Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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La mejor estrategia

Escribe Karina Banfi

La mejor estrategia electoral para todo oficialismo es hacer el mejor gobierno. La reciente reunión de la Unión Cívica Radical en Villa Giardino, Córdoba, ha sido un aporte estratégico para potenciar al gobierno en un año electoral. Recordar que el radicalismo es un partido con debate interno y vocación de gobierno lo fortalece como organización y lo vuelve una mejor herramienta para la gestión de Cambiemos.

El gobierno liderado por el presidente Macri asumió con el desafío de impulsar a la sociedad argentina a realizar una transición. Una transición de una conversación política centrada en la confrontación a una enfocada en la concertación. Una concertación ineludible en un gobierno de coalición, con un Congreso sin mayorías y con una sociedad cansada del “para el amigo todo, para el enemigo ni justicia”. Una concertación que solo es sustentable con la construcción de confianza, y la confianza solo puede durar si se basa en el respeto de reglas de juego y de instituciones.

Se trata de una transición desde una política irresponsable, soberbia y de vocación hegemónica hacia la primacía del derecho, el pluralismo y la transparencia. Como toda transición, está siempre amenazada por los restos del pasado que pueden estallar en cualquier momento y poner en riesgo lo logrado y lo que aún debe lograrse. No es la caída del Muro de Berlín, no es un cambio revolucionario. Es un proceso que requiere corregir errores y atavismos, y también sumar a todos los actores a la nueva conversación.

No es una transición de los doce años de kirchnerismo. Es una transición de los veintiocho años desde que quedó inconclusa la tarea de construir una gobernabilidad democrática que comenzó el presidente Alfonsín y que, gracias a su inteligencia estratégica, rápidamente incluyó a la renovación peronista. Ningún oficialismo puede encarar solo una tarea así. Pero, a su vez, todo oficialismo debe consolidarse internamente para poder realizarla.

Allí es donde el fortalecimiento de Cambiemos se vuelve imprescindible, especialmente en un año electoral. Cambiemos despertó la esperanza de millones de argentinos que apostaron al liderazgo de Mauricio Macri, a la construcción de Ernesto Sanz, a la incisiva mirada institucional de Lilita Carrió.

El gobierno dio pasos clave en esta transición. Recuperamos el INDEC y con ello, la racionalidad de una economía basada en datos reales y en la honestidad intelectual. Sancionamos una ley de Acceso a la Información Pública que es un “nunca más” a la arbitrariedad. El Congreso funcionó a pleno como un ámbito de construcción de consensos, con el mayor respeto por parte del Poder Ejecutivo. Estos elementos, que otros pueden ver como limitaciones y recortes al poder, son, en esta nueva etapa, elementos que acrecientan el capital político.

Los votantes de Cambiemos no nos permitirán arriar la bandera de la transparencia, porque está en juego la democracia, dijo nuestro presidente de Interbloque, Mario Negri en Villa Giardino. Solo así la adminsitración será legítima y sostenible. Como señala el documento de conclusiones del encuentro radical, es necesario renovar y fortalecer las capacidades del Estado para llegar “directamente a los argentinos y garantizar su inclusión social”. Por eso, es necesario avanzar. Regular efectivamente los conflictos de interés, fortalecer los organismos de control, implementar el acceso a la información pública son algunas de las áreas claves. Un radicalismo unido, con capacidad de debate y al servicio de la coalición de gobierno, es una herramienta esencial para lograrlo.