Bahía Blanca | Martes, 07 de mayo

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El Central vuelve a las andadas

Alejandro Vanoli cumplió con el objetivo que se había impuesto ni bien asumió su gestión, hace ya casi seis meses: que el “blue” desaparezca de la tapa de los diarios. La divisa no sólo paró de subir, sino que comenzó un proceso de ajuste a la baja que la llevó desde los casi $ 16 a principios de octubre a menos de $ 13 en las últimas horas. Al mismo tiempo, las reservas siguen firme por encima de los 31.000 millones de dólares.

La caída del dólar en el mercado paralelo responde a un par de factores que son claramente identificables.

Por un lado, la fuerte venta de “dólar ahorro”, que supera los 450 millones mensuales. En febrero, un mes de apenas 18 días hábiles fue récord y todo indica que ese nivel será nuevamente superado en marzo, a juzgar por el arranque de los primeros días.

El “puré”, como se conoce a la operación no es otra cosa que la vuelta de la bicicleta financiera: los ahorristas compran dólares al Central a $ 10,55 (tipo de cambio oficial más un 20% que luego se puede recuperar) y lo venden a $ 13, obteniendo una ganancia inmediata del 23%. Cuando la brecha era mayor, esa diferencia llegaba a más del 35%.

Se trata indudablemente de un subsidio por parte del BCRA a los ahorristas, por el cual mantiene al “blue” controlado, pero con el costo de quemar reservas a diario.

Puesto en perspectiva, los U$S 1.000 millones conseguidos por YPF y la ciudad de Buenos Aires en el exterior a través de colocación de deuda, apenas alcanza para abastecer durante dos meses la demanda minorista vía “dólar ahorro”.

Mientras tanto, a las empresas les cuesta cada vez más obtener divisas para pagar importaciones de insumos, lo que refleja la escasez de dólares genuinos más allá del nivel que se publica de las reservas.

La política monetaria empieza a mostrar otras inconsistencias conocidas. Al tiempo que se busca la estabilidad del tipo de cambio, vuelve a crecer muy fuerte la cantidad de pesos en circulación.

Un fuerte volantazo

La expansión de la base monetaria -circulante más depósitos de entidades financieras en el BCRA-, que cuando asumió Vanoli era de 20% interanual, ahora ya está en 28%.

Y la financiación de las necesidades del Tesoro con emisión del BCRA es consistente con esta evolución. Sólo en los dos primeros meses del año se giraron $ 17.600 millones, contra menos de $ 4.000 millones en el mismo período de 2014.

Mientras tanto, el dólar oficial continúa atrasándose en relación a la inflación y al recorrido de las monedas emergentes, especialmente el real brasileño.

De hecho, ayer, la divisa brasileña volvió a sufrir una fuerte devaluación del 2,4% y tocó las 3 unidades por dólar, el nivel más bajo en diez años, generando mayor presión sobre el sector exportador argentino y más dificultades de recuperación para la actividad fabril.

La depreciación del real, que no registraba este nivel desde agosto de 2004, tiene sobre la Argentina un efecto directo porque se trata del principal importador de productos nacionales y porque le resta competitividad.

Según analistas del mercado brasileño, la caída del real fue consecuencia directa de las tensiones surgidas entre el Gobierno de Dilma Rousseff y el Congreso en cuanto a las medidas a adoptar para reducir el déficit fiscal.

En tanto, volviendo a Argentina y con la típica turbulencia electoral de por medio, pérdida de reservas para abastecer al mercado minorista y un gran aumento en la cantidad de pesos en circulación, no será para nada sencillo mantener el “status quo”, es decir menores presiones inflacionarias y un tipo de cambio planchado.

La olla vuelve a tener presión y ahora el objetivo es que no se desborde, por lo menos, hasta las elecciones.