Bahía Blanca | Sabado, 18 de mayo

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Un mano a mano con Enrique Julio

Por Víctor Manuel Tomaselli.


 Más allá de haberme interiorizado de muchos aspectos de su especial y particular vida, leyendo y releyendo un ejemplar de Vida y circunstancia de Enrique Julio, debido al trabajo de investigación y redacción de Juan Luis Gallardo, edición de "La Nueva Provincia" de junio de 1998, con motivo del centenario de la fundación del diario, nació la idea de trasladarme imaginariamente en tiempo y espacio a los últimos días de julio de 1898 y, gracias a la estrategia del pensamiento, palabra y obra, mantener una hipotética entrevista periodística con quien fuera el fundador del prestigioso matutino de Bahía Blanca. A la sazón, por aquellos tiempos, inmerso en la ponderable inquietud de que su ciudad adoptiva fuera la cabecera, por no decir la capital, de una provincia nueva en el marco institucional de la República Argentina.




 Circunstancia histórica que dio marco y fundamento a Don Enrique Julio, no sólo para ser uno de los motores de esa circunstancia, sino que lo impulsó a fundar un diario con el nombre de esa "idea grande", como él la definió. Así, el 1 de Agosto de 1898, salió la edición Nº 1 de "La Nueva Provincia".




 Cabe tomar en cuenta no sólo artículos anteriores que me ha publicado LNP, sino el permanente recuerdo que hace la dirección del diario en cuanto a que esta idea de Enrique Julio (entre otros ciudadanos de entonces) tuvo su repercusión institucional, como bien lo recuerda Gallardo en su libro (pág. 100: "El proyecto de Julio llegó a tener estado parlamentario, ya que Carlos Pellegrini lo hizo suyo, llegando a ser aprobado por el Senado en julio de 1900, para quedar luego estancado en la Cámara de Diputados. En 1904, lo retoma el diputado Tomás J. Luque y, en 1912, el diputado y general José Inocencio Arias, iniciativas estas que ni siquiera lograron media sanción").




 Debemos aclarar que todas las respuestas de esta hipótesis provienen del escrito de la edición Nº 1 de LNP, bajo la definición de "Programa". Vayamos, entonces, a esta incursión en el pensamiento y permítanme, introducido en una habitación "de reciente instalación: blanqueado fresco, un escritorio nuevo, tres o cuatro sillas flamantes, el piso recién lavado" (según Gallardo, pág. 105) sentarme, para compartir un café, delante de Don Enrique Julio:


 --Sr. Julio, cuando usted pensó en su "idea grande", o sea la creación de una nueva provincia, ¿tuvo en cuenta los valores potenciales y económicos necesarios para sostener un nuevo estado provincial?


 --Nadie nos podrá negar, llegado el caso de esta creación anhelada, la necesidad que existiría de hacer una provincia viable y no de vida anémica, atada al presupuesto federal como otras, desde el primer instante de su iniciación como Estado autónomo. Con Bahía Blanca y la valiosa agregación que hacemos, esa provincia tendría elementos de vida suficientes y hasta podría ayudar, con sus arterias ferroviarias que se desparraman por todo el territorio argentino, al desenvolvimiento de esas latitudes, llevando la vida y la actividad de las que tanto carecen y necesitan. Con la delimitación que daríamos a la nueva provincia, removeríamos todo esto.


 --¿Cree usted razonable proponer tan eufóricamente la creación de un nuevo estado provincial, sin que se afecte la institucionalidad de la República?


 --Los partidos del sur de la Provincia, así como las gobernaciones que se extienden a lo largo de los ríos Negro y Colorado, viven muy lejos de la gran Metrópoli del Plata y la savia que de ella alcanzan a percibir les llega siempre demasiado diluida, para poder ejercer influencia benéfica alguna, arrastrando, por esta causa, una vida anémica con retazos tan preciosos del suelo argentino. Sin embargo, no es suficiente todo lo realizado y se precisa hacer algo más, por ser muchas las fuerzas que se malgastan y más las energías que se esterilizan.


 "Estas regiones, que gozan de un presente seguro y porvenir despejado, tocan ya en los umbrales de la plenitud de sus tiempos. Ellas se bastan a sí solas y no sería razonable tenerlas atadas por mucho tiempo más a su actual engranaje institucional, por no responder ya este a su vida exuberante.


 --¿Y cómo puede llegarse a ese objetivo?


 --Se hace necesario inocularles nueva sangre, para que puedan llegar, cuanto antes, a la meta de su esplendoroso destino, y esto se conseguirá fácilmente limitando el número de gobernaciones actuales y aumentando el de las provincias. Nosotros, que hemos adoptado de Estados Unidos tantas y tantas de sus sabias prácticas, no hemos sabido imitar nunca la libertad con que ha favorecido siempre la creación de sus nuevos estados federales; y cuéntese que, para nosotros, en esto estriba el punto de arranque de su portentoso desarrollo.


 --¿Y por qué aún no se ha logrado?


 --Es por esto, precisamente, por no haber atinado a imitarlos. No obstante los millones de inmigrantes llegados a la República para beneficio de sus feraces tierras, tenemos inmensas zonas en estado vegetativo sólo por su insuficiente organización actual, perdiéndose por ello, no obstante el medio siglo de vida regular en el orden constitucional que llevamos recorrido, miles de tesoros y riquezas que guardan casi intactos en su seno.


 --Señor Julio, más allá del interés que pareciera tener en esta "idea grande" el senador Dr. Carlos Pellegrini, ¿cómo continúa esta inquietud de la ciudadanía lugareña?


 --Pues bien: presagiando haber sonado para estas latitudes la hora que ha de marcar el principio de su vida autonómica como un nuevo estado federal de la Argentina, y creyendo que nuestra privilegiada Bahía Blanca está sindicada, por su situación, importancia y elementos propios de vida para ser la capital de la nueva provincia que habrase de crear en breve, venimos a constituirnos, por medio de las columnas de "La Nueva Provincia", en heraldos de esta cruzada redentora que ha de sacudir el letargo en que yacen postradas estas regiones casi olvidadas de los gobiernos centrales. Esperamos que, con la comprensión eficaz de sus habitantes, a los que invitamos a darse cuenta exacta y cabal de su valía y de sus derechos, pronto será una realidad lo que hasta hoy es sólo una promesa, más o menos velada, proferida por alguno de nuestros grandes estadistas.

...






 Hasta aquí, esta imaginaria entrevista con el fundador de "La Nueva Provincia", uno de los grandes hombres bahienses que lucharon por esa idea grande y preclara de transformar esta región en un nuevo Estado provincial.


 Han pasado 107 años y lo único tangible que tenemos, como resultado de esa inquietud plural, es la vida del más prestigioso diario de Bahía Blanca.


 Pero muchos de los dichos de Don Enrique Julio tienen vigencia y claridad ciudadana: mirando el potencial de nuestra ciudad y su inmediata región, que eran parte de ese proyecto de provincia nueva, Río Negro y La Pampa son exponentes de ese criterio de futuro esbozado por Enrique Julio y tal vez, en un futuro no muy lejano, se concrete la última parte de su decir: "Pronto será realidad lo que hasta hoy es sólo una promesa, más o menos velada, proferida por algunos de nuestros grandes estadistas".




 Víctor Manuel Tomaselli fue diputado provincial en el período 1985/89. Durante su mandato, presentó un proyecto de creación de una nueva provincia, con los partidos de la sexta sección electoral. Es autor del libro "La ciudad que está sola y espera".