Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

Carta abierta a la humanidad

Escribe Natty Petrosino

Querida humanidad: En este momento de confusión casi general en el mundo entero, quizás por todo lo que como humanidad de esta era se ha logrado, no nos hemos preparado para agradecer a nuestro creador todo el Universo perfecto y todo lo perfecto creado para nosotros, pequeñísimos, al macrocosmos pero que somos sus hijos.

Quizás como Padre nos sobreestima, aunque cada tanto nos ha mandado instructores, mesías, avatares y seres de luz en cada país y cada lugar, para que desde su edad espiritual vayan creciendo y perfeccionando su Ser para que en nosotros se realice el plan de Dios en la tierra, junto con el grado mayor que ha alcanzado la tecnología, la ciencia, la medicina, etc.

Pero estamos fallando como humanidad. Dos materias muy graves nos llevamos previas: el amor a nuestro prójimo y la aceptación de la Voluntad de Dios (cuando no es lo que queremos para nosotros). No importa si el universo, como dicen algunos, fue casual; no importa como se hizo cada cosa que existe. ¿Dónde quedó Dios?

Si bien muchas cosas fueron y son usadas para que la fuerza del mal que destruye y odia no pueda lograr “su objetivo final” -destruir, dividir, destruir-, yo, desde mi humilde lugar, como la más pequeña e inútil sierva de Él, un día me propuse seguir las enseñanzas de Jesús y hoy, cincuenta años después, llena de amor, de fe, de esperanza, quiero decirle al mundo entero que revisen cada una desde las distintas religiones lo que dicen sus profetas que vienen de Dios: amar, amar, amar, respetar.

Dios es un Dios de amor: todo lo demás viene del maligno. Desde aquí en medio de la selva, y en el mes de San Francisco de Asís, rodeada de estos “pequeños de Dios” que se maravillan de que alguien viene y no les pide que se hagan de su religión, no les pide que trabajen para él, solo quiere sembrar paz en todas sus comunidades e invitarlos a ser dignos, trabajando para ganarse con el sudor de su frente lo que comen o progresan.

Veo poca televisión y casi nunca tengo acceso a Internet, pero el grupo que me acompaña hace mucho tiempo que quiere que diga esto a todos los países, a todas las razas, a todos los credos. Y hoy siento que es el día.

Qué horror que veamos que se crucifique y torture a un niño de 12 años porque su padre no cree lo que los verdugos creen, todos vemos esa noticia como si fuera cosa de otros y nos preocupa más si alguien es homosexual, lesbiana o heterosexual.

Queridos, todos somos seres, somos humanidad. ¿Cómo vamos a juzgar?

Yo no creo que Dios esté juzgando algo que no eligió cada cual, pero de lo que sí estoy segura es de la forma en que cada uno se comporte. Si todos amáramos de verdad no habría violaciones, abusos, pedofilia, trata de personas, discriminación.

Vamos a misa y creemos que somos mejores que el resto practicando nuestra egoísta religión, y lo que queremos es que crean lo nuestro. Hacemos reuniones con otras grandes y sabias religiones para ver si encontramos puntos en común, y en realidad lo que queremos es que crean lo nuestro y hagan lo que les decimos. Son multitudes, pero bien lo dice Jesús: donde está el cadáver, están los buitres.

Recordemos que cada mesías de todos los tiempos murió a la vida terrena solo e incomprendido, y después de su partida cada uno de sus pocos seguidores acomodó el mensaje, muchas veces equivocado, a su antojo.

Si no, cómo se entienden las “guerras santas”, si todos los grandes enviados han dicho no matar. Cómo se entiende que se bendigan armas para matar. Ya que existan armas para matar es para mí un horror.

Cuando nos piden castidad para servir a Dios y que no se puede servir a Dios y al dinero, es solo para grandes santos que comprenden que para servir a Dios y a sus semejantes hay que ser libres, totalmente libres, sin posesiones que te hagan entrar en el mundo competitivo y te distraigan del verdadero objetivo de tu vida de entrega que es hablar del Reino de Dios en la tierra y de la trascendencia después de este corto plazo del Espíritu Inmortal.

Esta es la verdadera misión de los que han sido llamados. Si muchos de ellos, santos y santas de todos los tiempos, no pueden resistir las cosas de la Tierra, en ningún lugar dice que no puedan seguir amando más y sirviendo a la humanidad y a sí mismos desde su lugar, con honestidad y paz.

Por favor, quien tenga oídos para oír que oiga. No somos un sexo, y cuando veo horrorizada que dos de las cosas de nuestro organismo que fueron creadas para lo más santo y lo más sano, el pecho en las mujeres para amamantar a nuestros queridísimos hijos y la cola para defecar los desperdicios y olores desagradables de la combustión que necesitamos (ahora hablo del cuerpo, no del espíritu) y son casi el motivo de vida y la preocupación mundial. Estamos transitando el momento más grande como humanidad, y qué bueno que en lugar de temerle al hermano estuviéramos abrazados agradeciendo todo lo que nos ha dado Dios para ser felices. ¡El quiere nuestra felicidad! Así es en nuestra Argentina, en este momento de agresividad, calumnia, violencia, maldad.

Yo pediría amor, no critiquen al otro siempre, ¿el otro es siempre el culpable? ¿Por qué no vemos todo lo bueno que muchos hacen? Hay mil cosas logradas en este último tiempo y todos reconocerían ese gran esfuerzo, pero el odio y los enfrentamientos lograron: “La alegría de la fuerza del mal que logró lo que quiere: dividir para reinar”.

Por favor, empiecen por no prometer cosas que no podrán hacer, muestren todo lo honestos que son y cómo aman el bien, no se digan cosas tan feas y desagradables, hieren a Dios, bajen ese tono y muéstrense como son. Lo mismo les pido a todos los ciudadanos: que sean objetivos y honestos y vean lo malo, pero también lo bueno, y si quieren algo mejor sean mejores ustedes y tendremos algo mejor. Pidan consejo a vuestro interior al Dios, que todos tenemos dentro porque somos esquirlas de El y ¡nos ama!