“Uno le decía que me metiera una puñalada”

Redacción de La Nueva.

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Por Claudio Rodríguez Kiser / crodriguez@lanueva.com

“Los ves a los flacos en la calle y los levantás de nuevo, porque no aparentaban ser delincuentes”.

Así explicó el taxista José Oscar González (50) el comienzo de un viaje que parecía ser uno más y que terminó siendo una experiencia violenta, cuando dos jóvenes que simularon ser clientes lo amenazaron con un cuchillo para robarle la recaudación.

“Eran las 23.30 más o menos, y volvía de un viaje a Suiza al 200 por calle Vieytes. A la altura del 2800 dos chicos estaban parados en la garita y suponiendo que iban para el centro paré para llevarlos. Viajamos en medio de una charla bárbara. Nunca pensé que me podía llegar a robar”, comenzó diciendo el chofer de la empresa Su Taxi.

Describió que los desconocidos pidieron ser trasladados hasta Eva Duarte y Nicolás Pérez.

“Seguimos charlando, sobretodo porque uno tira la lengua para ver cómo es la situación. Mientras me decían que no les paraba nadie, me llamó mi señora e incluso les mostré que tenía un celular bastante viejo, quizás por intuición o no sé qué”.

Comentó que al llegar a destino los jóvenes demostraron sus verdaderas intenciones.

“Me dijeron que estacione un poco más adelante para cruzar un campito y enseguida, cuando levanto la vista, el que estaba atrás mío me agarró del cuello y me pidió la plata, y el otro se me abalanzó encima. Les decía que estén tranquilos que se las daba. No sé qué y cómo lo hice, porque el miedo que te agarra es tremendo”.

Agregó que en ese momento la situación se puso más tensa y temió por su vida.

“Me puso el cuchillo en la panza y ahí le dije 'no me mates, tengo una nena de 9 años'. Mi único miedo era saber quién le iba a dar de comer a mi familia. Por suerte quedó solamente en un mal momento, porque uno le decía que me metiera una puñalada. Gracias a Dios no tenía el cinturón puesto y pude salir corriendo”.

González aprovechó para hacer un pedido a los funcionarios públicos.

“Si esto lo escucha algún concejal o político que votó que los taxistas tenemos que ir obligatoriamente con el cinturón de seguridad colocado, si anoche (por el viernes) lo tenía puesto, o no cuento el cuento o me pasaba algo, porque no iba a zafar. Por favor les pido que a la noche no nos pongan multas por no usar el cinturón”.

El hombre, según relató, no dudó y escapó cuando amenazaron con lastimarlo.

“Ni lo pensé, abrí la puerta y salí corriendo con el auto en marcha. Por suerte a 200 metros había una casilla de la Policía Local y pude avisarles. Ellos (por los delincuentes) se quedaron en el auto, aunque ni miré para atrás. Con mis 90 kilos hizo esa distancia más rápido que un atleta”.

Refirió que había comenzado a trabajar unas horas antes, por lo que estima que tenía unos 600 pesos en su billetera.

“Es un momento horrible, pero es lo que nos pasa a los taxistas. De todos modos, muchos otros robos o intentos no son denunciados, porque además de pasar una situación fea, perdés casi un día de trabajo”.

José es taxista desde hace 20 años y el de anteanoche es el segundo hecho de inseguridad que padece.

“Alguna vez me tenía que pasar algo así, porque hace unos 10 o 12 años me había pasado algo yendo a Monte Hermoso. Esa vez no me pagaron el viaje, pero también me habían sacado el cuchillo, aunque no me hicieron nada”.

Si bien no sufrió lesiones, dijo que lo ocurrido le dejó secuelas.

“Me siento destruido. Me duelen las piernas, el cuerpo, todo. No sufrí golpes ni nada, solamente tengo un raspón en la mano, pero ni me llegó a sangrar. Los dolores son por la adrenalina”.

Finalmente, agradeció a una vecina del barrio Martín Fierro “que me socorrió y hasta me cebó unos mates. También tengo que destacar el trabajo de la policía”.