Bahía Blanca | Miércoles, 01 de mayo

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Un club con brillo propio

Segunda entrega de una serie histórica de YPF en Bahía Blanca.

Desde la habilitación de la delegación de YPF en nuestra ciudad, hubo una preocupación de sus directivos por ofrecer a sus empleados y allegados un espacio donde desarrollar actividades recreativas y deportivas.

Para eso se fundó el club YPF, que contaba con dos espacios donde desarrollar sus actividades.

Por un lado, un amplio terreno en Donado y avenida Arias, lo suficientemente grande como para la materialización de una cancha de fútbol o similar.

Por otro, tenía la estratégica esquina de avenida Colón y Vieytes, donde se disponía de instalaciones administrativas y un playón de hormigón que servía para la práctica de básquet y otros deportes.

En 1944, un año después de la creación de la divisional local de la empresa, hubo una asamblea para fortalecer el club, con la conformación de una nueva comisión directiva presidida por Jorge Harguindey. Entre las primeras decisiones se incluyó un ajuste en la cuota societaria y construir una sede social en consonancia con la importancia de la entidad, con locales para reuniones, buffet, vestuario y sala de juegos. Finalmente se buscaría propiciar reuniones deportivas presentando equipos de futbol, básquet, natación, paleta, bochas y tenis, además de organizar torneos de juegos de salón y ajedrez.

YPF celebra el aniversario de Bahía Blanca

Dos ejemplos de la utilidad que prestó el club es que su cancha de Vieytes y avenida Colón fue utilizada por la Escuela Normal de Brown y Villarino para sus clases de gimnasia y en varias ocasiones por el seleccionado local de básquet para sus entrenamientos.

Finalmente, en los terrenos de avenida Arias se disputó, en 1952, la final entre Avestruces y Pingüinos, los dos equipos que definieron el primer torneo oficial de rugby jugado en la ciudad.