Bahía Blanca | Domingo, 28 de abril

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¿Qué beneficios traería a los chicos que las clases se inicien más tarde?

Ahora se está hablando de la necesidad de que el comienzo diario de actividades se produzca a las 8.30, para que se pueda alcanzar el promedio de horas de sueño.
¿Qué beneficios traería a los chicos que las clases se inicien más tarde?. Sociedad. La Nueva. Bahía Blanca

David Roldán

droldan@lanueva.com

La imagen de los chicos y de los adolescentes semidormidos ingresando al colegio a las 7, 7.30 o a las 8 de la mañana --que por estos días de invierno resulta más cruda, habida cuenta de que transcurre en momentos en que todavía no ha asomado el sol-- resulta habitual desde hace muchísimos años.

Seguramente la tendríamos nosotros mismos, varias décadas atrás.

Claro que así lo es, también, la crítica, por parte de los médicos especialistas en medicina del sueño, quienes advierten sobre su efecto negativo sobre el rendimiento escolar.

En estos días, la muy influyente Asociación Médica Americana (AMA), de los Estados Unidos, termina de emitir una recomendación formal.

Y sostiene que las clases no deberían comenzar hasta las 8.30.

Entiende que sería una forma de prevenir la frecuente deprivación de sueño que afecta en la actualidad a los menores.

"La deprivación del sueño es un creciente problema de salud pública que afecta alos adolescentes, poniéndolos en riesgo de malestar y trastornos de tipo mental, físico y emocional", ha advertido, a través de un comunicado de la AMA el doctor William Kobler, actual miembro de la junta de la citada institución.

El especialista señaló que las evidencias científicas sugieren con firmeza que permitir a los adolescentes más tiempo para dormir a las horas adecuadas determinaría mejoras en la salud, el rendimiento académico, la conducta y el bienestar general.

La Academia Americana de Pediatría de los Estados Unidos recomienda que los niños de 3 a 5 años deben dormir de 10 a 13 horas (incluyendo las siestas).

Para los niños de 6 a 12 años se aconseja que duerman entre 9 y 12 horas y los adolescentes de 13 a 18 años, de 8 a 10 horas.

¿Y en la Argentina?

Su par local, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), establece que un chico de 3 a 5 años debe dormir unas 12 horas; un chico de 6 a 12 horas, entre 9 y 11 horas y un adolescentes, de 8 a 9 horas.

Ahora bien, ¿algo de esto se cumple hoy en día?

Un estudio del Conicet, elaborado sobre la base de unos 1.200 alumnos de escuelas secundarias de la ciudad de Buenos Aires halló que los adolescentes duermen apenas un poco más de 7 horas por noche.

La doctora Lucila Fernie, jefa de pediatría del Hospital Británico, puntualizó que en el caso de los adolescentes el ciclo natural del sueño hace que se acuesten de una hora y media a dos horas más tarde que los chicos de menor edad.

"Por eso, en la Argentina un adolescente saludable no se duerme, en general, antes de las 23", asegura.

A juicio de la doctora Fernie, para dormir ocho horas como mínimo, ese joven se tendría que levantar no antes de las 7.

"Si se requieren nueve horas para sentirse bien, debería poder dormir hasta las 8", acota.

Y con los colegios que abren sus puertas entre las 7 y las 8 de la mañana, los tiempos no cierran.

Melatonina y horarios

El doctor Daniel Cardinali, investigador del Hospital de Clínicas José de San Martín y experto en medicina del sueño y cronobiología, coincide con la doctora Fernie.

"Existe una tendencia biológica en el adolescente y preadolescente a la nocturnidad que se viola con los horarios de comienzo temprano de la escuela", expresa.

Su colega, el doctor Daniel Pérez Chada, jefe del Servicio de Neumonología del Hospital Austral, explicó las razones de esta tendencia biológica.

Puntualiza que el pico de melatonina, que es la hormona promotora del sueño, se produce en los jóvenes un par de horas más tarde.

"Por consiguiente --señala-- el nivel óptimo de alerta se da cuando ya está un poco avanzada la mañana".

Sin embargo, no hay dudas de que un cambio en los horarios de las escuelas tendría un impacto en la organización familiar, pero también en un contexto más amplio de la sociedad.

Para los autores de la recomendación de la Asociación Médica Americana está más que justificado.

"Creemos que atrasar la hora de inicio de la escuela ayudará a asegurar que los estudiantes de escuela intermedia y secundaria duerman lo suficiente y eso mejorará la salud mental y física general de los jóvenes de nuestro país", señaló el doctor Kobler.

Acotó el prestigioso profesional: "Aunque implementar una hora de inicio más tardía en las escuelas puede ser un tema emocional y potencialmente estresante para los distritos escolares, las familias y los miembros de la comunidad, los beneficios para la salud de los adolescentes superan, con creces, cualquier consecuencia negativa", concluyó.

En la práctica, este sería un debate que debería darse en el seno de las autoridades no sólo del ámbito de la educación.

Claro que hay tantos temas pendientes que, a la distancia, uno supone que seguirá esperando su turno en el tiempo en la Argentina.