Bahía Blanca | Domingo, 19 de mayo

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Santa Cruz, el feudo en quiebra

Escribe Miguel Donadío

El modelo feudal de la Provincia de Santa Cruz gestionado en exclusividad por décadas por la familia Kirchner, en forma directa o indirecta a través de sus testaferros políticos, es la fotografía patente de la desmesura en la gestión pública.

En la última elección el triunfo, todavía bajo revisión judicial, le fue adjudicado a la gobernadora de facto Alicia Kirchner, quien perdió por una enorme cantidad de votos a manos del opositor Eduardo Costa. La sanción, inconstitucional, de la ley de lemas en la Provincia de Santa Cruz, viejo truco ideado por Néstor Kirchner, para favorecer los triunfos electorales del oficialismo, resulta repudiable desde el punto de vista republicano.

La meridiana claridad del texto de la Constitución de la propia Provincia de Santa Cruz exime de mayores comentarios ya que en su art. 114 prescribe textualmente: “El gobernador y el vicegobernador serán elegidos directamente por el pueblo de la Provincia a simple pluralidad de sufragios”. Es por eso que los votos computados al candidato Peralta no pueden resultar extrapolables a la candidata Kirchner so pena de violentar principios de raigambre constitucional.-

Con ese sistema amañado y tramposo la alternancia en el poder suele ser una utopía. Los resultados hablan a las claras de ello. Como dicen los que saben los sistemas electorales pueden no ser neutrales y pueden no permitir la libre competencia como ha venido ocurriendo en Santa Cruz.

En esa geografía que también es Argentina, toda la legislación en la materia, con más el abuso del poder reinante, la gimnasia del apriete a los intendentes, el hostigamiento electoral al empleado estatal y el capitalismo de amigos asociado a los contratos públicos con el que los Kirchner manejaron el poder de la provincia patagónica ameritaría la intervención federal que marca la Constitución Nacional. El artículo 6 de la Carta Magna señala que: “El Gobierno Federal interviene en el territorio de las provincias para garantir la forma republicana de gobierno”.

Los poderes del estado en Santa Cruz funcionan ficcionalmente. No son independientes, a tal punto, que el planteo de inconstitucionalidad a todas luces obvio, fue presentado mucho antes de las elecciones a gobernador de este año y la infame justicia santacruceña, conformada por parientes y militantes kirchneristas, sigue sin ser garantía de procesos imparciales. La impunidad ha sido total durante todos estos años. Todo una gran verguenza.

Y como si eso fuera poco la libertad de expresión estuvo siempre fuertemente condicionada por la pauta publicitaria y otras leyendas violentas.

Las autoridades de Santa Cruz nunca cumplieron con el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el famoso caso de desobediencia que involucró al ex procurador provincial Eduardo Sosa.

El poder legislativo unicameral elegido a través de un sistema especial que permite que el partido triunfante aún por poco, genera una desmedida sobrerrepresentación en el ganador y con todo el poder a disposición se hace casi imposible obtener una legislatura equilibrada. Toda esta maquinaria al servicio de quienes son verdaderos adictos al poder.

El feudo ha sido gobernado por la familia Kirchner y sus gobernadores súbditos desde 1991, a la fecha, es decir, 24 años ininterrumpidos, de los cuales los últimos 12 años se solaparon con las presidencias de Néstor y Cristina, lo que implicó ser una de las provincias más beneficiadas en fondos coparticipables; ello en la más absoluta discrecionalidad. Y así todo, la provincia quedó en la lona.

Mientras otras provincias no recibieron fondos del Estado Nacional a Santa Cruz la inundaron de dinero. El circuito de los fondos está más que claro. Si la provincia no los tiene y está en quiebra y de esa provincia han florecido unos cuantos millonarios; la conclusión es obvia: los millonarios se los quedaron.

Y aquí viene lo trágico. En el acto de su asunción, que esperamos sea revisado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación y decretada su nulidad, la Señora Alicia Kirchner en su alocución dijo que la provincia estaba “quebrada en sus finanzas”, “que no había dinero para pagar los salarios más allá de un par de meses”, “que la provincia no es sustentable, “que la caja de previsión está en rojo” y a modo de remate “que este modelo no da para más”. Paradojas del destino, el primer empleo público en Santa Cruz de Néstor Kirchner fue en la Caja de Previsión; hoy fundida.

El grado de caradurismo es indescriptible. En casi tres décadas de gobierno provincial, con todos los recursos del estado provincial y nacional a disposición, y que no hayan podido lograr que ese estado provincial pudiera tener una economía en equilibrio que permitiera solventar nada menos que los salarios de los empleados públicos habla a las claras del desmanejo y del estrepitoso fracaso de un modelo de gestión autoritario y de mala praxis que tuvo como emblema una corrupción insospechada.

La provincia en quiebra denunciada por la “gobernadora trucha” aplica no solo a lo económico sino también claramente a lo institucional que es fundamental para sortear un buen gobierno y más profundamente la debacle abarca a un estado de inmoralidad fundado por quienes se jactaron hasta el cansancio de ser 54% democráticos, pero cuando les tocó perder arriaron las banderas de los votos y de la democracia con total descaro.-

¿Cómo es posible que todas estas barbaridades hayan ocurrido a la vista de todo un país?

El destino puede ser cruel. El mes que viene la gobernadora Alicia Kirchner necesita imperiosamente que el actual Presidente de la Nación el Ingeniero Macri a quien los Kirchner jamás le dieron un centavo, le envíe fondos frescos para que no le prendan fuego la provincia.

Sin palabras.