Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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Cuba no paga sus deudas

Escribe Emilio J. Cárdenas

Cuba tiene una gigantesca deuda externa, acumulada e impaga por espacio de varias décadas sin que jamás existiera voluntad real de pago. Desde 1986 Cuba no pagaba a nadie sus deudas. Hablamos de unos 24,7 mil millones de dólares que hoy están en mora.

¿Por qué? Porque Cuba pidió dinero prestado para, en rigor, financiar perversamente el consumo de su pueblo. Entre otras cosas, para importar alimentos. Esto es, para comer. Ocurre que la Cuba colectivista fue incapaz de producir su propia comida. Para lo que naturalmente había que trabajar, actividad que no está -ni ha estado nunca- incluida en el “modelo” económico cubano, donde fundamentalmente unos roban a otros.

Lo cierto es que, aunque nadie se anime a decirlo con todas las letras, Cuba se ha especializado en “vivir colgada de los demás”. Primero, de la Unión Soviética. Después, de la Venezuela “bolivariana”. Y ahora pretendía hacerlo de los Estados Unidos, pero el inesperado triunfo Donald Trump lo hará imposible, seguramente. Para desgracia de Raúl Castro.

Para poder pedir más dinero prestado, Cuba intenta ahora crear la imagen de estar “esforzándose” por pagar sus prolongadas deudas. Para, si puede, pagarlas sin billetes. Con productos insólitos. El objetivo es el de convertir su deuda en mora en exportaciones financiadas (involuntariamente) por otros.

La última de estas maniobras tiene que ver con la República Checa. Como Cuba le debe a cada santo una vela, también los checos fueron víctimas de sus argucias. Ello sucedió durante la “Guerra Fría”. Los checos le prestaron a Cuba unos 276 millones de dólares, que –como era previsible- jamás fueron devueltos. Ahora los cubanos le ofrecen pagarla, pero con “ron”. Esto es, con una bebida alcohólica caribeña que los checos no consumen sino muy moderadamente. Una bebida que –en cambio- a Cuba le sobra. Y que los checos importan en un nivel de apenas un orden de dos millones de dólares por año. Así pagarían los cubanos su deuda: atendiendo el consumo checo de “ron” por más de 130 años. Una locura. Para ser incluida en el “Guiness Book of Records”. Sólo eso.

Además Cuba ha estado “reestructurando” sus pasivos con algunos otros países acreedores. Lo ha hecho ya con Japón, México y Rusia. Así como con un grupo de 14 países europeos. Eso quiere decir que, con ellos, ha obtenido el “perdón” (borrón y cuenta nueva) de una parte sustancial de sus deudas y la reestructuración de apenas un pequeño saldo, que amaga a querer devolver, pero financiado y sin dinero contante y sonante. A los EEUU, Cuba le debe la friolera de mil novecientos millones de dólares. No lo veo a Donald Trump con deseos de regalarla a los dirigentes del comunismo cubano.

Por todo esto, animarse hoy a prestar dineros públicos a Cuba hace a quienes efectivamente lo hacen responsables (personalmente, entonces) de su insólita “generosidad”.

No se puede presumir que esos dineros serán devueltos, sino que los cubanos los tratarán como una suerte de “regalo”, hecho bajo la noción de que los créditos serán (sólo eventualmente) devueltos, pero “a mejor fortuna”, en todo caso. Si quieren y cuando quiere, entonces.

Después de todo, su falta de pago y sus incumplimientos son proverbiales y, por cierto, bien conocidos. Lo que no puede ignorarse.