Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Nudo a Nudo impulsa la campaña de útiles escolares y zapatillas

Está dirigida a los niños de barrio Laura, quienes son recibidos cada domingo por los jóvenes integrantes de la agrupación sin fines de lucro para compartir el desayuno y el almuerzo, entretenimientos y amenas charlas. Natalia Miguel / nmiguel@lanueva.com
Germán Gómez y Rocío Zamora, dos de los jóvenes adolescentes que llevan adelante la actividad en la sede cedida por un templo, en Falucho 251.

El merendero Nudo a Nudo, una agrupación sin fines de lucro, lleva adelante una campaña para reunir útiles escolares y zapatillas, que serán destinados a los niños que habitan en barrio Laura.

Los interesados en colaborar pueden acercar los materiales y el calzado a los siguientes domicilios: Falucho 251, Alvear y Saavedra (kiosco), Moreno 379, Humberto 124, Humberto 1094 y Pueyrredón 870.

La intención de los integrantes del grupo es armar 50 mochilas o más para entregar a los chicos cuyas familias no tienen la posibilidad de realizar las compras escolares.

Lo mismo ocurre con las zapatillas, por lo cual se pidió a la población que el calzado se encuentre en las mejores condiciones posibles para que los chicos pueden concurrir prolijos a la escuela.

La campaña se extenderá hasta finales de marzo.

La agrupación funciona en el salón cedido por un templo en Falucho 251, todos los domingos, de 10 a 14. Allí se ofrece a unos 30 menores el desayuno y el almuerzo, se organizan juegos y además hay tiempo para la contención de los más pequeños.

La iniciativa fue impulsada por Laura Bolda y Matías Rodríguez, hace alrededor de cuatro años.

Rocío Zamora (21 años) sostuvo que la cantidad de asistentes oscila de acuerdo a la época del año.

"Los chicos van por una cuestión de necesidad de sus familias y también por el aspecto recreativo. Están los que realmente necesitan y reciben el desayuno y el almuerzo e incluso se pueden llevar algo a la casa para compartir con su familia, y por otro lado están quienes esperan el domingo para acercarse al lugar para compartir juegos con sus pares. En definitiva, ambas cosas significan una contención", dijo.

Los adolescentes que organizan las actividades son entre 15 y 20, cuyas edades se extienden desde los 17 a los 25 años.

"Empezamos como un grupo de amigos y en respuesta a un proyecto scout de Sagrado Corazón. La idea es que el programa no sólo funcione a partir de los scouts, sino que perdure en el tiempo también con la participación de otras personas. Por eso llamamos a algunos amigos, que en los scouts les decimos socios. En principio ofrecíamos el desayuno y el año pasado nos animamos un poco más y comenzamos con el almuerzo, además de brindar clases de apoyo escolar durante los días de semana. Es decir, se fue ampliando la propuesta".

El espacio en el cual se reúnen es cedido por una iglesia evangélica, a la cual agradeció, y aclaró que no persiguen tampoco fines religiosos.