Bahía Blanca | Sabado, 27 de abril

Bahía Blanca | Sabado, 27 de abril

Bahía Blanca | Sabado, 27 de abril

A cielo abierto: cómo fue el primer vuelo en el aeropuerto de Espora

Con el aterrizaje de un Bac One Eleven de Austral, en enero de 1970, comenzó la era moderna de los vuelos comerciales en Bahía.

Archivo La Nueva.

A las 15.38 del lunes 26 de enero de 1970, el tren de aterrizaje del vuelo 810 de la compañía "Austral Líneas Aéreas" tocó por primera vez la pista de la Aeroestación Civil "Comandante Tomás Domingo Espora".

Cuatro minutos más tarde, el avión detuvo su marcha frente al edificio principal, se apagaron las turbinas y las puertas se abrieron para permitir el descenso de los pasajeros.

Fueron tres maniobras habituales para cualquier aeropuerto del mundo pero, en esa tarde en particular, tuvieron un valor extra: se trataba, en definitiva, de la inauguración oficial de la era moderna en los vuelos comerciales de Bahía Blanca.

Quedaban atrás 41 años de servicio en el viejo Aeródromo de Villa Harding Green, que había sido inaugurado el 1 noviembre de 1929 con el despegue de un Late 25 de la Compagnie Générale Aéropostale.

Al mismo tiempo el aterrizaje marcaba la concreción de un proyecto iniciado cuatro años antes, cuando la Armada había cedido al municipio unas 20 hectáreas sobre la entonces Ruta 3 Norte (hoy Autovía Juan Pablo II) para que la Provincia licitara un nuevo aeropuerto civil, en terrenos de la Base Aeronaval.

Acompañados por "excelentes condiciones climáticas" a lo largo de todo el viaje, el comandante Luis Villarruel, su copiloto Héctor Crotti, la comisaria de a bordo María Concepción Salegui y las auxiliares Noemí Quiñones y María Rosa Ivanetz integraron la tripulación del jet Bac One Eleven con matrícula LV-JGY, que había despegado del Aeroparque "Jorge Newbery" de Buenos Aires, con destino final en Comodoro Rivadavia.

En la lista de pasajeros se destacaban las presencias del administrador de Espora, Raúl Domenech; el gerente local de Austral, Osvaldo Fittipaldi; y el segundo jefe del aeropuerto de Harding Green, Manuel Arias. Ninguno de ellos, claro, quería perderse el acontecimiento.

Pero, curiosamente, el que terminó rodeado de micrófonos y cámaras fotográficas fue Eduardo Yoraillh, por entonces supervisor de ventas de una empresa de artículos para el hogar. Es que, al ser el primero en descender de la escalerilla, fue considerado en forma unánime como el primer pasajero de la nueva estación aérea.

Cuatro décadas después de aquella tarde soleada, La Nueva Provincia rastreó en Buenos Aires a Yoraillh, quien recordaba bien los detalles de aquel viaje. "Trabajaba para Teleba Sociedad Anónima, que tenía la licencia de Columbia en el país. Hacíamos televisores y tocadiscos. Y viajaba a Bahía para visitar a los clientes", contó en enero de 2010.

"No recuerdo que se haya realizado algo especial por el vuelo. Quizás hubo algún festejo íntimo, con personal de la aerolínea, pero no con los pasajeros", conjeturó.

"El vuelo duraba una hora, igual que ahora, y era tranquilo, sin turbulencia. Pero la diferencia es que se podía fumar y que el servicio era muy bueno. Te servían comida, bebida o lo que pidieras. Daba gusto volar así", describió Yoraillh.

Pese a lo emocionante de la inauguración para la opinión pública local, lo cierto es que los pasajeros de aquel primer vuelo en Espora se encontraron con una terminal sin líneas telefónicas, conexiones de agua corriente ni confitería.

Era, en definitiva, otro capítulo de una vieja tradición argentina: estrenar obras antes de tiempo, en general por cuestiones políticas de turno.

Lo cierto es que esa misma noche del 26 de enero de 1970 el vuelo 810 regresó de Comodoro, realizando una nueva escala local, antes de seguir hacia Buenos Aires.

Y a la mañana siguiente, con el aterrizaje a las 6.15 de un Comet de Aerolíneas Argentinas, quedó establecida definitivamente una rutina de vuelos diarios que ya tiene más de medio siglo a puro cielo.