Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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El ballet del Sur, en medio de un buen año

El Ballet del Sur dará cuatro funciones de un programa clásico y neoclásico, con mucho de la autoría de Ricardo Alfonso.
Foto: Miguel González-La Nueva.

María Inés Di Cicco / mdicicco@lanueva.com

Ricardo Alfonso admite que está pasando por un buen año.

Cuando promedia el último y por fuera de los cuatro que exigía su gestión al frente del Ballet del Sur, el bailarín y coreógrafo uruguayo asegura que "por fin, con el programa que ofreceremos, siento que pongo mi sello de autor. Hay tres obras mías, más dos estrenos para la ciudad, que ya quedarán en el repertorio".

Hoy, mañana, el sábado --a las 21--; y el domingo -a las 20--, en el Teatro Municipal y con auspicio de Profertil, pondrá en escena Stabat Mater, con coreografía propia y música de Antonio Vivaldi; La Esmeralda, pas de deux (Marius Petipá y autores varios, en reposición de Bernard Courtot de Bouteiller); Opus 3 (Alfonso-Vivaldi); Tchaikovsky pas de deux (coreografía de G. Balanchine, en reposición de Courtot); y Estrofas al viento (Alfonso, sobre música popular mallorquina y sarda).

"Debo destacar el enorme apoyo que significó la incorporación como asistente de Courtot de Bouteiller, quien tiene una mirada similar a la mía sobre el objetivo de a dónde queremos llevar a este ballet, cosa que me permitió delegar y relajarme de la presión que sentía en los años previos. Con una experiencia profesional muy superior a la mía, les dio a nuestros bailarines una nueva visión sobre lo que significa trabajar para una compañía de primer nivel".

"Anualmente, combino un programa de obras clásicas y neoclásicas para relajar la musculatura, antes de retomar los programas clásicos", recuerda Ricardo Alfonso, quien ofrece de este modo "un recreo" a sus bailarines "en el uso de las puntas del clásico".
"La demanda en el programa actual estará dada por el movimiento. La música, en el Stabat Mater y en Opus 3 es barroca, de Antonio Vivaldi; partituras muy ágiles y con climas muy marcados", dice.
"En los ensayos me preguntaban sobre la sensación a transmitir, y yo la describo como una tensión que crece y en determinado momento se suelta; como las gotas que reunidas con otras, forman un hilo de agua y sigue un curso variable hasta el mar. Esa sucesión de flujos exige mucha coordinación y conciencia de grupo".
Subraya, por otra parte, la alegría que significará contar en estas galas con la presencia en la platea del bailarín entrerriano Diego Ríos. "Por y para él hice Estrofas al viento, será una suerte contarlo entre el público", se gratifica.
Tiempo completo
El año que comenzó  con el clásico Gayané --"un ballet clásico muy fuerte"-- retomará luego de este fin de semana con la gala del 21 de este mes, a compartir con Marianela Núñez, primera bailarina del Royal Ballet de Londres, y Alejandro Parente, primer bailarín del Teatro Colón de Buenos Aires, también en el Municipal.
"El cuerpo casi en su totalidad tendrá una importante participación en el 2º acto de Giselle, un típico ballet blanco; y en el 3º acto de Don Quijote, donde nuestro grupo conformará el coro, porque es un material hecho para lucimiento de los protagonistas, que ya vienen otorgados. Así fue pensado por Marius Petipá y así se hace en el mundo".
El orgullo de encontrar al Ballet del Sur en un nivel artístico que le permita acompañar a primeras figuras mundiales, se hace notorio.
"Estas posibilidades abren el Ballet al mundo, para ofrecer lo que he aprendido y también para aprender de los grandes profesionales", celebra Alfonso.
El cuento de hadas
Para septiembre, Alfonso confirma la realización de La Cenicienta, con producción de vestuario, utilería y escenográfica del Teatro Argentino de La Plata, combinada con la coreografía de Rodolfo Lastra.
Después vendrá, seguramente, la despedida del año, y la de un director que habrá cumplido un lustro al frente del organismo. Hasta entonces, queda mucho por ver.

"Anualmente, combino un programa de obras clásicas y neoclásicas para relajar la musculatura, antes de retomar los programas clásicos", recuerda Ricardo Alfonso, quien ofrece de este modo "un recreo" a sus bailarines "en el uso de las puntas del clásico".

"La demanda en el programa actual estará dada por el movimiento. La música, en el Stabat Mater y en Opus 3 es barroca, de Antonio Vivaldi; partituras muy ágiles y con climas muy marcados", dice.

"En los ensayos me preguntaban sobre la sensación a transmitir, y yo la describo como una tensión que crece y en determinado momento se suelta; como las gotas que reunidas con otras, forman un hilo de agua y sigue un curso variable hasta el mar.

Esa sucesión de flujos exige mucha coordinación y conciencia de grupo".Subraya, por otra parte, la alegría que significará contar en estas galas con la presencia en la platea del bailarín entrerriano Diego Ríos.

"Por y para él hice Estrofas al viento, será una suerte contarlo entre el público", se gratifica.Tiempo completoEl año que comenzó  con el clásico Gayané --"un ballet clásico muy fuerte"-- retomará luego de este fin de semana con la gala del 21 de este mes, a compartir con Marianela Núñez, primera bailarina del Royal Ballet de Londres, y Alejandro Parente, primer bailarín del Teatro Colón de Buenos Aires, también en el Municipal.

"El cuerpo casi en su totalidad tendrá una importante participación en el 2º acto de Giselle, un típico ballet blanco; y en el 3º acto de Don Quijote, donde nuestro grupo conformará el coro, porque es un material hecho para lucimiento de los protagonistas, que ya vienen otorgados. Así fue pensado por Marius Petipá y así se hace en el mundo".

El orgullo de encontrar al Ballet del Sur en un nivel artístico que le permita acompañar a primeras figuras mundiales, se hace notorio."Estas posibilidades abren el Ballet al mundo, para ofrecer lo que he aprendido y también para aprender de los grandes profesionales", celebra Alfonso.

El cuento de hadas

Para septiembre, Alfonso confirma la realización de La Cenicienta, con producción de vestuario, utilería y escenográfica del Teatro Argentino de La Plata, combinada con la coreografía de Rodolfo Lastra.Después vendrá, seguramente, la despedida del año, y la de un director que habrá cumplido un lustro al frente del organismo. Hasta entonces, queda mucho por ver.