Bahía Blanca | Miércoles, 08 de mayo

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Otra vuelta de tuerca para el inquieto Jorge Osvaldo Izarra

La jubilación se acerca. El exintendente transita entre su entusiasmo por los autos y la política. La familia y allegados, su contención promordial. “Traté de hacer las cosas bien”.
En la última elección legislativa, Jorge Izarra saluda a los integrantes de la mesa, en la Escuela Nº 23 "Ricardo Gutiérrez".

Claudio Falzoni

cfalzoni@lanueva.com

La pasión por la velocidad la imprime en su vida. "Otra vuelta de tuerca" --el título del libro de Henry James-- es ideal para sintetizar el espíritu que tiene el exintendente rosaleño, Jorge Osvaldo Izarra. A pesar de que ya acaricia su jubilación, su naturaleza inquieta le impide dejar de pensar en la política, pese al "reclamo" de sus familiares.

Admite que son tiempos complicados en la arena políica porque "el justicialismo no gobierna en los planos local, provincial y nacional".

No obstante, sostiene, como sucedió en otras épocas, que es necesario ver como se desarrollan los acontecimientos. "Hay que seguir trabajando, aconsejando e impulsando a los nuevos dirigentes políticos de cara al futuro de la ciudad y de nuestro distrito".

El 10 de diciembre de 1994, luego de deceso de Osvaldo Rigoni, asumió por primera vez como jefe comunal. Y prosiguió al frente del Departamento Ejecutivo rosaleño hasta el 2003.

Es común observarlo en las ceremonias oficiales y en las actividades sociales: acudió, entre ellas, al agasajo, que se brindó en el flamante salón Alcazar, donde dialogó con el actual jefe comunal de Cambiemos, Mariano Uset, y el exintendente vecinalista Oscar Holzman.

"El justicialismo le dio mucho a la ciudad de Punta Alta. Quizá ello no pudo prolongarse por los distintos cambios que se produjeron en nuestro país", considera Jorge.

Frontal y polémico en algunas ocasiones, y en otras más "diplómático", preside el Punta Alta Automóvil Club, que forma una parte importante su vida.

El speedway, en Sporting y en Rosario Puerto Belgrano, fue el deporte que le dio grandes satisfacciones. La efervescencia que se generó en los aficionados de la ciudad y de la zona muy notoria. Y también se hizo extensiva a la ciudad de Bahía Blanca, en un trabajo en conjunto. "Nos dio un éxito total".

Noches inolvidables con la presencia de pilotos nacionales y extranjeros que "hicieron historia", en el pago chico, cuando se bajaba la bandera a cuadros.

Admite que cosechó grandes amistades con Stefan Deser, Armando Castagna, Giuseppe Marzotto, Walter Grün Muller y Peter Berger. Y por la difusión que tuvo el deporte en esta parte del mundo fue reconocido en el Viejo Continente.

"Se pudo traer también el Turismo de Carretera a Punta Alta".

El Super Prime ocupó también otro sitio destacado en su entusiasmo por el deporte motor. Hoy trabaja en la Federación Regional del Sudoeste impulsando el karting. Es hincha confeso de Rosario Puerto Belgrano y le gusta también el básquetbol.

La familia, en las buenas y en las malas, Su esposa Anna Oppedisano --nació en Italia--, y sus hijos Luciano y Juan Pablo, así como sus nietos son los pilares fundamentales en su vida.

El vasco --con una pronunciada cicatriz en su frente-- sufrió un violento accidente del luego cual, literalmente, volvió a vivir. Allí sus seres queridos lo apoyaron y contuvieron, una vez más.

Por las redes del destino, ocupó, entre otros cargos, el de delegado de Puerto Rosales.

También fue concejal rosaleño. "Traté de hacer las cosas bien", expone Jorge con un dejo de nostalgia.