Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

La campana del HMS “Hood”

Escribe Eugenio Luis Bezzola
La campana del HMS “Hood”. Notas y comentarios. La Nueva. Bahía Blanca

La información despertará aletargados recuerdos para aquellos que fueron contemporáneos en los años de la Segunda Mundial. En mayo de 1941 conmocionó la noticia de que había sido hundido el crucero de batalla HMS “Hood”, en el Estrecho de Dinamarca, entre Islandia y Groenlandia, al enfrentar al acorazado “Bismarck” que, acompañado por el crucero “Prinz Eugen”, procuraba acceder al Atlántico Norte para interceptar los convoyes que en ese océano navegaban.

Para el imaginario popular, el “Hood”, con sus 42.000 toneladas de desplazamiento y sus elegantes líneas, era la mayor nave de la Armada Real y, por consiguiente, la creencia de ser la más poderosa, aunque, como en todos los cruceros de batalla, se había sacrificado el blindaje en beneficio de una mayor velocidad respecto de los acorazados de la época.

A esa ausencia de blindaje adecuado se atribuyó que tres naves de este tipo volaran como consecuencia de estallidos internos en el transcurso de la batalla de Jutlandia, el 31 de mayo de 1916, al recibir impactos en zonas vitales de la precisa artillería naval germana.

Una granada del “Bismarck”, se supone, alcanzó una de las santabárbaras del “Hood”. El consiguiente estallido determinó que se hundirá en dos minutos. De su dotación de 1.418 marinos sólo se salvaron tres, lo que significó la mayor pérdida de vidas en una nave británicadurante la Segunda Guerra Mundial.

Ted Brigg fue uno de esos tres sobrevivientes y antes de fallecer, en 2008, había manifestado su deseo de que fuera recuperada la campana del “Hood” como monumento a la memoria de los que murieron en ese buque. Campana que fue descubierta en julio de 2001 en el fondo del mar a cierta distancia de las partes del casco.

Tal deseo fue satisfecho el pasado 7 de agosto cuando fue recuperada por un equipo encabezado por el multimillonario y filántropo estadounidense Pau Allen, cofundador de Microsoft. Desde su yate M/Y “Octopus”, equipado con un submarino controlado remotamente, la campana fue recuperada de una profundidad de más de 9.000 pies (unos 2.800 metros).

Durante un año será objeto de restauraciones antes de ser entregadaal Museo Nacional de la Armada Real en Portsmouth.

Para los poco enterados de los eventos de la Segunda Guerra Mundial, el “Bismarck” debió abandonar su misión en el Atlántico norte al haber recibido un impacto del acorazado “Prince of Wales” en uno de sus tanques con la consiguiente pérdida de combustible. El flamante “Prince of Wales”, aún con personal civil del astillero efectuando correcciones y ajustes, debió retirarse de la acción, seriamente averiado por las salvas de la nave germana con la cual se perdió contacto con las consiguientes horas de incertidumbre y zozobra respecto al rumbo que había tomado, hasta que fue localizada por una máquina del comando costero de la Real Fuerza Aérea cuando navegaba en dirección a Brest.

Siguieron horas muy tensas en el almirantazgo, porque, atento a la posición relativa de los buques propios, el “Bismarck” no podría ser alcanzado antes de que accediera a un área en la que contaría con la protección de la “Luftwaffe”.

El impacto de un torpedo lanzado desde un biplano Swordfish procedente del portaaviones “Ark Royal”, que había zarpado de Gibraltar para incorporarse a la caza, lo alcanzó en el compartimiento del timón cuando este se encontraba en posición todo a una banda precisamente en maniobra para eludir los torpedos, lo que determinó la traba del mismo y que el buque sólo se pudiese desplazar en círculos.

Con el arribo de los acorazados “King George V” y “Rodney” se entabló un desigual combate que terminó con el hundimiento o autohundimiento de la nave germana.

Lamentablemente, las operaciones de rescate se vieron interrumpidas ante una alarma de una posible presencia submarina, lo que dio lugar a que se redujera el número de sobrevivientes. Ya no los había, la siguiente jornada, cuando el crucero español “Canarias” se hizo presente en el lugar de la acción.