Bahía Blanca | Martes, 19 de marzo

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Un parque en el medio de la ciudad

Algunas de las calles se han convertido en parte de la trama urbana. Por ellas circulan cada día miles de automóviles.

Un estudio dado a conocer en estos días reveló un dato por demás singular: en los últimos cinco años ocurrieron en las calles del Parque de Mayo 152 accidentes viales, lo cual da cuenta de la peligrosidad que generan las altas velocidades y la imprudencia de quienes transitan por el principal paseo de la ciudad.

El informe en cuestión fue realizado por un grupo interdisciplinario de profesionales de la Universidad Nacional del Sur -contratado por la Municipalidad- que realiza estadísticas de las colisiones viales que se registran en toda la ciudad, detectando los sitios con más cantidad de hechos.

En el caso del parque, hace mucho tiempo que algunas de sus calles se han convertido en parte de la trama urbana, de manera que por ellas circulan, cada día, miles de autos en tránsito hacia distintos barrios.

Incluso una de sus arterias es continuación de la avenida Urquiza y enlaza a esta con Florida, es decir que tiene una gran trascendencia en materia de conectividad.

Del mismo modo, otra de las calles permite un paso rápido y ágil desde los barrios de “atrás del parque” hacia Urquiza o a la avenida Alem, con lo cual al menos dos de sus arterias están muy lejos de tener un tránsito acorde a la calidad de paseo que tiene el lugar.

A esto deben sumarse un conjunto de situaciones que tornan aún más peligroso este uso vehicular.

Por un lado, las calles figuran como avenidas, con lo cual admiten una velocidad de 60 km/h, en un paseo que habitualmente está poblado por cientos de personas que utilizan sus espacios para caminar y correr, en especial en horarios de tarde y noche.

Las estadísticas mencionadas dejan en claro que el riesgo que existe en este espacio público no es potencial sino una realidad. Que es necesario diseñar una estrategia de modo de establecer velocidades máximas, trazar cruces peatonales, reforzar los controles y mejorar el funcionamiento integral del lugar.

En determinado momento se habló de peatonalizar el paseo, lo cual generó críticas negativas por parte de los usuarios.

Pero sin duda es necesario dar una respuesta que atienda usos y funciones integrales, teniendo en cuenta que la realidad del lugar alcanza cada día mayor grado de conflictividad.