La leyenda del capitán sin cabeza en la zona de Baterías

Redacción de La Nueva.

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Claudio Falzoni

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“En la zona de Baterías, nos encontramos con un mito urbano que se remonta a la época de construcción del puerto militar: la leyenda del capitán sin cabeza. Es un fantasma que, preferiblemente en las noches frías y ventosas, merodeaba por el lugar. En las primeras versiones aparecía cabalgando por las desoladas playas, sin su cabeza, manando sangre por su herida. Otros lo vieron caminando solitario por los techos de las fortificaciones”.

La profesora Fernanda Martel, integrante del Archivo Histórico Municipal, se refirió así al particular mito.

Dijo que lucía un uniforme de época, botonadura al pecho, bandolera y cinto, botas altas. “Se cuenta que el capitán sin cabeza era el alma en pena de un teniente coronel que había sido decapitado por un sargento. Algunos dicen que la muerte se produjo cuando se batieron a duelo de sables para dirimir la disputa por el amor de una mujer”.

Manifestó que la playa fue elegida como el “campo de honor” y el enfrentamiento terminó con la decapitación del oficial, quien, sangrando a borbotones y blandiendo su espada, se internó en el mar. “El cuerpo fue recuperado, pero su cabeza jamás fue hallada”.

Otra versión de la leyenda afirma que la muerte del oficial se produjo cerca de la VII Batería. “El sargento esperó trepado a un árbol y cuando el teniente pasó al galope le rebanó el cuello de un solo sablazo. El caballo continuó la marcha y llegó a la guardia llevando el cadáver, aun erguido y sin su cabeza, causando la mayor impresión en los presentes”.

Comentó que se decía que el asesino enterró la cabeza y huyó. “Otros afirmaban que había sido capturado y fusilado, pero de todos modos, jamás se encontró la cabeza del infortunado oficial. Desde entonces, el fantasma del capitán vaga por el lugar, buscando a algún centinela distraído a quien decapitar y así hacerse de una cabeza”.

Nartel dijo que en Baterías no se registraron casos como los relatados “Sí se produjo un asesinato: el del teniente coronel Carlos Mallo, quien fue el primer jefe del Batallón de Artillería de Costas, el día jueves 10 de mayo de 1900. Aquel día, aproximadamente a las 21, el comandante Mallo fue muerto en su despacho, en la VII Batería, a manos del sargento segundo Distinguido Pablo Funes, encargado de la IV Batería”.