cine mundial, como todos allí en la alfombra roja soñada con riguroso black-tie, es el mismo que en el anochecher de ayer, en el Gaumont, inauguró la muestra, y hoy, a las 18.30 compartirá una master class con el actor Lindon de The Measure of a Man, y Pablo Trapero, y mañana otra, a la misma hora, con el director Gaspar Noe, autor de Love, que se verán en la semana.

Para los cinéfilos, Frémaux es un personaje sanamente envidiado porque todos los años es el encargado con su equipo, de evaluar lo mejor del cine mundial que se le envía a Cannes.

“En el festival no queda ya una sola butaca vacía”, dice con orgullo y también con preocupación, para agregar que en verdad el festival no termina con los fuegos artificiales de su última noche.

“Estamos pensando en el futuro… Algo vamos a inventar”, dice Frémaux, que completa su abanico de actividades como director del Instituto Lumière de Lyon.

"Sueño con traer cine clásico con el Instituto Lumiere de este lado del mundo, porque aquí todavía no hay cosas así”, piensa en voz alta.

“Buenos Aires es desde siempre mi ciudad del corazó. Argentina es un país con muchos directores, lo que habla también del futuro del cine mundial. Estoy muy contento de venir todos los años a Ventana Sur y traer esta semana de cine que también se verá en Bucarest, con Cristian Mungiu. Son muy importantes los encuentros profesionales, la cosmovisión, la manera de armar un diálogo internacional aquí, y aunque este año no hubo películas argentinas en la competencia de Cannes, la presencia argentina a través del Incaa es fuerte”, dijo.

Frémaux recordó a Pablo Trapero, que en la última vuelta no llegó con el corte final del filme El clan, y señaló que “fue bueno, finalmente, que haya participado en Venecia, y ganado como director allí porque es de alguna manera un hijo de Cannes y eso le da otra legitimación. Lo vamos a esperar para la próxima vez, seguramente”.

Cine en cambio

Una vez superado el paso del cine en soporte fílmico al digital, el arte propone nuevos cambios. Frémaux dijo que "lo que se está dando hoy es la creación en internet, Netflix, Amazon… todo eso, pero para mí el cine es el cine.”

“El Instituto Lumière compró tres salas abandonadas en Lyon, un total de diez pantallas, para demostrar que el cine sigue siendo como cuando nació, un lugar para comulgar, más allá de que la televisión y la series hayan cambiado incluso la forma de hacer guiones.

"Pero no hay que dejar de tener en cuenta que por naturaleza, el lugar del cine es la sala, donde el ojo del espectador es más crítico que en la casa. Vamos a festejar los 120 años de la invención de la sala de cine, el próximo 28 de diciembre en el Instituto Lumière, y lo que necesita la gente en estos tiempos es ir al cine. Los Lumière ganaron la carrera de un movimiento mundial, que iban detrás del cine”, dice con la seguridad de venir investigando en la historia apasionadamente.

“El cine es arte pero también un espectáculo de feria, como decían los Lumière…", concluyó el visitante.