Nazarena Vélez viene a Bahía Blanca para despedir a "Los locos Grimaldi"
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María Inés Di Cicco / mdicicco@lanueva.com
Nazarena Vélez es auténtica. La vida la ha colocado ante pruebas de las duras y, siempre, le tocó volver a empezar.
Como dice la canción "aún no termina el juego" y "mañana será un día nuevo bajo el sol".
"¡La p... que me ha tratado mal!", dice al teléfono, en entrevista a propósito de su llegada a Bahía Blanca con la comedia Los locos Grimaldi.
Con la obra dará dos funciones, mañana y el sábado, a las 21, en el Teatro Don Bosco.
Ella se pondrá los vestiditos de Dora, ofrecerá sonrisas y provocará risas, mientras en su interior duele la ausencia de su marido y socio en la productora Jaz, Fabián Rodríguez, fallecido en marzo pasado en circunstancias por todos conocidas.
La mujer, que hace un mes cumplió sus 40 años, cuenta que, en gira, añora estar en casa, abrazando a Thiago, su hijo de 4 años que a diario le pregunta por "papá"; a Gonzalo, que es un adolescente de 14, y a Bárbara, "que también necesita de mí aunque sea toda una mujer".
Desnuda sus sentimientos y rompe en llanto, como quién más. Agradece a la vida lo que le dio y se enoja por lo que le quitó. Se seca las lágrimas y se repone:
"No sabés lo que cuesta dejarlos en este momento. Pero tengo que irme de casa de miércoles a domingos porque hay que salir adelante y trabajar", sostiene, "y porque tengo que asumir la responsabilidad de despedir a la familia Grimaldi", compensa.
"Fue un sueño hermoso que tuvimos con Fabián y siento que es el momento de dejarlo ir con toda dignidad, cuando la gente pide una tercera entrega, nos obliga a agregar funciones sobre la marcha y nos aplaude a rabiar", asegura.