Crimen de Pelayes: tenía deficiencias el arma usada

Redacción de La Nueva.

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 Un perito balístico declaró hoy y manifestó que presentaba deficiencias la pistola calibre 22 con la que se ultimó a Ricardo Gualberto Pelayes (42), durante un cruento asalto ocurrido hace casi dos años en el corralón de Vieytes 2.246.

Indicó además que esas fallas provocaban que se pudiera realizar un solo disparo y que la carga debía hacerse de manera manual, lo que insumía un tiempo prudencial, por lo que se supone que el malviviente habría accedido al local con el arma lista para ser utilizada.

Por otra parte, expuso que la falta del cubregatillo podía originar un disparo como resultado de un enganche accidental.

Estas conclusiones fueron los detalles más importantes de la segunda jornada del juicio oral y público que lleva adelante el Tribunal en lo Criminal Nº 2, a cargo de los jueces Claudia Cecilia Fortunatti, María Eloísa Errea de Watkins y Alejandro Salvador Cantaro.

Las afirmaciones correspondieron al perito David Esteban Lastra, quien analizó las dos armas de fuego secuestradas durante un allanamiento realizado poco después del hecho, en una precaria vivienda ubicada en Roberto Arlt al 200, de Villa Duprat.

Señaló luego que la otra, marca Tala, resultaba ser la utilizada para asesinar a Pelayes, ya que la vaina recuperada de su caño se correspondía con el proyectil que fuera extraído del cuerpo de la víctima.

Explicó que estaba en condiciones de ser disparada, aunque presentaba dificultades en el motor, en la uña extractora y en el sistema de carga.

Por otra parte, el médico Roberto Stefanelli, quien realizó la autopsia al cuerpo de Pelayes, sostuvo que al recibir el disparo la víctima se encontraba agachada y con sus manos cubriéndose la cabeza, en una clara actitud de defensa.

Manifestó que el proyectil atravesó su antebrazo izquierdo y luego ingresó en el sector parieto-occipital, donde provocó la destrucción de la masa encefálica y desencadenó el deceso.Enojado con la policía

Tres policías declararon también y brindaron algunos detalles de la investigación que desencadenaron las detenciones de Manuel Angel López y Claudio Guillermo Morales por el trágico asalto ocurrido el 24 de abril de 2009 en el comercio denominado Lacimen.

Cabe recordar que en el caso del primero se tramitó un juicio abreviado, en el que las partes acordaron 9 años y medio de prisión, aunque esa posición deberá ser confirmada por otro tribunal.

En primera instancia declaró el oficial Gonzalo Matías Sandobal, quien en aquella época se desempeñaba como encargado del Gabinete de Prevención de la comisaría Segunda.

Dijo que poco después del hecho tomó conocimiento de que desde en la seccional Primera se contaba con indicios aportados por un informante, el que hizo referencia a Morales sobre su presunta participación en el atraco.

Señaló que la noche anterior al robo el sujeto había participado de una cena junto a otros sujetos en una vivienda del barrio Mataderos.

Manifestó que "Maikel" Morales estaba enojado con la policía, porque a su juicio lo habían "engarronado" (acusado) con el robo al polirrubros ubicado en Zapiola y Córdoba.

El imputado habría expresado que le habían secuestrado hasta las zapatillas y que en venganza iba a "hacer un caño (asalto en la jerga delictual) en calle Vieytes".

Sandobal mencionó que a partir de allí se realizaron una serie de averiguaciones y allanamientos, uno de los cuáles se llevó adelante en la casa de un cuñado del acusado.

El sujeto afirmó que "Maikel" había estado en su casa y le admitió que "se había mandado una macana".
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