La solidaridad saavedrense, clave para combatir el fuego

Redacción de La Nueva.

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Gerardo Monforte

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La solidaridad es moneda corriente en la comunidad de Saavedra y esa cualidad se evidenció una vez más durante los incendios de pastos naturales que se registraron en vísperas de Navidad en la zona serrana de aquella localidad, cuando aproximadamente 400 vecinos colaboraron de todas las maneras posibles con el trabajo de los sacrificados bomberos voluntarios.

Los saavedrenses brindaron ayuda tanto en el cuartel de los servidores públicos, donde cocinaron y organizaron los envíos de provisiones a la zona serrana para los brigadistas, como en las áreas donde se originaron los focos que afectaron 1.600 hectáreas.

Hasta allí llegaron muchos colaboradores que a caballo transportaron agua desde la zona urbana para sofocar las llamas en los establecimientos rurales Issaly, Curacó, La Taba, Itamalal y La Norma, donde no hubo pérdidas económicas de consideración ya que no son superficies con cultivos sino de pastos naturales.

“Hay mucha solidaridad en el pueblo. En estos casos muchos particulares dan una mano y es gente voluntaria que se puso al servicio para ir a ayudarnos en los incendios, por ejemplo haciendo traslados o para lo que fuera”, dijo Eugenio “Cocho” Tejera, jefe de los bomberos voluntarios de Saavedra.

“Hubo gente que trabajó directamente apagando fuego utilizando nuestros recursos o propios, por ejemplo con una rastra, vehículos particulares, herramientas y muchas personas de a caballo para alcanzar el agua hasta arriba de las sierras. Ellas cumplieron una función espectacular”, acotó.

“Subimos con mochilas de agua que tienen autonomía de 20 litros y para reabastecerlas tenés que bajar de las sierras o alguien te tiene que llevar agua, por eso la labor de la gente a caballo fue muy importante. Eso es muy lindo porque todos los vecinos y las personas de los campos se solidarizan para dar una mano”, completó.

Según Tejera, muchos habitantes se presentaron espontáneamente en la dependencia para colaborar.

“En el cuartel ayudaron con la organización de la comida y recursos que había que trasladar a las sierras. Hicieron mandados, gestionaron y cocinaron porque hacíamos guardias de cenizas muy prolongadas, entonces nos alcanzaban la comida hasta arriba de la sierra, donde algunos bomberos estuvieron casi 24 horas seguidas”, resaltó.

“En un momento había 400 personas trabajando en los incendios, entre bomberos y particulares. Se hizo un esfuerzo enorme que lamentablemente no tuvo el resultado deseado", finalizó Tejera.