Bahía Blanca | Jueves, 16 de mayo

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¿Cuál es el aporte de las cadenas agroindustriales argentinas al PBI?

Uno de cada 4 pesos proviene del sector, para un total del 23,1 % del Producto Bruto Interno en general. Además, el 50 % de la producción primaria es valor agregado. Informe de FADA.

Tiempo de cosecha. / Fotos: Rodrigo García-La Nueva., Prensa FADA y Archivo LN.

El aporte de las cadenas vinculadas con el sector agropecuario al PBI (Producto Bruto Interno) nacional fue de 1 de cada 4 pesos; esto es, un equivalente a 124.276 millones de dólares.

Del mismo modo, el total de estas cadenas aportaron el 23,1 % del PBI argentino en general y, además, el 50 % de la producción primaria es valor agregado, donde cada uno de los eslabones continúa sumando.

Los datos surgen del último informe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), sobre el aporte de las cadenas agroindustriales al PBI; es decir, a la torta nacional.

Para Nicolle Pisani Claro, flamante economista jefe de la entidad, un PBI más alto es bueno para todos los actores, ya que significa algo más grande que permite que la porción que le toca a cada uno sea también mayor.

“La idea fue pensar al total de la actividad económica, o PBI, como esa torta”, agregó.

“En el campo unos trabajan para producir la leche, los huevos, las frutillas, el trigo y otros, en la industria, convierten productos en harina, manteca, aceite y demás”, enumeró.

“Por otra parte, diferentes actores se encargan de prestar servicios para que funcionen las máquinas, y de la electricidad y de la contabilidad; y otros transportan y venden esos productos. Cada uno de los citados actores es clave en la producción de esa torta de todos los argentinos”, explicó.

Pisani Claro destacó que, en el caso de la producción primaria, el 50,6 % es valor agregado.

Nicolle Pisani Claro, economista jefe de FADA.

“Esto tal vez va en contra de la intuición donde se habla de agregado de valor en las etapas industriales”, dijo.

“Es cierto que estas etapas agregan aún más valor a la producción primaria, pero la producción primaria en sí misma es agregado de valor”, indicó.

“Hay investigación detrás de cada semilla; hay trabajo en el seguimiento de cada animal y cada cosecha, así como industrialización de los granos, de las carnes y de la leche que consumimos. Todos los eslabones agregan valor”, argumentó.

El estudio del equipo de economistas de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina revela que las cadenas agroindustriales (CAI) representan la actividad que mayor aporte genera al PBI con el 23,1 %.

Más atrás aparecen la actividad comercial (13,2 %); la industria manufacturera no agropecuaria como la fabricación de prendas de vestir, productos metálicos y maquinarias, entre otros (12,3 %); salud y educación (11 %) y actividad inmobiliaria (10,6 %).

Todas las actividades citadas representan el 70 % del PBI argentino.

“Si se observa hacia adentro de las cadenas agroindustriales, es posible ver que la actividad comercial representa el 28,9 %”, agregó, por su parte, Natalia Ariño, también economista de FADA.

“En importancia le sigue la producción de alimentos y bebidas, con el 22,9 %; la agricultura, con el 15,3 %; la ganadería, con el 12,3 % y servicios conexos, con el 4,8 %”, sostuvo.

“Si comparamos el aporte 2023 respecto a 2022 se aprecia que cayó 0,4 puntos porcentuales: pasó de 23,5 % a 23,1 %. Esto es producto, principalmente, de la sequía que impactó en la producción agrícola, en mayor medida, y se traslada a otros eslabones como transporte y logística”, agrega Ariño.

Lo que viene

Tras los números de 2023, la pregunta del millón es saber qué sucederá en el corriente año, ya lanzado.

Desde la FADA se aprecia que las perspectivas que se vislumbran indican una expectativa de caída del 4,1 % de la actividad económica.

También que el año podrá dividirse en dos partes: la inicial, donde la recesión será más marcada y el PBI caerá y, hacia el tercer trimestre (julio, agosto y septiembre) comenzarán los signos de reactivación con un crecimiento del 0,6 %, de acuerdo con el Relevamiento de Expectativas del Banco Central.

El PBI —o actividad económica— es todo lo que se produce en la Argentina, tanto bienes como servicios. Es decir, a mayor producción, más alto es el PBI.

“Por este motivo, traccionar al crecimiento de las cadenas agroindustriales, como de las restantes actividades que se desarrollan en el país, es de vital importancia”, comentó Pisano Claro.

Como las CAI generan 1 de cada 4 pesos de PBI, se trata de actividades dinamizadoras de la economía, con la generación de empleo, inversiones y el efecto multiplicador que tienen en otros sectores indirectamente relacionados, como lo son el transporte, el comercio y los servicios, entre otros.

“Se genera empleo y se moviliza la rueda de la economía a lo largo y ancho del país, pero es necesario que crezcan todas las actividades para que mejore la calidad de vida de todos los argentinos”, agregó.

“Cuando la economía crece, la gente consume más, algunos empresarios observan que las ventas crecen y pretenden aumentar la producción e invertir”, agregó Ariño.

“A la vez necesita más trabajadores y por eso se generan puestos de trabajo. Y podríamos seguir. Así funciona básicamente la economía; es decir, me impacta directamente que crezca o no, independientemente sobre qué se trabaje”, explicó.

Finalmente, Pisano Claro afirmó que las condiciones pasan por lograr algún nivel de estabilidad macroeconómica, con menor inflación, emisión monetaria y gasto público, menor nivel de presión fiscal y trabas burocráticas, mayor inserción internacional y disponibilidad de crédito accesible y de largo plazo.

De qué se trata

El Producto Bruto Interno (PBI) mide el valor de los bienes y servicios finales producidos dentro de la frontera de un país, siendo los que dimensionan el tamaño de una economía y las posibilidades de desarrollo.

Este tipo de medición es el que se utiliza para el análisis en este documento de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina.

Asimismo, existen otras formas de contemplar el PBI.

La ya mencionada, que se conoce como el PBI desde el punto de vista de la producción, a la que se suman, por un lado, la medición desde el punto de vista del gasto, que muestra cómo se utiliza el dinero que proviene de la producción de bienes y servicios y, por otro, la del ingreso, reflejo de cómo se reparte el dinero.

El PBI es un indicador fundamental para analizar el crecimiento de un país y de los sectores que lo integran, ya que mide la capacidad de producir.

Cualquier movimiento creciente del PBI genera mayores ingresos, lo que impacta en mejor calidad de vida para la población.

Así, una economía en crecimiento genera posibilidades de inversión, mejoras en la rentabilidad, impacto positivo en la recaudación, la posibilidad de satisfacer mayores necesidades de la población, crecimiento del empleo ante la necesidad de producir más bienes y servicios, entre otras.

Lo contrario, una caída del PBI o de algunos de sus rubros, significa que la actividad económica y la generación de riqueza de un país cae.

Analizar los sectores que integran el PBI y cuáles tienen mayor incidencia sobre el tamaño de la economía, indica, por un lado, el perfil productivo del país, así como aquellos rubros que, con las medidas correctas, pueden generar impactos positivos en la economía y desarrollo de Argentina.

¿Cuál es el perfil?

De acuerdo con las evaluaciones de FADA, la Argentina tiene un claro perfil agropecuario y agroindustrial, dado que 1 de cada 4 pesos del Producto Bruto Interno lo generan las CAI, con lo que se convierte en la primera actividad económica en importancia.

Dentro de las CAI, no sólo son relevantes aquellos eslabones directamente relacionados a las cadenas productivas, como la propia producción primaria o agroindustrial, sino también aquellos servicios vinculados sobre los cuales la actividad tiene un impacto directo, generando actividad económica en eslabones como el comercial y de transporte.

Este estudio buscó medir y resaltar la importancia de las cadenas agropecuarias y agroindustriales para la actividad económica del país.

Sin embargo, así como es importante potenciar estas cadenas, para que el país pueda crecer, generar empleo y mejorar la calidad de vida de los argentinos es necesario que todas las actividades productivas ganen competitividad, escala y mayor inserción internacional.

Para lograr mayor desarrollo se necesita del campo, pero también del resto de las industrias, el comercio, los servicios, la energía, el turismo y las actividades relacionadas a la economía del conocimiento.

Para que las distintas actividades económicas puedan prosperar —indican— es necesario generar el contexto adecuado a nivel nacional para proporcionarles el marco adecuado para crecer y generar mayor actividad económica con sus efectos positivos sobre la inversión, el empleo y la generación de divisas.

Las condiciones pasan por lograr algún nivel de estabilidad macroeconómica, con menor inflación, emisión monetaria y gasto público, menor nivel de presión fiscal y trabas burocráticas, mayor inserción internacional y disponibilidad de crédito accesible y de largo plazo.

Estas condiciones macroeconómicas —se concluye— tienen que ir acompañadas por reglas de juego claras e instituciones eficientes y de calidad.